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viernes, junio 28, 2013

El tiempo que se nos va (Tempus Fugit)...







Nuestro tiempo escasea cada vez más, nos damos cuenta cómo algunos dormimos menos y aparentemente hacemos mas cosas pero que finalmente sentimos que no, que no avanzamos mucho aún y cuando la gente de afuera nos dice que sí.

Por ejemplo ya quisiéramos más horas para leer los Grandes Libros que nos faltan. Es más, ya quisiera releer los Grandes Libros que me han fascinado de toda la vida. 

Volver a recorrer La Guerra y la Paz, Madame Bovary, Rayuela, acabar de una vez por todas Moby Dick, el Quijote (confieso que no lo he acabado), David Copperfield, El Conde de Montecristo. Confieso que no he leído Orgullo y Prejuicio ni Sentido y Sensibilidad. Que no he leído Anna Karenina o Jane Austen.

Espero tener ese tiempo pronto, reaprender a organizarme, hay tanto por volver a reflexionar, por volver a encontrarme con los viejos conocidos como La Maga, Emma, Pierre Bezukhov, y volver también a encontrarme con esos personajes como Ismael, como Alonso Quijano, como Edmundo Dantes, que me regañarán por no haberlos seguido leyendo. Espero que me entiendan. Pero sí, los leeré. Espérenme, amigos.

No, no es déficit de atención, es que hay tantas cosas pendientes...

Pero en fin, si no es trabajo lo que hacemos, ¿qué sería? y es que se llama así porque, como alguien dijo, cuesta trabajo hacerlo, ¿o no? 

(Un saludo a todos aquellos que sienten que su trabajo es de tanto placer y gusto, que ni se acuerdan que están trabajando.)

En fin, ya es viernes, día de vísperas de pausa. Se acaba junio prontamente, y ahora sí, es la cúspide del primer semestre del año. Feliz fin de semana, de mes, de semestre. 

Disfruten de un rico café, de un rico té, de un rico silencio, de un delicioso recuerdo, de un bello momento, de un venturoso instante, de una melancólica remembranza, de una dichosa posibilidad, de una maravillosa nueva oportunidad. 

Mientras tanto, hoy es presente, buen día...

jueves, junio 27, 2013

Mensajes en el cielo



Pasan los años y sientes que dentro de lo que cabe todo va saliendo bien, tus hijos ahí la llevan estudiando y poco a poco encuentras el lugar que te corresponde... pero eso es lo que crees.

De pronto sucede algo repentino que te estremece: no, señor, la vida no te la pondrá fácil, surgirán nuevos retos, vendrán nuevos giros a la trama de tu existencia, en eso verás que sólo hay dos tipos de personas, los que responden a esos retos y lo aceptan con rigor, o los que lo niegan y se regresan a su zona de confort, donde nadie les cuestionará de nada en absoluto.


De los que aceptaron los retos muchos llegarán hasta el final, otros no podrán y tal vez lo lamentarán pero todos sabrán que no será una competencia, comprenderán en algún momento que lo único que cuenta es como llevaste la vida, sí respondiste o no, y sobre todo, en cómo lo hiciste.


Finalmente, regresando a las vidas de todos, sí, algunas veces transcurrirán sin retos, sin giros, sin dramas y sin nada de circunstancias especiales, aún así la vida también te puede dar sutilezas: mensajes en la pared o señales en el cielo que nadie podrá leer más que tú, puertas que sólo se abrirán delante tuyo frente a las que te preguntarás, ¿qué es lo que debo hacer? ¿Qué es esta prueba que tengo ante mí? ¿Qué riesgos tendrá? Y nadie podrá aconsejarte.


Y no lo sabrás sino hasta cruzar la puerta detrás de la cual no sabes nada. Y entrarás en la oscuridad o en la luz, y sólo tú sabrás.


Así las vidas cambian, de un momento a otro, tu vida, un hilo cruzado de la tierra al cielo en donde se entremezclan con otros cientos de millones de frágiles hilos cruzados en cuyo recorrido llegará el momento en el que te preguntes: ¿qué sentido tiene todo esto? y una voz te dirá: "sigue caminando" y por fin entenderás que el sentido es ese, estar en continuo movimiento, por siempre, y ese será el máximo placer, el máximo reto, todo será uno y tú no te darás cuenta, pero serás feliz.


Hoy fue día de sutilezas en las que está permitido estar de acuerdo o no, que sea lo que sea, pero que la gente sienta que todo se ve mejor con un té helado, con un cafecito o con una pepsi light (los que lo deseen, porque nada es obligatorio en este mundo), pasen excelente día!

miércoles, junio 26, 2013


"Gravitas" es un término en latín que tiene que ver con carácter, tiene que ver con fuerza, con seriedad y dignidad, tiene que ver con sustancia, con autoestima, con confianza, con valor y con fuerza. O sea tiene que ver con lo ideal que quisiéramos que nuestros hijos tengan, punto. Pero resulta que esto no se enseña o se pierde en alguna parte del camino. 

En las escuelas es donde creemos que esto se puede dar (y no, Gravitas no es una materia, sino es cuando se da la formación en sí, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año), o está la corriente de pensamiento que dice que esto se debe hacer desde la casa misma (con el ejemplo, con la presión de los papás constante hacia haz la tarea, haz los ejercicios, participa más, etc.), o también incluso con los deportes, el tema de la competencia contra sus iguales también da su gran granito de arena en la construcción del carácter.

Lamentablemente resulta que en alguna parte del tiempo o de la vida se pierde esto y quizá sean pocos los afortunados que al llegar a los 18 o 20 o 30 años llegan con el tema de gravitas en su ser, en su esencia. Mucho de nuestro ambiente se va al tema de lo económico, a ganar más, o en el peor de los casos a consumir más o a gastar más, y eso deja sus cicatrices.

Aún así el tema del Gravitas ocurre cuando llega lo que muchos llamamos la madurez o el concepto de reflexión interior que es la que va formando el tema del buen juicio, que da forma al criterio, que da la forma al cotidiano sentido común.

Y aún así en algún lugar, insisto, se pierde el carácter y el tema de la trampa, de la chapuza, del abuso, del exceso, del atajo, del placer, del hedonismo, del pisar a los demás o a quién se deje, del "de aquí soy" y del "no les pido que me den, sino que me pongan donde haya" que fácilmente ocurren como sirenas que tientan a cualquiera.

Así las cosas, la pregunta que me ocupa es, ¿dónde están los nuevos líderes? ¿dónde están los nuevos guías? ¿Los nuevos pensadores? ¿Dónde están los puntos de referencia con su Gravitas natural? ¿Hacia donde volteamos a ver? No, no puedes decirme que para eso son los conductores de noticias que bien que mal, son parte de consorcios de comunicaciones. Ok, no todos están entregados a sus jefes, lo acepto.

No, no propongo que haya cursos express de Gravitas para los no iniciados, pero veo tanta falta de ella en este país nuestro, entre nuestros gobernantes (¿¿cómo llegaron a serlo??) y nuestros así llamados líderes, que en eso sí soy pesimista, pero en fin, seguiremos luchando desde nuestras trincheras ayudando a nuestros hijos, a nuestros alumnos, y finalmente a quien se nos acerque, a que se forme ese sentido de carácter que es Gravitas.

Sino lo hacemos así, ahora, a este país se lo va a llevar... el carajo.

Y no sé ustedes, pero yo pienso hacer lo posible por dejar un país mejor que el que me encontré hace un tiempito. Que cada quien haga su parte, ya.

Feliz café, delicioso Té, que pasen un día maravilloso, un día de portentos, un día de milagros... 

Los Regalitos en el Árbol



Buen día, tal vez hoy no tenga mucho que decir, solo quisiera que sepan que ayer en la conferencia de "Los 18 usos de Linked In en los que ninguno es buscar empleo" que dí, me tocó decirles a los asistentes que las conferencias que doy son sobre el futuro de las personas, y hablé de lo ya algo trillado que dice que esto es guerra y competencia total y demás...

Y llegué al punto en que la vida te pone en la circunstancia en el que no hay más, y en la frase que dice "si no te pones vivo, sucederá que en tu próximo arbolito de navidad no habrá regalitos para tus hijos, y que tienes que prepararte para lograrlo" y luego con la variante: "no hay para todos, piensa en qué arbolito de navidad prefieres que haya regalitos, en el de tus hijos o en el arbolito de navidad de los hijos de la competencia?" 

Lo ideal es que hubiera regalitos asegurados en los de todos, pero todos sabemos que la vida no es así.

Y todo esto viene a cuento porque... hoy es 25 de Junio y dentro de seis meses exactos será Navidad.

Seis meses exactos, así que a trabajarle, porque la competencia tampoco tendrá mucha piedad con nosotros...

Suena cruel. Pero la vida a veces lo es.

¿Un café? ¿Un té? A darle, con ganas... Seis meses... buen día...

lunes, junio 24, 2013

SuperLuna



Ayer fue la SuperLuna, llamada la Luna Solsticial o la Luna del Perigeo. 

Cuando nos enteramos que habrá o hay un inminente fenómeno especial de nuestros astros y/o satélite que nos acompaña diligente y cumplido, y que tiene impacto en lo óptico visible, no podemos dejar de asombrarnos y por lo mismo de alguna manera impulsiva queremos también tener y guardar esa imagen tomada por nosotros, no nos basta ver Internet y obtener la foto de ahí, la queremos tomar  con nuestros aparatos, no importa la lejanía o la poca sofisticación de ellos, tiene que ser de nosotros.

Eso es parte tal vez de querer estar en contacto directo con el Cosmos, es una pequeña muestra, un testimonio de estar cerca de la armonía de los cielos, con la música de las esferas del universo que nos hace sentir pequeños y por estar casi tocando a la misma Luna, nos hace sentir parte de ese gran todo.

Agreguémosle que todo el mundo cerca de una red social también se entera de todo esto con suficiente antelación, son los fenómenos colectivos más grandes que hay, y todo mundo querrá mostrar su luna, obvio, y a los que por circunstancias el cielo les resultó nublado se regresarán con las manos vacías lamentando su suerte.

Celebro ese gusto por estar conectados, celebro el que todos la mencionen, ahora sólo espero que de esa visión lunar salgan más estudios sobre la luna, más curiosidad por como está la Naturaleza construida, por mas estudios de física sobre la relación de la gravedad Tierra-Luna y así, también espero sueños, imaginaciones, cuentos, cantos y poesía (también saldrá romance, amor, inspiración, y quizá algún que otro bebé dentro de 9 meses derivado de ese influjo lunar, esa visión mágico-mística que logró bajar las defensas de...o tal vez aquí sí exagero...) 

No siempre todo puede ser mecánico o frío o predecible o serio, ¿verdad?

Yo, mi cafecito, tú, el tuyo, y tú, más allá, tu té. Ánimo, tenemos una semana que no será igual que las otras, no, señor, nada igual... Buen día, buen lunes (día de la Luna, por cierto)!



viernes, junio 21, 2013

El verano del viento caliente.




El verano del viento caliente.

El que nos acompaña durante tres largos meses, el que abre con un gran solsticio, lleno de energía, llena de calor y lumbre y fuego, y arde y cierra, por contraste total, con un melancólico equinoccio que augura la noche y el frío y el invierno que vendrá, pero es el solsticio mi estrella de hoy, el que atrae al sol y a lo más fuerte de él sobre de nosotros, dios enojado del calor total.

El que nos indica que ya no habrá primavera por lo que resta del año, el que nos dice que vienen los calores más intensos (aunque yo sostenga que el mas caluroso del año es mayo, pero bueno, lo que pasa es que mayo no tiene tanta publicidad como los otros meses, la mera verdad).

Como siempre que uno recuerda las cosas, con el cristal empañado del tiempo, pensar en esos veranos, a orillas de una alberca en un rancho, verano de 1974, o en un arroyo en la montaña, verano de 1978, en donde esa ausencia de aire provocaba tal vez esa sensación de que el tiempo se detenía, lo dotaba de una gravedad plus que nos aplastaba, pero eso sí, algo, una fuerza de voluntad inesperada nos ayudaba a soportar lo indecible a nosotros, un grupo de chicos urbanos, acostumbrados mínimo al ventilador, o como se dicen en estas tierras asoladas, pero nunca desoladoras: abanico, en el verano de 1980.

O aquel verano de 1982, donde el guitarreo de los Black Hearts de Joan Jett nos indicaba que el rock estaba muy vivo y total, verano vivo y fuerte, verano único también, el año que huimos de los terribles rayos del sol cayendo dentro del ridículamente llamado Mol del Valle y de su cuasimilagrosa y fresca, fresquísima pista de hielo, con tantas niñas que nos llenaron la vida de...

O recuerdo aquél verano especial donde mis amigos y yo la pasamos en el derrite total, en un carro Valiant del 69, ese verano de 1979, frente a uno de los únicos 4 Seven-Eleven que había en todo México, sí, sólo 4 que hubo antes de que se multiplicaran como microbios-esporas-virus-conejos y donde pasaban las horas, nosotros siempre en su sombra esperando como vampiros a que cayera la noche. 

O el verano de 1977, donde comenzábamos a querer quedar bien con un grupo de chicas de nuestra edad y donde iniciamos a ir a bailes y descubrimos ese tipo de ambientes, producto de su época, deliciosos e irrepetibles, con esa música fabulosa que salía de cintas y bocinas y que golpeaban el corazón y que aún hoy seguimos escuchando.

O el verano de 1976, que fue el verano de Nadia Comaneci, el de las Olimpiadas de Montreal, el de terminar apenas el segundo de secundaria, quizá el mejor año de escuela de mi vida, por muchas razones, hoy ingenuas, pero todavía válidas.

O el verano de 1972, el de las Olimpiadas tristes de Munich, de las que no vi nada porque me la pasé en el rancho de mis abuelos, trabajando, sí, trabajando, de sol a sol, tema que ya conté por aquí, en donde el agua la tomábamos de un contenedor de un galón al que se le denominaba "yoga", agua ardiente inevitable y donde llenábamos de agua también las barricas de 200 litros, las poníamos en el guayin, remolque con ruedas metálicas de carreta, que a su vez era arrastrado por el tractor y las llevábamos hasta el ganado sediento, en esos días de sequía de ese uno de los años de la brasa tan terrible.

Y era cuando sentíamos que el verano era el día tras día cada uno transformándose sus instantes en el momento misterioso en donde todo se detenía, donde todo se suspendía en el tiempo, indefinidamente. Tiempo en el que nunca nos imaginamos que pasaríamos tantos veranos más tan significativos en lo que le quedaba de vida al siglo XX y los de las primeras (y más) décadas, espero, del siglo XXI.

"Traigo tanto sol adentro
Que ya tanto sol me cansa.-
Yo no conocí en mi infancia
Sombra, sino resolana."
Alfonso Reyes, Sol de Monterrey, 1932

En el verano del viento caliente, en el lugar donde el tiempo se detiene, las hojas y las sombras suspendidas, hoy se antoja, no un café, sino más bien un, a sabiendas, anticlimático y delicioso té...

Feliz fiesta de solsticio, feliz viernes, feliz fin.

jueves, junio 20, 2013

Pensar acerca de la fotografía.



Pensar acerca de la fotografía.
Ayer hablé de la grabadora, de las fotografías guardadas y del temor acerca de si un día ya no las tocaremos y peor, si un día estarán guardadas no sabemos donde. Fotografías que nunca serán tocadas. Vistas sí, pero nunca tocadas. Si esto es el cielo o el infierno o el purgatorio cada quien lo sabrá a su debido tiempo.

Ahora es la fotografía en sí la que me llama la atención, la que captó/tomó/robó de la vida misma un instante, una ventana y que por magia técnica está registrada, grabada en un cuadro de centímetros por centímetros, y que de algún modo sigue ahí en nuestra mente, en algún cajón emocional de nuestro ropero mental.

Y son fotos que para nadie más tienen sentido, que serán para los demás sólo otra imagen entre otras más, pero para nosotros, la vida nuestra, la que le da sentido, la que le da significado, la que la completa de extraña forma.

Es la tierra prometida que abandonamos y a la que queremos volver a llegar, tiempo del que no tenemos mucho, y que al querer que regrese sólo queremos llegar de nuevo a asir, mirar, atestiguar, a que nos roce, sólo eso, a sólo un roce, a esa sensación de seguridad, de control, de que el destino era sencillo, de que el cielo no guardaba tormentas, de que el bosque no tenía sombras, de que siempre habría salud.De que siempre estaríamos todos.

Promesas endebles. Promesas sin sustento. Promesas que son llevadas cuales palabras, en el viento.

Y lo que ocurrió cuando la foto se fue y nunca volvió. Cuando la foto se la llevaron. El cuadro vacío en el viejo álbum que en silencio nos reclama su ausencia. Cuando la foto, una que nunca supimos, aparece de la nada, producto del destino y se nos presenta ante nosotros descubriendo maravillas. La visión se nos quiere salir del cerebro y tratamos de interpretar lo que está ante nuestros ojos y episodios viejos de nuestra vida adquieren nuevo olor y textura, tiempo y espacio, momento y distancia. 

Y una nueva verdad aparece...

Y la fotografía querrá ser tocada y guardada y llorada. La fotografía, esa impresión vieja, será recuerdo vivo.

Y será mía por siempre. Y con suerte los hijos de uno la querrán. Y entonces será suya por siempre.

Y cuando pasen las décadas de ese siempre, la imagen ya desvaída, arrugas en las orillas, quizá con manchas misteriosas, seguirá cobrando vida cada vez que sea tocada, y seguirá siendo mirada con respeto, con alegría y pensando, tal vez, sólo tal vez, que armonía y tranquilidad y paz se trasminan todavía, de esos viajes reales en el tiempo, estampas temporales capturadas con técnica e ingenuidad, guardadas con reverencia, admiradas siempre con amor.

Ya es jueves 20 de Junio y pasada media noche será el solsticio de Verano. Adiós a la primavera 2013. Pasen excelente día, rico café... delicioso té...

miércoles, junio 19, 2013

La cultura de la obsolescencia planeada por todos tan temida.



La cultura de la obsolescencia planeada por todos tan temida. 

Ya me estoy acostumbrando a que me quede con cajas de cassettes sin atreverme a tirar, a cajas de videocassettes que no puedo deshacerme de ellos y con una pequeña caja de diskettes que me acabo de encontrar. Pasan los días y descubro que esta lap con ya sus años ya acuestas, no tiene unidad de diskette, y al darme cuenta, como shock de consciencia a la yugular, ¿qué guardé en el último diskette que tuve? Y no, no lo extrañé, aquí estoy tan tranquilo y sobreviviendo.

Detengámonos por un momento en el caso del cassette. Las antiguas máquinas portátiles grabadoras que traían un micrófono que tu papá conseguía y en donde se ponía a grabar tu voz y la de tus hermanos. 

La cual también fue la primera grabadora con la que grababas canciones del radio, ¿acaso las que nunca pensaste escuchar después?  Y luego hasta hubo las que ya tenían radio integrado: fue una pequeña epifanía ver que podías grabar canciones, al locutor y hasta los comerciales, ¡desde el mismo radio!

O recuerda la grabadora en la que tuviste que hacer un trabajo de examen final de escuela. Por aquello de la música a ser incluida para hacer un trabajo con transparencias que te costaron una lana el revelado, el famoso Kodachrome. ¡Pensar que cualquier hijo de vecino te arma hoy en 15 mins y gratis lo que a nosotros nos costaba un buen dinero y como dos días de trabajo!

Recuerdo que la grabadora hacía un sonidito especial al empezar a grabar y un sonido tosco, abrupto al dejar de hacerlo. Recuerdos especiales.

Y lo más raro, luego escuchábamos nuestra voz y se oía espantoso, era la primera vez que parecía que nos desdoblábamos y nos podíamos ver tal como éramos, más como una especie de experiencia extrasensorial, ¿esa era nuestra voz de verdad? Se oía raro, extraño, alien. 

El comienzo de nuestra desplome total de la poca autoestima restante. 

Pero también sobrevivimos a eso, como sobreviviremos cuando todo esté en la Nube, como sobreviviremos cuando olvidemos el password que sirve para accesar nuestros recuerdos que ahora serán transformados en gigas de bits y bytes resguardados en discos duros de teras y teras y serán administrados en cientos de servidores que descansaran en oscuros pasillos fríos que parecerán cámaras mortuorias del mismo futuro conectados sin ton ni son aparente por fibras ópticas del infierno.

Y pienso en mi mamá, que me dice todo el tiempo: "A mí traéme las fotos que pueda ver y hojear una y otra vez en los albumes para luego enseñarselos a las vecinas, tú llevate tu máquinita, a mi traéme las fotos". 

Y así lo hice, así lo he hecho, y así lo haré, mamá...

Delicioso café, delicioso té... delicioso día...