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viernes, enero 31, 2014

Feliz Happy 5 de Mayo!!! (sí, en 5 de Febrero, así es) ((Ah, y otras celebraciones, shhhh))





Antes que nada, buenos días, aviso: el martes 4 de febrero es el día de mi próximo curso de "Descubre Linkedin, las Redes Sociales y Networking", pls inbox si están interesados/as o por información...

¿Seguimos con los aniversarios de algo? 

En este año de 2014, no batallamos mucho, ¿eh? 

1964, ya viene el 50 aniversario del verdadero comienzo de la percepción universal de los Beatles, ya hablaré de ellos en su momento.

En 1969, otra de los Beatles, ayer y hoy, 45 años del concierto en los techos del Abbey Road, para grabar, filmar, registrar, o como se diga, de Let it Be. Los astronautas y la reconcepción del lugar del hombre en el espacio, realmente en el espacio, desde la luna misma. Tiempos espaciales, satelitales, universales, cósmicos. Puede haber sido el último año real en la que los sucesos cotidianos tenían un sabor a nuevo, novedoso, desde la ropa misma, los colores, los atrevimientos, los viajes, las expresiones. Mmm, me suena para escribir más del tema.

En 1974, pues, sólo había 6 lugares conectados a una red llamada INTERNET, fue la continuidad de la primera crisis del petróleo provocada por la furia de los Árabes debido a el apoyo de los Estados Unidos a Israel, y el seguimiento de las incidencias de si habría juicio político contra Richard Nixon por los detalles de algo llamado Watergate en los que los que estábamos apenas leyendo noticias nos sorprendía que siempre salía algo de eso y nunca entendíamos lo suficiente para comprender que significaba, que implicaba y porqué era histórico: Un presidente que desde su posición de la persona más poderosa del planeta ordenó o permitió que se hicieran labores sucias, claras, abusivas, en contra del partido de la oposición y que lo llevaría a renunciar a su cargo.

¿1979? Antier fue el 35 aniversario de la empolvada del Río Santa Catarina de la primera visita de Juan Pablo Segundo a la ciudad de Monterrey en la que nos decían desde las 9 am que el Papa estaba saliendo de Guadalajara y que no tardaba en llegar, cosa que hizo hasta las 5 pm, largo y frío día.

1984, ya hablé algo de mi primer trabajo como profesionista real.

1989, pues el fue el año de las maravillas, veinticinco años de cuando las repúblicas socialistas empezaron a caer una tras otra y que culminó todo con la caída del Muro de Berlín, visión que electrizó a todos.

1994, pues al contrario de 5 años atrás, el año de las pesadillas, veinte años de saber demasiado, diría yo, de Zapatistas, Marcos, Colosio, Zedillo, Ruiz Massieu, devaluación-error de diciembre. Todos quieren olvidar ese año. Ok, no todo fue malo. Mmm, veinte años de mi real primera experiencia con Internet,la cual fue fantástica. Ya hablaremos de ello también.

1999, el año de pre-premilenio, quizá demasiado cerca de todos.

Ya le seguiremos por si hay algo que registrar del año 2004 y del 2009, y que sea relevante para la comunidad.

En fin, pasen gran puente del 5 de febrero que sucede el día 3, sólo recordar que hace muchos muchos años, alguien en una comida familiar de un buen amigo, preguntó:"¿qué se celebra el 5 de febrero?" y la hermana mayor de él respondió diligentemente: "¡qué burra eres! ¡La batalla del 5 de Mayo!".

¡Feliz aniversario este 3 de febrero de la Batalla del 5 de Mayo a todos!!

Recordando los 50 años del Doctor Strangelove o Stanley Kubrick, una vez más, un geniazo!







Ahora otro cambio de ritmo. 


Esta es de esas no-confesi-crónicas y sí-artículo didáctico-y-de-celebración, si no quieren pues no, no lo lean. Les va aburrir. Ya me conocen.

Es difícil hablar del fin del mundo. No, no hablo del de la segunda venida o del que hablan ciertas sectas que se vendrá en tal o cual hora o el desacreditado Apocalipsis de los mayas de hace apenas un año.

No, hablo del provocado por la mano del hombre que pudo suceder a partir de los años cuarentas y que de alguna manera seguimos pendiendo de un hilo. 

Bueno, estuvimos pendiendo de un hilo como que más recortado y seguimos en nuestra ignorancia, tan campantes.

Resulta que estos días de hace 50 años (cómo hay tantas cosas que últimamente celebran 50 años, ¿eh?) se estrenó la película del genial Stanley Kubrick llamada Doctor Strangelove, o Cómo Aprendí a Dejar de Preocuparme y Amar a la Bomba.


La película es una farsa o comedia acerca de un general americano que pone en marcha un plan para atacar Rusia debido a que estaba convencido que era la única manera de detener los planes rusos que amenazaban con robarle sus "preciosos fluidos corporales" a la población a través del flúor vertido en el agua potable de todas las ciudades.

Ese plan consiste en mandar varios escuadrones de aviones bombarderos B-52s cargadas con bombas atómicas sobre Rusia para destruirla hasta sus cimientos. 

Los rusos se dan cuenta, por supuesto, y amenazan con contraatacar de inmediato. De buenas un oficial inglés (Peter Sellers) ayuda a detener el plan cuando descubre la clave para dar a todos los aviones la orden de regreso.

Y todos obedecen, excepto uno, que había sido dañado poco antes por fuego antiaereo y había perdido la radio.


Aquí se ponen las cosas complicadas: el presidente norteamericano (actuado por también por Peter Sellers) hablando por teléfono con el presidente ruso, se entera que ellos, los rusos, habían inventado previamente una Máquina del Juicio Final para que en caso de ataque nuclear de inmediato se desatase un ataque de revancha total sobre los Estados Unidos.

El caso es que para que la utilidad de esa arma, la Doomsday Machine, funcionase, los norteamericanos DEBERÍAN SABER de su existencia, para no hacer, pensar, planear ataques. Así se produciría un empate básico: "no te ataco porque me atacarías hasta los cimientos", la paz en base al miedo a la mutua destrucción total.

Los norteamericanos dudan de la existencia de esa arma, demasiado terrible para inventarla (sobre todo George C. Scott, maravilloso en sus escenas).

La película llega a extremos delirantes cuando ahora aparece el Doctor Strangelove (actuado por... sí, también por Peter Sellers) y en su acento alemán concluye que...

Película filmada en blanco y negro, apegadísima al detalle minucioso, describiendo la cabina del B-52 a un grado extremo tal, que personal de la producción fueron investigados por el FBI para saber de dónde tomaron los detalles de los paneles de control o de las tácticas para los planes de activación de las armas.

Bueno, hasta aquí lo de la película.

Magnífica película.

El punto es que a través de los años, la humanidad sí ha estado muy cerca de esa guerra nuclear, tan cerca, que ya no podríamos ni contarla. ¿Qué tanto?

-Escuadrones alemanes que al menos en 1960 tenían sus aviones jets cargados con proyectiles atómicos listos, y que si hubieran querido, hubieran podido despegar de sus bases en Alemania Occidental e irse a liquidar viejas cuentas al bombardear Moscú. La única barrera que les hubiera impedido conseguir eso era sólo un soldado norteamericano con su rifle, sólo uno, resguardando esos almacenes.

-La cadena de mando normalmente era que el presidente y sólo el presidente, siempre tenía el control. O es lo que se creía, pero no. Tal como en la película, había varios generales o coroneles que si se les hubiera pegado la gana hubieran podido desencadenar ellos sólos la Tercera Guerra Mundial, sin pedirle permiso a nadie. A nadie.

-El número clave en muchas instalaciones nucleares, el password, para poder iniciar el proceso despegue del arsenal atómico era... "00000000". Dificilisimo.

-Gran cantidad de personal en esa área de armas son personas con problemas de alcohol y drogas, por las presiones con las que tienen que tratar.

-Y al menos en los años 50s, escuadrones americanos estacionados en las Aleutianas, frente a Alaska, se ponían al tú por el tú contra de aviones Mig arriba de Vladivostok, en Siberia soviética, totalmente invadiendo territorio ruso, invitando al omnicidio.

-Como dato interesante, el primer B-52 se utilizó en 1955 y se espera que algunos, modernizados, sirvan hasta los 2040s, ¡casi los 90 años de usar los mismos aviones!

-Como extra dato, muchos concluyen que lo único verdaderamente bueno que ha salido de los B-52s es el Rock Lobster, el Love Shack y Shiny Happy People junto con R.E.M. y muchos otros rocks. Completamente de acuerdo.

Nos salvamos de muchas. Lo que es vivir en la bendita ignorancia.

¿Cómo se podía mantener el status quo a pesar de eso?

Sepa, sólo sé que ahora hay menos armas nucleares, sí, pero el peligro continua.

Pensarán, tal vez desconcertados, el qué tiene que ver todo esto con nuestro presente y pues cerrando con una nota más optimista, Stanley Kubrick, sin saberlo, le atinó a la parte medular: Hay locos, demasiados locos en el poder, o tal vez no en el poder, pero sí con poder, hoy en día. 

El misterio es, ¿cómo lo consiguieron?? 

Esa es la pregunta. O más que pregunta, esa es la mera cuestión que siempre nos debemos hacer: ¿Cómo evitar que los locos tomen ese poder?

(Password "0000000", ¡qué barbaridad!)

¡Eso sí da miedo!

50 años del Doctor Strangelove. ¡Cómo se pasa el tiempo cuando uno se divierte!

Pasen lindo día.

Rock Lobster!

Nota: Curso de Descubre LinkedIn, Las Redes Sociales y Networking, a partir del próximo 4 de Febrero! Los Invito!

Erase un perrazo, el Clint...




Erase un perro blanco, hermoso, husky, con un ojo azul y un ojo negro.


Erase un perro noble y lindo que nunca te hacía caso.

Erase un perro simpático que tenía mucho pelo y que nunca sabías si te escuchaba.

Erase un perro blanco que cuando lo sacabas a caminar, lo que quería era correr.

Y vaya que te llevaba él a pasear. Corre corre corre. Feliz.

Y la significancia de un perro no se puede expresar a palabras. 

No alcanzas. No comprendes. No asimilas. 

El Clint me lo recordó. 

(Bueno, también el otro perro, el Boney, lo hizo. O lo hace.)

Un perro tan noble como el Clint, no merecía sufrir más. Su estado de saludo ya no le procuraba su dignidad. 

Su nobleza. Su tiempo, arena frágil, desvaneciéndose.

Sé que los perros no saben nada de eso. Sé que nosotros los antropomorfizamos a extremos. 

Les dotamos de inteligencia, los dotamos de sentimientos, de comunicación.

Y a veces pienso, no, estoy muy equivocado. 

Que sí la tienen. De extraña e irracional manera, sí la tienen.

Y que nos entendemos. 

Y que se ven en nuestros ojos y que nosotros nos vemos en los de ellos.

Ese perro blanco llegó de repente, famélico, ojos apagados, respirando con rapidez, en los puros huesos en el porche de la casa y no se movió por cuatro días. Lo ingresamos, no había de otra. ¡No somos tan inhumanos! 

Y adquirió peso y adquirió amor. Y se dejó querer. Y a salir y a dar la vuelta y a alegrar la vista de quien lo miraba.

Pero a partir de un evento ya nada fue igual. 

Y empezó a decaer rápidamente y hay una ley de la vida que dice que cuides de tus mascotas, que son parte de tu familia y que al mismo tiempo tú eres parte de la de ella, o ya eres parte de su manada, o como sea.

Y ese perro debió de estar sano por tres cuatro años más.

Pero algo pasó. Algo pasó y se lo fue llevando delante de todos. 

Y se veía claramente como la decadencia y la edad y el dolor se apoderaba sin misericordia de su esencia. 

Y ya nada fue igual. Y lo llevas al médico, es tu responsabilidad, ¡caramba! ¿Quién más lo va a hacer por ti? 

Y te da esperanzas. 

Pero la esperanza voló rápido como periódico en calle desierta.

Y un día tendrás que decidir.

El dolor se comparte y aún así es mucho y no hay razón de que sea. 

De que siga siendo.

Y llega el día tienes que decidir.

Y ahora el perro blanco noble de ojo azul y ojo negro ya no está.

Y sólo esperas o imaginas o sueñas que en alguna parte esté corriendo y que ojalá esté husmeando y ojalá esté escondiendo su hueso y ojalá esté resoplando en la puerta pidiendo su comida, y ojalá esté haciéndole un hueco a esa puerta con su pata.

Y esperas que sea cierto.

y lo crees firmemente.

Y todavía no son ni 24 horas y ya lo extrañas.

Y me asusto de todo lo que uno puede sentir cuando se te va un animal.

Porque ves su humanidad y te ves a ti mismo al mismo tiempo. 

Y tal vez es cuando miras alrededor de lo que tienes y te rodea. 

Y agradeces lo que tienes. Y sientes y piensas y vibras y...

Erase un perro blanco, hermoso, husky, con un ojo azul y un ojo negro.

Lo veo corre corre corre y es feliz, créeme.

Y ya es feliz...

El Padre de todos los dilemas, ser o no ser....



Ahora hablaré de los dilemas, no, no será tan complicado, no hablaré de los dilemas que te ocurren, o me ocurren u ocurren alrededor del mundo, sólo hablaré de la máxima evocación del concepto del dilema en sí.

Y que mejor que poner el texto de uno de los mejores escritores de la historia y que en su gran talento se le ocurrió exponerlo como un monólogo del cual el 99.999% del mundo sólo conoce las primeras 8 palabras.

Recordar los que saben y para que sirva de contexto para los que la hemos leído o visto, pero que no nos acordamos mucho, que este monologo o soliloquo lo expresa Hamlet en medio de la duda de si seguir vivo o de suicidarse en medio de grandes tragedias familiares, pero reconoce que el morir es peor. 

Son temas de venganza y muerte, nada de qué preocuparse a menos que vivas en Dinamarca en esos años sin cable o Iphone del segundo siglo del pasado milenio.

Así las cosas, con ustedes, William Shakespeare:

(Lease pausado y pensando/reflexionando lo que se está leyendo y no, no sé si es la mejor traducción). 

***

“Ser o no ser… He ahí el dilema.

¿Qué es mejor para el alma, sufrir los insultos de la ultrajante Fortuna, golpes, dardos, o levantarse en armas contra el océano del mal, y oponerse a él y que así cesen?

Morir, dormir… Nada más; y decir así que con un sueño damos fin a las llagas del corazón y a todos los males, herencia de la carne, y decir: ven, consumación, yo te deseo.

Morir, dormir, dormir… ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán cuando despojados de ataduras mortales encontremos la paz?

He ahí la razón por la que tan longeva llega a ser la desgracia.

¿Pues quién podrá soportar los azotes y las burlas del mundo, la injusticia del tirano, la afrenta del soberbio, la angustia del amor despreciado, la espera del juicio, la arrogancia del poderoso, y la humillación que la virtud recibe de quien es indigno, cuando uno mismo tiene a su alcance el descanso en el filo desnudo del puñal?

¿Quién puede soportar tanto? ¿Gemir tanto? ¿Llevar de la vida una carga tan pesada? Nadie, si no fuera por ese algo tras la muerte —ese país por descubrir, de cuyos confines ningún viajero retorna— que confunde la voluntad haciéndonos pacientes ante el infortunio antes que volar hacia un mal desconocido.

La conciencia, así, hace a todos cobardes y, así, el natural color de la resolución se desvanece en tenues sombras del pensamiento; y así empresas de importancia, y de gran valía, llegan a torcer su rumbo al considerarse para nunca volver a merecer el nombre de la acción.

Pero, silencio… la hermosa Ofelia, ¡Ninfa, en tus plegarias, jamás te olvides de mis pecados!”

***

Lo demás, se tiene que leer en Hamlet, ver el contexto en el cual Hamlet lo dice, en qué circunstancias, y a donde conllevan sus reflexiones dichas en voz alta.



Por si alguien los quiere leer en inglés: 

Porque para esto hay como 21 versiones diferentes, y de traducciones, ni se diga.


En español:


Tengo la firme creencia de que leer te hace libre. Te hace pensar, te hace viajar, mirar hacia dentro de ti. 

Hamlet y muchas más de las obras de Shakespeare, y de muchos clásicos, hablan de eso que ya no se menciona mucho en los textos de hoy en día, el tema de la condición humana. Aún y que todo lo que hacemos, pensamos, deseamos, extrañamos conforman la condición humana, la frase no se menciona mucho.



En fin, dos avisos:

Uno:

Por cierto, tengo tres ejemplares de Technotitlan Año Cero (en dos tomos), dos de Sangre de Neón (también en dos tomos), y dos de cuentos de Pájaro Vespertino, mándenme un inbox por si están interesados. Saludos!!!

Si están interesados, hasta podría hacer más, sólo díganme...


Dos:

Próximo curso de "Descubre Linkedin, las Redes Sociales y Networking", pls otro inbox si están interesados/as o por información...

Gracias y buen día, y linda semana y no guarden sweateres que hará frío el miércoles, ¿ok?

viernes, enero 24, 2014

Springsteen, Los Lobos y yo...





No puedo creerlo, no puedo creérmelo. No pensé que escribiría de Bruce Springsteen, pero, sí, lo estoy haciendo. 

Y no sólo hablaré de él. Lo prometo.

Supe de él por las portadas de la Rolling Stone allá por 1978, cuando veía la mentada revista en el viejo Sanborns de Morelos. Ni idea de quién fuera. Y su nombre aparecía de vez en vez en alguna de las revistas, y libros sobre todo, de música que leíamos por ahí, ah, y lo mencionaba en novelas Stephen King.

Para esto nosotros estábamos muy metidos en el rock total, heavy metal, hard rock, y un poco menos en el pop (lo confieso, me gustaba mucho la música disco, pero eso, dejémoslo para otra confesi-crónica).

Y Bruce lo escuché, creo en 1980, con Hungry Heart de su disco The River. Una canción muy pop, oh, sí.

Pasan dos, tres años y consigo, creo, el de Nebraska, el de Born to Run, el de Darkness at the Edge of Town, el de Ashbury Park. Y empezó atraerme la profundidad de las letras de sus canciones (muy del tipo de Bob Dylan): Born to Run, wow, Rosalita, uf, The River, Fire, The Ghost of Tom Joad, Growing Up, Johnny 99, Highway Patrol

Llegó 1984 y la supernova de Born in the USA, que llevó el mito a niveles impresionantes, a incomprensiones y a sencillas indiferencias como si fueran los estereotipos comerciales sospechosos usuales, como si fuera la mercadotecnia planeada quien lo había creado.

Con el tiempo siguió creando y cantando y estando en el escenario. 

Una Superbanda.

En fin, el punto es el documental sobre él: Springsteen and I, Springsteen y Yo, en la que un grupo de fans platican de sus experiencias con Bruce, con sus canciones, con su presencia en el escenario, en sus conciertos, en su misma vida.

Gente que llora, que reflexiona, que evoca, que se confiesa con sus canciones, sí, sé que el idioma nos limita, pero créanme, hay mucho de cierto en lo que escribe, en sus valores universales de amor, odio, desesperación, ansiedad, angustia, dolor, pasión, incertidumbre, humanidad.

Le ha cantado a los veteranos, a los inmigrantes ilegales, a los amorosos, a los inadaptados, a los abandonados, a los pobres, a los que la sociedad deja de ver. Conciertos de tres horas y media. 

Entrega total, pasión, energía y alegría al mil. 

Rock and roll, forever.

Y ya no le seguiré, esto parecerá una elegía de algo. Digo, no es necesario decir mucho más para expresar mi admiración al tipo y a su banda.

Bueno, en ese video habla de varias anécdotas impresionantes.

Y una de ellas fue como sigue:

Una pareja de los últimos asientos, a mero arriba del Madison Square Garden, era al principio de cuando abren las puertas. Resulta que está esta pareja y se acerca un tipo barbudo y con pantalones cortos y les dice: "Hey, ¿desean ser ascendidos?" 

Ellos responden: "¿Qué? ¿Cómo?" 

Él les dice: "A ver sus boletos..." Él saca los de él y dos pulseras y dice: "Dénme los suyos, les daré los míos".

Ellos obedecen y él los toma, les entrega los nuevos y les pone la pulsera y les dice: "Son de mero enfrente del escenario, mucha suerte...", y les advierte "No,no me den dinero. Miren, vayan y no digan a nadie lo que ocurrió aquí, no me señalen, no lo comenten, sólo vayan a sus lugares, y sí, trabajo para Bruce. Mucha suerte."

Obvio, ellos impactados, pues, no encontraron solos el lugar, y sí, alguien de seguridad les dijo y sí, estuvieron en mero enfrente de un conciertazo de Bruce Springsteen y la Banda de la Calle E.

Inolvidable, ¿no? 

Bueno, como les dije, no sólo iba a hablar de The Boss y su excelencia de cómo se porta con su raza.

Resulta que en 1997, algo así, me enteré que Los Lobos iban a venir a Monterrey y pues nada más sabiendo dónde iban a estar, en el Escena, allá por Ocampo, quise ir. 

Me dejé ir en lunes y fui a preguntar por los boletos: carísimos, no sé quien los pudiera pagar. 

Bueno, ya saben que Los Lobos es una excelente banda de mexicoamericanos que es mas conocida por su versión de La Bamba, para la película basada en la vida de Ritchie Valens del mismo nombre. 

Hablé con una chica, me dijo que yo era el primero, me preguntó que si eran mi hit, le dije que tal vez no, pero que estos chavos eran geniales. Bueno, el caso es que compré 4 boletos.

Los Lobos nunca fueron famosos como otros grupos, pero siempre fueron favoritos de su público, quizá escaso, y de los críticos, siempre. 


Yo tenía tres discos de ellos, How Will the Wolf Survive?, La Pistola y el Corazón y el de Kiko (el de Wolf... trae una canción, entre varias de rock y rockabilly, que se llama Serenata Norteña y que la letra dice: 

"Serenata norteña / Al estilo Nuevo León / Que también en Matamoros / Por Reynosa y Río Bravo / Son de pura tradición... 

¡¡¡Río Bravo!!!

Yessss, Los Lobos nos mencionaron! (y de ahí soy, obvio!)

En la fecha indicada ahí estábamos en una zona no tan privilegiada, pero suficiente, pegados a la pared derecha, esperando el concierto, y no, no había mucho ambiente que digamos. Muchos tomaban, lo normal. 

Quizá esperaban sólo escuchar La Bamba, qué sé yo.

Y estaba ya a punto de empezar el concierto cuando se acerca una persona: que lo había mandado la chica, que si queríamos cambiarnos... que sí, enfrente del grupo, que había una mesa para 4 personas, ¡que nos moviéramos pero ya!

Ni tardos ni perezosos nos cambiamos en la oscuridad por las sillas, mesas, por la gente, y en eso un amigo de uno de mis amigos lo reconoce, ambos son de radio, mi amigo es ya un clásico reconocido, y le grita: "¡hey... vente, acá hay lugar!" Y mi amigo le responde con una sonrisa: "gracias, pero vamos enfrente".

Y enfrente estuvimos y gozamos la leyenda de Los Lobos. Sus éxitos, David Hidalgo, César Rosas, inolvidables. Rock, rockabilly, huapango, son, acordeón, corridos, fabulosos.

Tal vez Los Lobos no sean Bruce Springsteen y la Banda de la Calle E.

Pero la experiencia, mi hermano, la experiencia: son honesto rock and roll y tú lo sabes. 

Perfectamente lo sabes.

Los Lobos, Springsteen, su público, tú y yo.

Rock and Roll, forever.

Lindo viernes y lindo fin de semana... a ti y a mi y a todos.

jueves, enero 23, 2014

Thirty years ago today! La Macintosh sale al mundo.






Yo no sé si los avances que mueven al mundo están a nuestro alcance para verlos, sentirlos, o quizá nunca los percibimos. Nos pasan de noche.

Un día alguien en 1450 pudo entrar en Maguncia, Alemania, a un taller y decir: "¡Hey, Johannes, necesito que me hagas unas invitaciones para mañana! Espera, ¿qué haces con eso? ¿qué es?".

Gutenberg pudo responder: "Se llama imprenta de tipos movibles... y cambiará al mundo...y sí, puedo hacerte las invitaciones pero estarán hasta el viernes de la próxima semana".

¿Se podría decir de la Mac lo mismo? ¿o fue la misma Apple IIe la que cambió al mundo o fue qué?

Alguien puede decir, este desarrollo que estoy viendo ante mí, ¿cambiará al mundo? ¿O somos tan vanos que creemos eso por darnos el gusto de decir después que vivimos en épocas grandiosas?

(A veces pienso que estos espacios los uso para registrar el momento que me tocó vivir. Alguien de seguro, en otro Facebook, con sus 1,200 amigos también hace lo mismo en Karachi, otro en Ottawa, otro más en Manila, otro más en Monterrey, California, otro más en Iquitos, otro más en...

Parte del show, son como crónicas. Pensé que eran sólo como reflexiones, pero son también crónicas.)

Parte de todo fue el tema de la aparición de la nueva máquina de Apple, en enero de 1984. 

Se los juro, casi nadie por entonces sabía quien era Steve Jobs, es más, nadie lo hubiera distinguido de Steve Wozniak.

la historia de cómo llegaron a la fama y fortuna, pues, ya se sabe, lo único que hago en este momento es recordar que eso sucedió hace tres décadas.

Afirmar que la Macintosh es una máquina que fue, usaré la palabra, exquisita, es sobreentendido. Que fue la primera en llevar a cabo al máximo el famoso acrónimo de WYSIWYG, que significa WHAT YOU SEE IS WHAT YOU GET, LO QUE VES ES LO QUE CONSIGUES, lo que ves en pantalla está idéntico a la hora de imprimir, cosa tan normal hoy en día, tan novedoso entonces,tan acostumbrados ahora, tan no-hay-ni-hubo-nunca-otra-manera-posible-de-hacer-las-cosas. 

En aquél entonces las impresoras eran de matrices de puntitos, tan sin chiste. Eran, son, deprimentes.

No conocí la Mac hasta meses después, era carisísima, como muchos productos que llegan a la gente al principio de su ola innovadora o disruptora, listos para impactar, o apantallar, a los early adaptors. Y no conocía por ese tiempo a muchos early adaptors que digamos. 

(Nota a mi mismo, sigo sin conocer a muchos, por tanto no hay más, deberé mejorar mis círculos sociales.)

Otra cosa maravillosa: el ratón. Nadie, una vez más, en el mainstream, o sea, en donde vivimos tú y yo, había tenido la necesidad de usar una cosa con cable que la uniera a la pantalla y registrara de forma simultánea un rumbo dentro de la misma e hiciera marcas con un click dentro de un objeto dibujado, eso, ¡vaya que era revolucionario!, sensible a la región delimitada dentro de pantalla para realizar una acción particular.

Eso es lo que hacía el ratón o mouse. Toda una industria nueva se desarrolló a partir de ello. 

Pero lo curioso de todo es que, por más que se vendieron doscientas mil Macs en ese primer semestre de 1984 (ah, ese comercial de Apple del Superbowl, sólo transmitido una sola vez, marcó historia), no servían de mucho más que para hacer dibujitos y escribir cosas que se veían bonitas. Y ya. No tenía lenguajes para programar, no tenía programas que cargar como un Office, no tenía juegos, en resumen: era algo muy caro para tenerla de adorno.

El ratón no lo inventó Apple, quienes lo desarrollaron ahí fue en base a diseños usados desde 1968 y que luego la Xerox desarrolló, esa Xerox, junto con ese tipo de pantalla "mapeable", sensible a la posición de como ya mencioné, algo llamado cursor o puntero que caprichoso se movía a través de la superficie.

Algo mas curioso todavía, que no duró mucho porque nadie daba un comino por eso, las unidades de medida recorridas por el mouse, se llamaron por un tiempo, "mickeys". Graciosos los señores.

¿Cómo llegaron los elementos de la Xerox a Apple? Jobs invirtio un buen en Xerox y se enamoró de los diseños y sin avisar decidió ya olvidarse de su fiel Apple IIe y de la III para tomar ventaja de los nuevos avances de ingeniería.

Sí, se puede decir que robó las ideas de Xerox.

Otro punto interesante a recordar es que a los diseñadores de la Mac, Jobs los obligaba a trabajar, ya saben la leyenda, a presiones gigantescas, y una cosa, no sé si sea apócrifa, pero dicen que él puso en el centro de una de sus salas, una motocicleta BMW, hermosa ella, para que los diseñadores e ingenieros tomaran un ejemplo de como se puede conjugar potencia y belleza en un espacio pequeño definido.

Ese era uno de los retos que Jobs haría después con los años y su Iphone e Ipad y demás artilugios.

Bueno, el problema fue que el mundo Mac fue cerrado. A ver si puedo resumir: La IBM desató la fiebre de las PCs en 1981, hizo billonario a Bill Gates por falta de atención en un pequeño detalle, el DOS nunca le fue vendido a IBM; sólo licenciado, cada usuario, una lana para Microsoft. 

Y la arquitectura de la PC siempre fue abierta de cierto modo, lo que ocasionó que todos podrían comprar PC´s compatibles sin importar la marca. Eso abrió decenas de posibilidades de programas nuevos que no necesariamente tenían que casarse con IBM, así salieron como menciono, decenas de marcas famosas, la Compaq, la Dell, la Gateway, etc.

La Macintosh, no. Jamás licenció nada. Por eso languideció en el 5% del mercado de computadoras personales o algo así, durante años.

Pero eso sí, con su WYSIWYG inventó el mercado del desktop publishing cambiando ese mundo por siempre.

Y bueno, no todo fue miel sobre hojuelas, su más acérrimo rival, Microsoft con Bill Gates a la cabeza, entendió lo que seguía y desarrolló algo que tenía que ver con pantallas con ventanas y ratón, nada que ver con construir máquinas que tuvieran mil proveedores externos de los cuales depender (disco, tarjeta madre, procesador), él sólo iría hacia el propio programa maestro, el sistema operativo, le puso Windows, y a Jobs eso no le pareció nada en absoluto. Se sintió robado, traicionado.

Pero eso estaba en el futuro y daría sustancia para películas y libros.

Todo eso sucedió hace 30 años y parece que el tiempo se fue por un agujero negro domesticado. 

Éramos jóvenes, arrogantes y sentíamos que teníamos mucho tiempo por delante.

Y vaya que así fue.

Lindo día. Lindo jueves.



A 30 años de Karma Chamaleon... y de mi primer trabajo Freelance...





30 años de Karma Chamaleon, de mi primer trabajo freelance... de 99 Red Luftballons...

Tenía 21 años casi cuatro meses y fui a mi trabajo primero de recién egresado en una compañía pequeña dedicada a microcomputadoras en forma freelance. Iban a ser tres meses.

Sí, se llamaban todavía: MI-CRO-COM-PU-TA-DO-RAS. O "micros".

Las "Personal Computer" eran todavía raras y su nombre en sí todavía no pegaba, el de "pece". Lejos estaban de la imaginación de todo el respetable las redes, el correo personal, el internet (¡menos el internet para llevar!), el browser, el messenger, los Smartphone, Androids, Facebook, Google et al.

En lo que sigue no diré nombres, no vaya a ser la de malas que alguien de ahí me lea, lo cual me parece muuuuy poco probable.

Esa oficina quedaba en el centro y estaba en un segundo piso. Mi primer día de trabajo fue de hecho el 13 de enero de 1984 y este fue conseguido por una persona que me recomendó con el dueño del negocio a quien, como verán, conocí después, sólo me entrevistó el gerente del negocio, un señor delgado muy luchón e inteligente que vestía pantalón de vestir hasta en domingo.

Lo que iba a hacer era trabajar en reformar un sistema de contabilidad y unirlo a un sistema de costos unitarios que era lo que vendía esta gente en lenguaje BASIC.

Llegaba yo y saludaba a todo mundo, me contestaban a regañadientes y así me instalaba en una mesa de trabajo, allá en el fondo. Las computadoras de trabajo eran "micros" marca Cromemco, marca ya desaparecida de la faz de la tierra por más de 25 años o más. Y la ilusión de ese pequeño negocio era hacer dinero con esas micros y sus sistemas hechos a la medida.

La música de fondo era la tan añorada de Stereo Siete, manejada por la familia Hinojosa Margaín, claro. Y fue ahí donde escuché por primera vez la canción Karma Chameleon, del Culture Club de Boy George, que, ok, no tiene mucha trascendencia, pero sí marcó una época, y además de esa se escuchaba a Nena, la chica alemana de los 99 Luftballons, genial música de por aquél entonces.

30 años hace de todo eso.

El caso es que en ocasiones, a ciertas horas de la mañana escuchaba un sonido raro, como de motor que se prendía por poco más de 10 segundos y se apagaba. Por más que le buscaba nunca sabía de donde era ese ruido.

A los pocos días me dicen "te habla el señor Something", y yo: "ah". Fui para allá y que veo algo raro: Era la pared plateada que estaba a lo largo frente a los tres o cuatro escritorios, y que tenía una como puerta negra en medio a la que nunca le había puesto atención.

En eso se escucha el ruido familiar de moverse algo pesado y veo que esa como puerta negra sí lo era: una puerta que por obra y gracia del motor se fue moviendo. Y se abrió hacia una oficina de paredes negras, eso sí, muy iluminada. Se oyó la voz del señor Something desde dentro quien dijo: "¡Pasa Luis!". Y pasé.

El dueño del negocio: Este señor era elegante, de 1.85 m, distinguido, impactante. Se pintaba el pelo, ya algo delgado, de color castaño. Usaba lentes de armadura de oro delgada. Usaba un diente de tigre en medio de su cadena de oro en el cuello,muy gruesa, todo muy llamativo, imaginé que no podrías dejar de verlo en algún lugar a donde llegase el señor.

Rayaba en lo Kitsch.

Nada, que su entorno de trabajo... era impresionante. Ya dije las paredes negras. Un taburete de pata de elefante. Una amplia mesa negra de mármol como escritorio. Una daga marroquí curvada sobre la mesa, como abrecartas. ¿Comenté del leopardo disecado en actitud de caer sobre su presa y que estaba arriba del señor Something?

Lo que hace el dinero.

Ya no rayaba en lo Kitsch.

Definía lo Kitsch.

Le hice dos tres preguntas de lo que veía, sí, que si la daga, que si el leopardo, porque, para esto, toda la habitación estaba llena de animales disecados y en eso me dice el señor Something: "Veo que te interesa, deja te llevo a la habitación donde guardo mis trofeos."

Y que vamos para allá y que voy viendo, con descreimiento total: ¿Habitación? Era una gran sala la cantidad de animales que tenía por ahí: osos, búfalos, antílopes, grandes, chiquitos y lo más impresionante, un búfalo negro aterrado en el piso, caído, derrotado, y arriba de él, un león con los ojos desorbitados, su melena alborotada, con sus garras deshaciendo a tirones la piel del búfalo, sus quijadas poderosas hundiéndose en el pescuezo del animal.

Todo en "perfecta", "armonía".

Revolucionaba lo Kitsch.

¿Qué decir? Igual que en su megalomaníaca habitación oscura, había antílopes chiquitos, medianos, grandes, osos, cimarrones (estoy recordando un venado de Mongolia, y que contó que fue de los primeros cazadores mexicanos en llegar ahí) uf, de todo, no pude asimilarlo. Fueron solo 10 minutos o menos de visita a esa sala, hace 30 años. 10 minutos, y como ven, inolvidables.

Nunca dejaré de preguntarme cómo se mata a un antílope que no mide mas de 30 centímetros, con qué arma, con qué actitud.

Eso es todo lo que pude decir: "Una colección muy impresionante".

Nada más ambiguo pudo salir de mí.

Le agradecí su atención al señor Something. No recuerdo haberme cruzado de nuevo con él.

Con esa ocasión fue suficiente. De por vida.

Acabé el proyecto en seis meses en lugar de tres. Nunca volví a ver a las personas que trabajaban ahí.

No hice amistades, n
unca me interesaron, nunca les interesé. El mundo nada perdió.

Las microcomputadoras Cromemco desaparecieron. La frase "la micro" cayó en desuso, la oficina esa también.

Al señor gerente lo vi dos años después en una manifestación en contra de Jorge Treviño, lo vi desde no muy lejos, se quejaba por no poder cruzar la calle en su auto por el paso de la gente manifestándose.

Culture Club inesperadamente jamás fue tan sofisticado más allá de Karma Chamaleon, con su Kitsch andrógino decadente a todo lo que da.

El señor Something murió hace mucho.

Ignoro que pasó con esas piezas de caza disecadas ultra chic-kitsch.



Nena, la de los 99 Luftballons, es recordada, siempre con todo y que nunca la volvimos a ver, en nuestra mente, también siempre, tuvo clase.

Lindo Miércoles.

Viene un poquito de frío. Aguas. Abríguense.

Sucedió en el Metro de la Ciudad de México...

(Por cierto, esta foto fue tomada por mí, Luis Eduardo García)


Recuerdo mis viajes en el Metro de la ciudad de México.

Antes de eso, me gustaría decir, que adoro a la ciudad de México. Es una ciudad fascinante, con mil cosas que hacer, mil cosas que descubrir, mil cosas que mirar.

Y me tocó vivir en como dicen o decimos o dijeron o dirán: en provincia. Viví en Pachuca, Hidalgo, unos años, y pues, por circunstancias, me vi envuelto en la necesidad de trabajar en la ciudad de México, viviendo en Pachuca. Ida y regreso todos los días. ¿Kilómetros de traslado? 220 kilómetros diarios.

Entonces la idea era viajar todos los días a DF, desde Pachuca, para llegar a la oficina a las 9 30 am.

No era cosa fácil. Pero bueno, lo que quiero contar aquí es algo que me sucedió en el Metro. No es que sea gran cosa, pero es un detalle interesante.

Dato 1: Adoro,sí, también, el Metro de la Cd de México. Es fascinante.

Dato 2: Es muy pesado usar el Metro. Es tardado, pero efectivo. Es directo, pero muy atiborrado de gente.

Dato 3: Es abrumador usarlo a veces y las distancias a recorrer, son larguísimas. Lo que te ahorras en dinero, lo pierdes en tiempo.

Dato 4: Los transbordos a horas pico, son espeluznantes, apocalípticos. Salidos de la película de Cuando el destino nos alcance:"Soylent Green is people! Soylent Green is people!" .

Dato 5: Hay de Líneas a Líneas. No es lo mismo Polanco que La Merced. Norte 45 qué Coyoacán. (Basé una experiencia depor el rumbo de Norte 45 para un cuento llamado así, "Norte 45").

No más datos. De momento. Luego tocaré más temas, sólo ahora hablar de lo interesante que me ocurrió, como ya dije.

Un día iba rumbo a... mmm la estación Indios Verdes, desde Centro Médico. Esa línea es de las más complicadas. Tiene transbordos ahí en Centro Médico (donde yo me subí viniendo de Chilpancingo), además tiene otro en Balderas, en Hidalgo y en La Raza, al menos.

El más pesado, Hidalgo. Viene la línea cargada de gente desde/hacia Cuatro caminos o hacia/desde Taxqueña. es una encrucijada conflictiva perfecta La madre de todos los transbordos conflictivos. La gente sale o entra a toneladas. Todos mirando hacia la salida más  cercana, todos rápido que la bocina suena implacable a los 30 segundos de abrirse las puertas para cerrarlas.

Dejen les cuento que hay una leyenda apuntada en la pared, que dice:"Para entrar primero deje salir". Y no, no la respetan mucho. Los empujones, reales empujones, están a flor de piel. Me tocó esperar más de 15 minutos una ocasión sin poderme subir por tres trenes consecutivos, nada más bajaban 3 y solo subían 3. Los 500 restantes, seguíamos allí.

La gente se acumula en ocasiones y todos están en el filo de al menos uno sesenta de altura, que es lo que separa la plataforma del piso donde estamos de donde están las vías.

Ya que se dan una idea de la multitud, aglomeración, gentío, cantidad impresionante de personas, sólo queda decirles que eso era el camino de regreso, el de ida era más tranquilo. Pero el de regreso, era a las 7-7:30 PM.

Se dicen mil historias de violencia o de malos ratos en ese metro, en esos vagones. Todos haciéndose los dormidos para no dar el asiento a quien lo pueda necesitar. Pausas eternas de los vagones para ajustar tiempos. Miradas sin ver. Calor extremo por no haber ventilación. Otros sin luz. Todo por un boleto que estaba a 3 pesos y que ahora es 5 después de muchos años. Un boleto que debe costar 12 pesos.

Codazos, ambulantes, mini altercados.

Pero a veces va el camino tranquilo y en paz. 

Y recuerdo un día...

Íbamos hasta el gorro, ya dije. Era tal vez La Raza, uno de los transbordos, no el apocalíptico, pero cerca.

Ya llegábamos ahí cuando la gente que sabe, se está levantando o yendo hacia las puertas. Llegamos a la estación. Bocina, puertas abiertas, gente que sale a toda prisa. La señora con los dos niños que los arrea llevando sus cosas.

Gente ya saliendo por el centro de las puertas, gente de inmediato ya entrando por las orillas de las puertas. Imagínense salir así, agarrando a los niños que no se queden por equivocación. Son 30 segundos de gracia.

Suena bocina, a veces es más tiempo, pero ahora sí, 30 segundos.

Se van cerrando puertas. La gente va de pie, está toda junta, no hay espacios para acomodarse, pero de algún modo ocurre. Las puertas a punto de cerrar.

En eso, la señora con los dos niños, apenas saliendo, grita: "¡¡Mi bolsa!! ¡¡Se me cayó la bolsa!!"

El Metro no espera, las puertas ya están cerradas, está la pausita, la leve pausa en la que ya avanzará de manera sencilla, sin sentirse mucho la primera aceleración. A escasos tres, cinco segundos de moverse.

En eso, de manera automática, la gente mira al suelo, se hace un lado como si una ambulancia exigiera el paso. Y alguien la ve, la bolsa estaba en el piso. era pequeña, como monedero, un poco más grande. ¿Ahí estarían sus tarjetas, su IFE, su dinero del día, el dinero de regreso? Nadie sabe.

A un segundo de moverse, una persona la recoge y en un movimiento sin pensar, la lanza por encima de la ventana abierta, afortunadamente porque en ocasiones están cerradas.

La bolsa saliendo por la ventana y el tren arrancando en el preciso fue todo uno. Creo que sentí una emoción similar a la de tu equipo anotando un gol, carrera, touchdown, decisivo.

El tren avanza, la gente se acomoda, el sentimiento de querer aplaudir se queda así.

Ese día, fue un excelente día. Mi fe en la humanidad, permanece.

Adoro el Metro de la ciudad de México.

Pasen lindo día.

Lindo lunes.