El Diario Estoico, 10 de noviembre, Mes de la Aceptación y de amar lo ocurrido
“Piense a modo de ejemplo en los tiempos de Vespasiano, y
verá todas estas cosas: casarse, criar hijos, enfermarse, morir, guerras,
fiestas, comercio, agricultura, adular, fingir, sospechar, intrigar, rezar para
que otros mueran, refunfuñando por la suerte de uno, enamorándose, amasando
fortunas, codiciando el cargo y el poder.
Ahora que su vida está muerta y se ha ido. . . los tiempos
de Trajano, nuevamente son los mismos. . . '
(Otra traducción:
"4.32 Trae a tu mente como ejemplo los tiempos de
Vespasiano. Verás que todo es igual.
Gente que se casa y cría niños, que enferma y muere, que
hace la guerra y fiestas, que se desplaza y cultiva su tierra, que adula y es
arrogante, que sospecha y conspira, que desea la muerte de alguien y refunfuña
por su presente; gente que se enamora, que atesora, que anhela el consulado y
el imperio.
Desde luego que la vida de esa gente ya no está en ningún
sitio. Vuélvete ahora a los tiempos de Trajano. De nuevo todo es igual.
Esa vida ha muerto.")
—MARCO AURELIO, MEDITACIONES, 4.32
Ernest Hemingway abre su libro "The Sun Also
Rises" con un versículo de la Biblia:
“Una generación pasa y otra generación viene; pero la tierra
permanece para siempre.
También sale el sol y se pone el sol, y reposa en el lugar
donde se levantó ”.
Era este pasaje, diría su editor, el que 'contenía toda la
sabiduría del mundo antiguo'.
¿Y qué sabiduría es esa?
Una de las cosas más sorprendentes de la historia es cuánto
tiempo los seres humanos han estado haciendo lo que hacen.
Aunque ciertas actitudes y prácticas han ido y venido, lo
que queda son personas: viviendo, muriendo, amando, peleando, llorando, riendo.
Los informes de los medios de comunicación sin aliento o los
libros populares a menudo perpetúan la creencia de que hemos alcanzado la
cúspide de la humanidad, o que esta vez, "las cosas son realmente
diferentes".
La ironía es que la gente lo ha creído durante siglos.
Las personas fuertes se resisten a esta idea.
Saben que, con algunas excepciones, las cosas son iguales a
como siempre han sido y siempre serán.
Eres como las personas que vinieron antes que tú, y no eres
más que una breve escala hasta las personas como tú que vendrán después.
La tierra permanece para siempre, pero iremos y vendremos.
***
Del Libro "El Diario Estoico , 366 meditaciones sobre
sabiduría, perseverancia, y el arte de la vida", "Destacando nuevas
traducciones de Séneca, Epicteto y Marco Aurelio", de Ryan Holiday, 2016.
Traducido sin permiso, por alguien que cree que no, que no
iremos y vendremos. Lo que sigue no es agradable. 🙁
Aunque la lectura de esta meditación es más como de que el
ser humano realiza lo mismo de siempre, en su gloria, miseria, tragedia,
comedia, porque no tiene la perspectiva de las montañas o de los mares, que,
aunque no siempre han estado ahí, llevan más tiempo que nosotros, me clavé más
en el tema que menciona nuestro gran Profeta entre los escritores, el gran
ególatra Hemingway, de que la Tierra
permanecerá sin nosotros.
No es arrogancia pensar que el mundo empezó con nuestro
nacimiento. Es lógico, amanece la razón de cada quien nacido en los años 1960s,
70s, 80s, 90s, tienen-tenemos su-nuestra lectura del mundo que este obedece en
sus multifactores, en su multidimensionalidad de
tiempo-espacio-distancias, a
sus-nuestras percepciones y sensibilidad, circunstancias, ambiente, cultura,
prejuicios, educación...
Nosotros en forma colectiva como sociedad, que es toda la
humanidad desde los rincones recónditos (esa palabra "recónditos"
¿cada cuando la usas, usa el prefijo "re" que es en este caso
intensivo mas que reiterativo, significa
"fundar, esconder, ocultar"), hasta las grandes ciudades e incluso la
estación espacial, hemos terraformado al planeta Tierra a nuestro capricho,
deseo, ignorancia, desde lo efímero del papel de arroz, hasta lo aparentemente
inmortal de pirámides de miles de años de creadas.
Somos una entidad sin control que parece que solo ve su bien
inmediato desde sus puntos de visión, e incluso irónicamente no solo por el
llamado "bien común", que si
te pones a pensar es también parte de la tragedia de eso en sí, que en el mejor
de los casos "g no es mas que el "bien común... inmediato", tema
complejo. Parte de la ceguera colectiva, de la arrogancia total, la soberbia
social e incluso paternal-social desde las grandes alturas de gobiernos y multibillonarios.
Ese "bien común" de cualquier manera, es el que,
según yo, debe considerarse como punto de partida para el futuro a corto,
mediano y largo (lo cual me recuerda al economista J.M. Keynes que dijo "a largo plazo todos estaremos
muertos") dado que al parecer al examinar nuestra cultura no parece nunca
tener idea de las consecuencias que ocasiona con sus avances tecnológicos en
aras de conseguir sus satisfactores de seguridad, de confort, de placer, de
estética, de política, de cultura y demás necesidades (incluso trágicamente
designadas por-para-hacia segmentos sociales).
Cada generación es lo mismo, ve hacia ese corto plazo, como
si pensando,¿este desastre? ya lo arreglará alguien, ¿esta catástrofe? el
tiempo lo compondrá, alguien se hará cargo, ¿esta calamidad?, el viento se la
llevará. La lluvia, el mar, la corriente, qué sé yo.
Pero no. Nuestro planeta es nuestra nave espacial, está
cerrada y estamos todos dentro, este mismo oxígeno se respira en desiertos,
montañas, hielo, arena, costa, ciudad. El agua no se sale, se queda. Este
oxígeno que te recuerdo... está limitado al que producen las plantitas que
están siendo recortadas en aras de... etcétera, ya sabrás de esas
microtragedias que son el pan de cada día.
Y como dicen, el planeta no está condenado, los que estamos
condenados somos nosotros. Creo que sí hacemos avances, pero lentos, hacia una
recuperación, entender la tragedia del plástico, la de los combustibles
fósiles, la de la deforestación, la de la contaminación, la de la chatarra, la
de la depredación, entender sus consecuencias es un paso hacia el tema de
heredar la tierra, heredarla, esperemos lo mejor posible o como se dice, a
quien no existe todavía. Parte de una vez más, de cegueras y sorderas sociales
de la cadena de generaciones de las que somos parte, lo sepas, quieras o no.
La tierra que poblamos, la estamos tomado prestada de los
hijos de los hijos que vienen, uno como quiera, ya hicimos lo nuestro, lo bueno
o lo malo, ellos son los que nos maldecirán por no haber hecho lo suficiente.
Me puse muy ecológico. pero tienes que darte cuenta que eres
parte de una cadena de personas, en mi caso desde mis tatarabuelos (nacidos en
quizá en los 1870s, 90 años antes que yo),
y de sus propios tatarabuelos (nacidos quizá en los 1780s), y pensar en el planeta que tuvieron enfrente,
al que le cantaban o les alegraba o maravillaba la vista de la Luna ascendiendo
y que sin embargo, si nos vamos atrás, llegaremos hasta los que lograron la
invención del fuego y el humo empezaron como especie a crear las condiciones en
las que estamos ahora con nuestro atribulado planeta.
No, no te deseo amargar, pero sí que te pongas a pensar en
cada basura que cae al suelo, cada envoltura, cada bolsa de basura, cada
partícula de humo en el minuto, en la hora, en el día, cada unidad de carbono
en tu huella de la misma que produces, que colaboramos a dejar este planeta
tarde que temprano, sin humanos. No, no
es para obsesionar o voltear a otro lado, es un tema de consciencia.
Sólo sé eso, consciente que al planeta en sí no le importas,
que como dice la Biblia, la Tierra permanecerá, pero qué triste que sea así,
sin nosotros, sin arte, sin música, sin risas, sin alegría, solo con piedras,
sólo con arena, sólo con el silbido del viento desolado que sin que nada lo
detenga recorrerá a sus anchas por el planeta desierto y calcinado, uno más
desierto en el universo, mientras la Luna seguirá paseando por los cielos,
hermosa ella, sin que nadie la contemple de nuevo, sin que nadie vuelva a
pensar por verla, admirarla, en la belleza, ni en el amor, jamás. Asílascosas.