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sábado, diciembre 16, 2006

PUBLICIDAD Y TELEVISIÓN, ¿CUÁLES SON LOS LÍMITES?


¿Cuál es el punto en lo que se debe de ver televisión?

¿Para qué vemos televisión?

Primero: Hay dos tipos de televisión en el mundo: La pública y la privada o comercial.

La pública es la TV estatal con fines educativos y culturales que ha sido más que nada seguir el ejemplo del monopolio estatal que fue la BBC de Londres donde antes de la diversidad actual de canales privados la gente, según esto, pagaba por el servicio a través de una cuota como impuesto anual que si no se hacía podría provocar el detectar a los morosos, pero que seguían viendo la TV, a través de goniómetros y multarlos.


Se dice que en el caso de la BBC pagaban hasta por el conector eléctrico que va hacia la pared. La televisión se subvenciona gracias al Estado y al público que es a fin de cuentas quien paga su cuota anual. Los programas serían de corte educativo y cultural. PBS en Estados Unidos es un ejemplo de esta televisión y su producto más famoso es Sesame Street que a través de 37 años le ha dejado inmensos beneficios (según esto no tanto, paradojas del mundo actual).

La Privada o comercial es el modelo en el que la televisión es pagada por compañías o fábricas que buscan anunciar sus productos a través de las pantallas entre programa y programa de tal manera que la audiencia los pueda percibir y enterarse de su existencia. De eso depende que los programas transmitidos puedan recuperar sus inversiones que con el paso del tiempo pueden ser costosísimas. Este modelo fue el adoptado por la televisión norteamericana a mediados de los 40’s y es el que han seguido la mayoría de los países.

México en aquella época tuvo la posibilidad de irse por cualquiera de los dos y una comisión formada por el entonces conocidísimo Salvador Novo, decidió irse por el sistema comercial que es el que ha prevalecido.

Aquí no es el lugar para comentarlo con extensión, pero es de notar que un vendedor de radios como fue originalmente Don Emilio Azcárraga Vidaurreta, se decidiera a invertir en una estación de radio para venderlos, allá en los 30’s, para que después en los 40’s se interesara sobremanera en conseguir una concesión de televisión, y posteriormente Rómulo O’Farrill, un distribuidor de autos de Puebla, consiguiera otra también de televisión.

También es interesante agregar que en la misma circunstancia estuvo Ricardo Salinas Pliego en los 90’s con amplios intereses en lo que se conoce como negocios de retail o de tiendas de electrodomésticos y con decidido esfuerzo adquirió la cadena nacional pública con la ola de privatizaciones que hubo en ese tiempo quedándose con lo que se conoció después como TV Azteca.

Pero ya entendiendo o demostrando o queriendo hacer ver los nexos comerciales de las cadenas de televisión, lo que se quiere decir aquí, además de lo anterior es ver en qué medida se está transgrediendo la libertad de mirar una obra determinada, aunque sea de entretenimiento, mezclada con la venta abierta de un producto comercial a través de la televisión, por cable o abierta.

Recordar que ver televisión desde su principio fue observar un espectáculo, ya sea noticias, programas de entretenimientos, o simples anuncios a través de una pantalla que al principio fue en Blanco y Negro, después en Color, ahora en High Definition.

Cada una en su momento son glorias tecnológicas en sí mismas.

Cómo decía, todas las modalidades de transmisión de televisión (aérea, cable o satélite) nos ofrecen decenas, si no cientos, de opciones de ver producciones de calidad diversa que personas que forman parte de compañías llamadas productoras crean con diferentes objetivos.

¿Tienes dinero suficiente? Podrás ver en la plataforma que quieras lo que gustes. El punto es el televidente queriendo ver la TV de calidad que quiere y puede pagar.

Por otra parte, un programa de televisión como cualquier obra, tiene la intención de pasarse de alguna manera íntegra para poder disfrutarse. El derecho del televidente es aspirar a poder verlo de esa manera.

A menos que nos estemos engañando, esa era la intención del productor, del creador a fin de cuentas y esa es la intención del receptor o televidente que desearía que pudiera ser así.

A menos que este sea otro mundo en el que vivimos, pero deseamos encender la televisión con el gusto de querer enterarnos, informarnos, educarnos o entretenernos.

Si no es ese el punto de la existencia de la televisión en una casa, ¿cuál será este?

Y aquí hay dos puntos.

EL CASO DE LA TELEVISIÓN POR CABLE

¿Alguien me puede explicar como es posible que se transmitan tantos “infomerciales” que es de pensarse el que aspiren a llamarse así, de fajas para disimular gordura, de cursos de inglés, de cuchillos inoxidables, de escaleras mágicas, de dietas milagrosas, y los de las “amigas del amor”?

¿Alguien me puede explicar como los predicadores brasileños de “Pare de Sufrir” tengan esos programas de cinco de la mañana (antes eran a partir de la una o dos de la madrugada) transmitiendo sus perspectivas de cómo su enfoque religioso, y su vaso de agua, cómo, repito, podrán hacer parar de sufrir a las personas?

Que alguien me diga quién ve cinco minutos completos de esos programas.

Que alguien me diga quién los desea ver los mismos al día siguiente. Y al siguiente. Y a la siguiente semana. Y a la que sigue.

Que alguien me explique porqué si ya pago una cuota, debo de ver canales repletos de comerciales de media hora de productos inútiles. (Que es obvio que no veo.)

Que alguien me explique a cuanto realmente asciende el poner un estúpido infomercial una media hora cada día todos los días.

Que alguien me explique porqué esa gente son los únicos que pueden poner dinero para hacerlo y no personas que deseen hacer programas que entretengan, informen o eduquen.

Que alguien me explique si durante toda la vida la necesidad de hacer dinero será la que va a prevalecer por todas las otras.


EL CASO DE LA TELEVISIÓN ABIERTA.

Esto es ya desastroso.

Ves TV Azteca el canal “Lost” y ves eso, “Lost”/“Perdidos”, y durante el programa pasan alguna escena que implique un asunto determinado, por decir un actor decide saltar un risco, y en es emero instante aparece una cinta en la parte inferior de la pantalla que dice “PARA LOS QUE SE ATREVEN” y el nombre de la cerveza patrocinadora, que no mencionaré por supuesto (no se merecen que lo haga) y así una y otra vez durante el resto de la transmisión está salpicada de ese modo: cualquier asunto clave en una escena y aparece ese anuncio sensibilizado a la situación. A veces parece burla.

Eso sí, hay que decir que es muy ingenioso el trabajo de estos cuates publicitarios, pero, la integridad del programa como tal no es respetada en lo absoluto. Es legítimo transmitir comerciales. Es necesario, se entiende, ¿pero está justificado hacerlo de esa manera tan rapaz?

Creo que fue Federico Fellini el que dijo al respecto de que no era posible transmitir cine por televisión porque no puedes mezclar sentimientos, suspenso y emociones con vender detergentes. Algo así.

¿Cómo, me pregunto, puedes concentrarte en la trama de un programa de televisión, en el que sea, cuando eres interrumpido por un decidido estímulo que va en contra de esa mínima concentración?


¿PARA QUÉ DEMONIOS ENTONCES VEMOS TELEVISIÓN?

Sé que hay el acuerdo tácito, jamás escrito, al respecto de que aguanto y veo tus comerciales porque la transmisión le cuesta a la estación, pero esa es mi pregunta de a mero arriba, ¿cuál es el límite?

Sé que los accionistas de la cadena de estaciones buscan el lucro, no el beneficio social. Y quieren maximizar el rating para poder seguir teniendo más negocio.

Más rating, más ventas a anunciantes, más tiempo de programación dedicado a comerciales, menos tiempo dedicado a obras de tv.

Se da en TV que se hagan estudios de mercado y análisis de audiencia para ver si algo funciona o no. (Extraña que haya tantos fracasos que a simple vista uno se dé cuenta que lo serán, pero ellos son los profesionales, ¿no?).

Y lo que sí molesta es que se salten ese respeto mínimo que nos merecemos los televidentes para no ser infringidos en nuestros derechos de ver una obra de televisión (llamémosle así) en su mayoría completa, integra.

¿O no han visto que dividen la pantalla para poder acomodar el principio del siguiente programa al lado de los créditos finales que aún no terminan?

¿O no se ha visto que todavía la película ni se termina (no todas las películas terminan al punto de los créditos, en ocasiones sigue el final final durante ellos), y ya ellos concluyen la película de manera abrupta y arbitraria?

¿O no se ha visto que en medio de una escena, no cuando sería natural que es cuando termina, ellos interrumpan y entren comerciales?

¿De qué se trata?

¿Para qué veo televisión? ¿Quién hace el favor a quién?

Los programas especiales en los que transmiten en vivo y dizque en vivo, son los que más molestia dan ( si es que se puede afirmar eso), ya que interrumpen lo que están diciendo y miran a la mesa para hablar del medicamento que se unta y que es maravilloso para la salud. Recuerda a aquellos comerciales en que un locutor en vivo decía “nosotros hacemos, garantizamos, realizamos” cuando hacía referencia al anunciante y sabemos que, sencillamente, él está ahí para anunciar lo que le pongan.


¿QUIERES SABER DE DOS CASOS VERDADERAMENTE PATÉTICOS?:

Uno, los noticieros de TV Azteca a mediados de noticias uno del personal que está para leer noticias da un comercial que parece confundido entre el segmento sin avisar al público que eso es un anuncio. Eso es falta de ética.

En ciertos noticieros matutinos de Televisa dan noticias de gobierno, patrocinadas por municipios o por el estado de México (es el que recuerdo) que se pasan como noticia también, sin interrupción obvia, sin cintillo que diga que eso que se transmite es pagado. Eso no es ético, digan lo que digan.

Y dos. Como ya lo comenté antes, en La Fea más Bella, acomodan comerciales dentro de la historia de manera tan abrupta, tan incómoda, que uno se pregunta: ¿el respeto a los televidentes está tan reñido con el comercio? ¿Se trata de casi ahorcar a la gallina de huevos de oro para meter durante la historia comerciales de nóminas de bancos, tés, catálogos de zapatos, autos, shampoos, comida, y un gran etcétera?

No sé si se trata de ser sutil y si eso sólo lo vemos nosotros. Si lo nombramos a personas que están viendo esos programas se nos quedan viendo como diciendo “el Cielo es azul y el Sol es el que le da la vuelta a la Tierra” y no los mueves de ahí.
Lo peor, no les importa. Las cosas así siempre han sido así y no tienen nada de malo.

¿Algo más? Invito a tomar el tiempo de comerciales entre programas. A veces pienso que debería decirse que la TV es el espacio en el que se transmiten programas entre comerciales y no al revés.

Finalmente:

Gracias a Dios por las Opciones.
Gracias a Dios por el Cable.
Gracias a Dios por el Control Remoto.
Gracias a Dios por el On/Off.
Gracias a Dios por los Libros.
Gracias a Dios por Internet.

Pero, ¿y la demás gente que no tiene ni opciones ni lo demás?

jueves, diciembre 14, 2006

Entre las Organizaciones como entre las Naciones, la llegada al Consenso y a la Colaboración, será la Paz

Acabo de leer en el Harvard Business Review en español de Octubre de 2006 un artículo llamado “Las Herramientas de la Cooperación y del Cambio”, por Clayton M.Christensen, Matt Marx y Howard H. Stevenson.

La revista del Harvard Business Review (HBR para abreviar) es hipercara. Algo así como 200 pesos por número y es mensual. O sea que comprarla directamente de los stands saldría como 2,400 pesos anuales, claro, con el menor costo de suscripción todo se hace atractivo. No mucho, pero sí algo.

Pero es una revista ciertamente deliciosa. Si le hayas el sabor, claro. En primera no es aburrida y no es que yo afirme que mis aficiones y preferencias sean las de las áreas administrativas (como lo atestigua este y mis demás blogs). Pero cuando uno encuentra detalles claros, novedosos e interesantes, y con aplicación práctica ¡pero por supuesto que prestas atención!

Como ya se sabe la revista está enfocada en asuntos de administración y de negocios, pero no todo es eso. Se habla de innovación, se habla de creatividad, de liderazgo, se habla de cómo ser mejores y más eficaces en nuestras labores. Y tal y como dice Seinfeld: “no que eso tenga algo de malo”.

Normalmente son artículos realizados por investigadores en muy diversos campos de la administración, tomado el tema de la administración como una ciencia y con enfoques metodológicos como tales.

Y esta nota tiene que ver que al hojearla recientemente me di cuenta que traía un esquemita muy atractivo que se me hizo fascinante, espero que lo vean igual. Lo incluiré aquí por primera vez:




Pero no nos adelantemos. Lo volveré a incluir más abajo.

No trataré de explicar más allá de lo obvio. Dicen los autores que se han definido cuatro áreas acerca de cómo la gente actúa respecto al concepto del “CONSENSO” y que se relaciona con “CAUSAS y EFECTOS”.

El consenso según esto y a menos que se disponga de otra cosa es la actitud de varias personas hacia un acuerdo respecto a una situación particular y específica.

El consenso es una actitud necesaria en la consecución de las actividades colectivas. Esto es necesario en todas circunstancias, desde las que se ven en una escuela (el consenso es impuesto por un maestro o maestra), en una organización, en donde el consenso es adquirido a través de varias circunstancias que van desde “costumbre” (las cosas siempre se han hecho así) hasta “cultura” (amamos a esta organización y amamos pertenecer a ella), o en una democracia, donde el consenso es realizado a través de una votación entre ciudadanos cualificados (donde gana el grupo mayor convencido de una idea, ideal, intereses, personas o partidos, esto se realiza por políticos que viven de lograr imponer sus ideas en mayorías para poder representarlas).

Los investigadores del artículo en un cuadro definen una imagen de donde se trazan líneas de actuación de las organizaciones. Nunca hay que olvidar que en las organizaciones, como en las escuelas o en los países, hay personas cada una con sus propios ideales, intereses, circunstancias y momentos.

De alguna manera se describen las herramientas existentes a disposición de los líderes (personas que por nombramiento o por valores personales son capaces de utilizarlas o de llevarlas a cabo) para poder enfilar la organización en sí hacia un punto determinado, que normalmente se desea que sea el del éxito para todos (espero que esto último sea más que un buen deseo).

Que hay una línea que va entre el Nulo Consenso y el Amplio Consenso entre lo que la gente concuerda en lo que quiere la empresa o como quien dice: estás de acuerdo o no estás en lo que se busca como empresa (en el entendido general de lo que busca la empresa).

Que hay otra línea que va entre ambos puntos, el Nulo Consenso y el Amplio Consenso, entre lo que la gente en la empresa entiende con las causas y los efectos. ¿Sabes porqué las cosas se hacen como se hacen? Peor aún, ¿estás de acuerdo con ello? Aquí se habla de confianza. No confianza ciega, claro, sólo confianza.

Mientras se digiere todo esto hay que mostrar que el mundo está así:

Una vez más, insisto, aquí hay un punto en el cual me hace pensar que no sólo podríamos hablar de empresa en sí, sino de cualquier entidad que deseemos que estén en consenso tarde que temprano. Por ejemplo una comunidad o un país, ¿por qué no? Es más, seamos audaces: ¿por qué no una Cámara de Diputados?

El artículo menciona que la principal tarea de un ejecutivo es “lograr que los empleados trabajen unidos de una forma sistemática”. Y ya sabemos todos que eso ya de por sí es complicado, que cada quién resuelva lo que está definido a resolver en los momentos correctos, en la manera precisa.

Y eso está bien. Pero el cambio (el concepto del cambio en sí) es lo único que es fijo en la naturaleza, es decir, todo todo todo cambia. Incluso las condiciones existentes a nuestro alrededor. Entonces, algo ya trillado se exige: hay que cambiar. Sí, ¿pero cómo?

El mundo cambia, cambia el clima, el clima político, el clima empresarial. Cambia el clima global. Y nadie escucha a quién lo prevé, eso es lo normal en nuestra sociedad. Ya cuando empiezan los problemas es cuando el cambio urge. Y lo peor, hay que hacerlo y a muchos no les agrada ese punto de ir como de subida y picando piedra.

Un país no es una empresa, eso lo dejó muy claro el anterior presidente de esta república. O el ex gobernador de un estado al norte de la república que quiero mucho. Al estado, no al ex gob.

Pero hay puntos interesantes en el artículo. Habla de los fracasos que hubo en ciertas empresas en los que no se logró la cooperación. Que probablemente se equivocaron en las herramientas a usar. No lograron el consenso y no obtuvieron más que el fracaso.

Me agradó también que el nombre del libro en el que basaron el artículo se llamase Do Lunch o Be Lunched: “Come o sé comido”. Así de sencillo.

Primero, como siempre, hay que evaluar. Esto es lo de siempre que tienes que hacer en cualquier circunstancia en la que estés. Evalúa, mide, ten un punto de referencia, cuenta el tiempo. En este caso, lo que se mide es el nivel del consenso existente entre el personal o la población.

Como se mencionó arriba hay dos vertientes aquí:

Una: la que se refiere al grado en que las personas en una organización concuerdan en lo que quieren: por decir

1. los resultados que buscan de su participación en la empresa,
2. sus valores y prioridades percibidas,
3. y las concesiones que estén dispuestas a hacer las personas para lograr esos resultados.

Microsoft es un ejemplo claro: Quieren dominar esta pantalla por la que estás leyendo estas líneas. Esa es la cultura de esa empresa. Están posicionados a mero arriba y siguen queriendo estar. Llegará Linux, el estandarte del software gratuito, llegarán otras fuerzas que ahora no son dominantes, eso lo saben y lo querrán prever. Pero no todo dura, vean a IBM hace 25 años. Los reyes del mundo. Que ya no lo son.

Dos: la que se refiere al grado en que las personas concuerdan en las causas y efectos: cuales acciones conducirán al resultado deseado.

Las personas en una empresa que tengan una comprensión compartida de las causas y efectos coincidirán en qué procesos adoptar. Lo cual es un excelente comienzo.

Para ir definiendo cuadrantes, ahí van estos:


Entonces, dicen los amigos del HBR, ya que se perciba CUÁL ES el grado de consenso existente ya se pueden utilizar las herramientas disponibles. Y aquí son cuatro diferentes:

La primera es la que se refiere a las HERRAMIENTAS DE PODER.

O sea:
1. Órdenes,
2. Fuerza,
3. Coerción,
4. Amenazas.

En el caso de Yugoslavia, el Mariscal Broz Tito, él reunió bajo su mandato a un grupo diverso de etnias que incluso se odiaban entre sí por las puras herramientas de PODER que eran las únicas que funcionaban. O que funcionan, ya ven lo que pasó ahí en la Península Balcánica en la década de los 90’s cuando dejó de existir el PODER central.

Una empresa no es una nación, pero la empresa bien puede usar cuestiones de fuerza tales como rebajas en sueldos y prestaciones para los ejecutivos, forzar a que se tomen decisiones so pena de que esas decisiones se tomen sin “permiso” de las áreas correspondientes. Tomar decisiones al respecto de políticas que eran “tradición”, etc.

Esto se hace en nombre de la sobrevivencia de la organización. Cuando no se quiere entender, hay que hacer entender.

Va de nuevo el diagrama, para que no tengan que ir subiendo mucho en la nota:



Dicen los de HBR que en esto del PODER están incluidas tres herramientas, entre otras:

1. Negociación,
2. Planificación estratégica,
3. Incentivos financieros

…sólo para cuando exista un mínimo de consenso en ambas dimensiones de la matriz.

En caso necesario existen también: Órdenes, Coerción (que está situada en la parte más baja de las variantes) y Definición de Roles.

Eso sí, se dice que los incentivos financieros son contraproducentes en un ambiente de bajo consenso. En otras palabras, la gente en cuestión de dinero y en esas condiciones de ambiente siempre querrá más y no resolverá los problemas básicos.

Y también no olvidar lo importante. Para usar las herramientas de PODER se debe de tener la autoridad para utilizarlas. A-U-T-O-R-I-D-A-D.


Segundo: las HERRAMIENTAS DE GESTIÓN. Estas están enfocadas en la coordinación y en los procesos, incluyen:

1. Capacitación,
2. Procedimientos operativos estandarizados,
3. Sistemas de medición.

Traducción: sean las razones que sean por las que hacen las cosas la gente colaborará, eso corresponde a la gente que se contrata, por decir. Esta gente no tiene pasión. No la necesita. Así están bien.

Las HERRAMIENTAS DE LIDERAZGO. Estas son tendientes a estar más orientadas a los resultados que a los procesos.

Para esto debe de existir un alto nivel de consenso respecto a que el cambio es consistente a la razón por la que se trabaja en la organización, aunque el consenso sea bajo en CÓMO lograr ese cambio.

Este es el caso de los líderes carismáticos que indican el glorioso destino, pero no como llegar ahí. O sea, no dicen “cómo hacer las cosas”, sólo indican que hay que “ir a que se hagan”. Esto también lo hacen los buenos ejecutivos de venta.

Bill Gates hizo esto cuando se enfrentó a Internet a regañadientes emitiendo un comunicado interno acerca de la “oleada de Internet” en 1995 que ayudó a los empleados de Microsoft a entender que la WWW se iba a convertir en una parte integral de la manera de hacer negocios en el futuro. Esto iba en contra de las creencias de entonces de los empleados mismos de Microsoft. Eso tuvo éxito eventualmente con Netscape y algo así volvió a realizar Gates ahora frente Google, que no sabemos si lo logrará vencerlo o no.

A esto se le llama visión de visionarios, específicamente siendo redundante. Y se debe de tener un equipo muy bien cohesionado en este sentido. Si no es así, la visión no funcionará, ya que siempre se verá ésta, aunque sea la mejor, con escepticismo y duda.

Las HERRAMIENTAS DE CULTURA. En este cuadrante los empleados de la organización cooperarán casi automáticamente para continuar en la misma dirección. Esta es la esencia de una cultura fuerte, afirma HBR. Se habla de cultura (en términos de organización) como “un patrón de supuestos compartidos básicos que fue aprendido por un grupo a medida que fue resolviendo sus problemas de adaptación externa e integración interna, el cual ha funcionado bien como para ser considerado válido, y por lo tanto, para ser enseñado a los nuevos miembros como la forma correcta de percibir, pensar y sentir en relación con esos problemas”.

No hay debate interno porque todos perciben de manera similar el mundo exterior y sobre todo, la metodología para asimilar los problemas y en el cómo solucionarlos.

Y paradójicamente eso es lo que los hace resistentes al cambio. Lo que es el folkclore y los rituales no ayudan como herramientas de cambio, sólo preservan las cosas como están.

Aquí se pueden utilizar las HERRAMIENTAS de LIDERAZGO y GESTIÓN pero sólo para reforzar la cultura existente.

Aquí el cambio sólo será gradual y dependerá mucho de lo que hagan los mismos empleados. No hay de otra, hay que convencerlos. No olvidemos, sin los empleados, o alumnos, o ciudadanos, sin ellos no hay organización, empresa, escuela o clase, estado o nación.

Las organizaciones siempre comienzan en el cuadrante inferior izquierdo, el de PENÍNSULA BALCÁNICA. Conforme pasa el tiempo los que están de acuerdo son promovidos y los que no, tienden a abandonar la empresa. El éxito es el que mueve a la organización hacia el cuadrante superior derecho, el que corresponde a APPLE COMPUTER.

Es el éxito el que genera el consenso. Aquí la clave es cómo hacer que el consenso sea el que genere el éxito.

Lo contrario es cierto. El fracaso tiende a llevar a una organización hacia la izquierda inferior, a despedazarse en el interior. Aquí lo notable del artículo de HBR es que afirma que hay expertos que recomiendan con frecuencia “crear una crisis”, porque ésta lleva forzosamente hacia una situación donde los empleados pueden ser obligados a cooperar. O como en el caso de una nación, el famoso “enemigo externo” que tratará de galvanizar la conciencia colectiva o nacional a realizar un esfuerzo supremo, etc (como fue el caso de Argentina en lo de invadir las Malvinas, una sesquicentenaria herida abierta en su psique nacional, en 1982).

No basta ser líder previsor del futuro si no se puede convencer a la organización. Podrás ser el mejor visionario pero si no puedes lograr transmitir tu idea, sobre todo si la organización pasa por buen momento, todo se irá al garete. El éxito, recordarlo siempre, a diferencia del fracaso puede ser fugaz.

Se deben de buscar, seleccionar y adoptar las herramientas correctas en el curso de estas situaciones, ahí es donde reside el talento de los líderes.

Agrega HBR que una herramienta eficaz a la hora de realizar ese cambio de pensamiento es la desagregación: la separación de la organización en unidades lo cual permite a los ejecutivos de una nueva unidad crear un nuevo consenso diferente entre sus empleados respecto a lo que quieren y a como obtenerlo.

El punto es difícil. En una organización una parte puede estar en un cuadrante y otra en otro.

En ocasiones hasta revolucionario hay que ser. Incluso es necesario ir en contra del sentido común imperante.

Cuando las culturas son diferentes hay que usar el PODER, luego ir hacia la GESTION y así hasta llegar a la CULTURA, aunque no hay fórmulas únicas ni mágicas que funcionen por sí solas.

Cuando la crisis esté a nuestro alrededor no hay de otra: a utilizar el PODER. Lo que dice al final del artículo es que al parecer no queda más que recurrir al instinto, hacerlo más explicito y aprender a utilizar las herramientas más eficaces.

Okay, esto es en las empresas y en las organizaciones ahora, ¿y en los países?

¿Qué se puede hacer?

No poca cosa. Veamos. Proyectos de nación. Proyectos de estado. Gente que votó por una opción. Gente que votó por otras distintas. Gana el que tenga un voto entre millones, ¿no?

Además del buen conducir a un país con tantas necesidades y disparidades sociales ayudando a que los que menos tengan, tengan más, y a los que tengan más, a que actúen con conciencia social (no tengo idea de cómo se escuche esto) a que ellos ayuden a promover el empleo, sin quitarles nada, digo, no se trata de promover una revolución izquierdista, pero decididamente que ellos cumplan con sus obligaciones, mínimo, ¿no?

Bueno, además de lo anterior, lo que se debe de hacer es buscar ese mínimo común denominador que es lo que conduzca al bienestar de las mayorías.

Por ejemplo, un caso a analizar así, en caliente y rapidito (rough and dirty): A veces nos decimos que qué bueno que hay tantas compañías que invierten fuera de nuestro país. Son un símbolo de nuestro espíritu empresarial y demás. Pero que triste, por otro lado y no deja de hacernos pensar eso, que hagan eso, que inviertan afuera porque les conviene más hacerlo así y que no lo hagan en nuestro mismo país. Los empleos los tienen allá afuera los polacos, los filipinos, los de Kentucky, los eslovacos o checos, incluso los chinos, no nosotros.

Y me queda clarísimo, la culpa no es de esas empresas que buscan hacer más negocio, lo cual es su principal objetivo, y una vez más mencionando a Seinfeld, “no que eso tenga algode malo”.

Es claro el porqué no lo hacen aquí. (Curiosamente pocas ocasiones, o ninguna, no recuerdo con claridad, se escucha expresar un lamento de esa situación: Sí, se trata de llevar en alto el nombre de nuestro país y sus líderes con excelente capacidad empresarial, pero ¿y nuestra tierra y nuestra gente? ¿O tal vez no se menciona este enfoque para no levantar ámpula?)

Por eso necesitamos un consenso. Necesitamos proyectos de ciudad (en cada una), proyectos de estado (en cada uno), proyecto de nación, en la mía, que es México y quizá en la tuya si es que me lees fuera de este país.

Necesitamos utilizar las herramientas que estén a nuestra disposición pero ya. Mientras discutimos, mientras los plantones, mientras las huelgas, mientras los desacuerdos, mientras la violencia del narco, mientras todo, el mundo sigue allá afuera.

Los tigres asiáticos cada uno a su manera han logrado consensos importantes, si utilizando la fuerza, las amenazas la coerción, la negociación, ellos están vendiendo al mundo entero. Lo están conquistando. Nos están superando. Están ignorando una distancia de doce mil kilómetros y diez o doce husos horarios.

Nosotros estamos en el mismo huso horario y compartimos una frontera de tres mil kilómetros con la principal nación de la tierra.

México necesita consensos urgentes en lo fiscal, en lo energético, en la justicia, en lo educativo. Tenemos el territorio, tenemos los recursos, o sea, usando una metáfora técnica de mi propio medio: tenemos el hardware, disco, memoria, procesador, sólo nos falta el software correcto para utilizar lo anterior. Nos falta lo de adentro.

Lograr el consenso y la colaboración entre los que se puede, que son nuestros diputados, tan diversos ellos, es más urgente de lo que parece.

Que si la democracia te dejó con punto cincuenta y siete de mayoría téngase por obligación que recurrir a la persuasión, al carisma, a la visión, a la negociación en la medida que sea necesaria.

Va de nuevo el diagrama propiedad intelectual de sus autores:



No pido que nos parezcamos a APPLE, pero ojala evitemos a toda costa que nos parezcamos a la PENINSULA BALCANICA.

CONCLUSION:

Que alguien con AUTORIDAD tenga la SABIDURIA de utilizar las HERRAMIENTAS necesarias para lograr lo anterior. Tiene todo para hacerlo. Tal vez no el PODER total, pero sí la AUTORIDAD.

Él que lo logre sí que será un gran estadista.

Y estará en los libros de Historia del futuro.

Más allá de la vanidad, ¿no sería la más grande recompensa?





NOTA:
Si alcanzaste a terminar toda la nota anterior y si es que fue de tu agrado,
podrías seguirle con los LINKS INTERESANTES que están al lado IZQUIERDO de aquí para…

1. leer algunos distintos artículos míos en el blog de LaPalabra.
2. o leer mis cuentos…
3. o lo que escribí en el blog de Crónicas de Nuestras Guerras Secretas para completar la segunda parte de dicho libro…
4. o bien me podrías pedir a mi correo el mencionado libro de Nuestras Guerras Secretas completo en PDF…
luisgmetaconexiones@gmail.com
5. o leer mi novela de Technotitlan: Año Cero que está en los links de aquí a ladito a la izquierda… que está por el momento son dos partes y estoy por poner la tercera y después la cuarta…
6. y agregaré más cuentos en blog de cuentos y agregaré mi otra novela de Sangre de Neón en otro blog más…

Ah, y si estás en revista o periódico y quisieras incluir un artículo de estos ahí en tu medio, ¿por qué no me escribes? Me encantaría colaborar en tu medio ya sea impreso o en el ciberespacio.

Luis García








martes, diciembre 12, 2006

Pinochet y la foto del gorila



Es difícil entender cual es la realidad de un país. Afuera de Chile es claro: ¡Que bueno que ya se murió el dictador, el tirano! El sufijo “ex” no queda, siguió siendo un dictador, siguió siendo un tirano.

Le preguntaron un día, allá por 1989, antes de entregar el poder a los civiles, que le parecía el asunto de que encontraron un cementerio clandestino con tumbas en las que guardaban los cuerpos de dos personas en una misma caja, el señor, respondió con candidez extrema: “¡Qué gran economía!”, así, sin más.

Vi recientemente la película chilena llamada Machuca (Andres Wood, 2004), sobre aquellos años de 1972-1973 en la que interactúan tres niños como de doce años: una niña, pobre ella, y dos niños que estaban en una misma escuela religiosa, uno rico y otro también pobre, y que este último estaba ahí por presiones del gobierno para integrar de alguna manera a la clase necesitada.

De una manera sencilla, directa y sin ambages nos muestra lo polarizada que estaba la sociedad chilena, dos lados, uno enfrente al otro.

Es un cine de valentía, que trata de mostrar, no de explicar, eso nadie puede ni podrá, el como dos bandos en un mismo país pudieron ser azuzados de manera tremenda a nivel de efectuar una verdadera guerra de clases, no una lucha, una guerra, con los resultados conocidos.

Y como es de esperar, el pivote de la situación es el mero once de septiembre de 1973, el día que Allende fue derrocado por Pinochet.

Cine frontal, con deseos de decirles a las nuevas generaciones que algo terrible pasó y que no se puede olvidar, se podrá perdonar, pero no olvidar.

Ahora, no sé quien tenga la razón, pero no creo que en justicia la violencia de la derecha justificaba el terror causado a los que estaban de acuerdo con Salvador Allende. Tres mil muertos son tres mil muertos. Los extremos políticos, como siempre, son de evitarse en su totalidad.

Lo que sí sé son tres cosas:



1) que la presidenta Michelle Bachellet dice con el tono adecuado de que ya hubo mucho sufrimiento y que es hora de mirar adelante. Si acaso tuvo que conceder otorgarle al tipo entierro de militar. Hubo personas que hasta eso consideraron demasiado.
2) Que el pueblo chileno sigue con esa polarización, si acaso más sutil y no tan violenta, unos celebrando la muerte del tirano y otros llorándole, aunque nos sea incomprensible.
3) Que la imagen que muestro aquí, el tirano la odiaba. Y que jamás volvió, según esto, a tomarse una foto con lentes oscuros.

Por algo existe la asociación de ideas entre gorilas e integrantes de cualquier junta militar de gobierno de cualquier país.

Con un sentido pedida de perdón a los gorilas.

U2 y Green Day: The saints are coming…

La pantalla me llamó la atención. Una nueva vieja canción de U2 y de Green Day (original de un grupo de 1978 llamado The Skids, algo así), que pensándolo bien no sonaría del todo mal, siendo uno de ellos ya un grupo consagrado y el otro un grupo que siempre ha ido para arriba desde hace mas de diez o quince años que se formó. Y no dejaría de ser una sencilla canción de denuncia y protesta de esas que a nuestra ya gruesa piel ya no entran con facilidad.

Ustedes ya saben, la edad del cinismo y de la ironía hacen mella. Oh sí.

There is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it's been the ruin of many a poor boy
And God I know I'm one

My mother was a tailor
She sewed my new bluejeans
My father was a gamblin' man
Down in New Orleans


Pero de pronto escucho la letra de la Casa del Sol Naciente, la que cantara hará ya cuarenta y dos años The Animals de Eric Burdon, que es la que le da el tono de la ciudad desaparecida, la ciudad ahogada.

Es complicado describir un video que ya todos ya pueden ver en las principales cadenas del género. Pero esta canción deja de ser una más al sentir las imágenes como nos fueron golpeando en menos de dos minutos.

Inmediatamente que Bono toma la canción en el sentido de que ¡Ya vienen los santos!, comienzan a mostrarse ante nosotros las imágenes de Katrina que todos conocemos una por una, los diques invadidos, el Superdome lleno de refugiados, ¿escenarios de pesadilla? Pesadilla real… una calle llamada propiamente (aunque fuera sobrepuesto el nombre) Humanidad totalmente rebasada por las aguas… La desesperación total.

Pero algo pasa, de pronto los helicópteros empiezan a traer ayuda, se ven invadiendo los cielos de Nueva Orleáns, empiezan a traer ayuda a rescatar personas… ¡Es impresionante! De pronto, ¡los vehículos que sabemos que están en Iraq están aquí en Nueva Orleáns ayudando a su gente! ¡Volvieron!

No están matando personas inocentes por equivocación o manteniendo un estado de sitio de práctica guerra civil en un sitio lejano invadido de pobreza y petróleo, están donde debieran estar.

Los poderosos jets F-16, los implacables bombarderos B1 Stealth de 2,000 millones de dólares cada uno ayudando a la gente pobre de Louisiana, la de pocos recursos (diez aviones de esos y será la suma de toda la ayuda que se les ha dado hasta la fecha… excepto la que se ratearon muchos, y eso está registrado, oh sí), que como cliché recurrente son los que siempre sufren más. Los vehículos militares pesados y aún así anfibios sacando a los damnificados.

¡Van llegando los santos, van llegando los santos! El grito de júbilo resuena en nuestros días como los coros de la canción de U2 de I Will Follow o con ese tono "Edgesque" que U2 sabe muy bien imponer cuando nos quiere (y lo logra) avasallar con una canción en que sabemos que son sólo cuatro y con una (¿por qué no decirlo?) muralla de sonido nos trata de enloquecer y dominar y someter con el bajo de Adam Clayton y la batería de Larry Mullen.

Pero hoy no es día sólo de U2. Los de Green Day (capaces como ellos solos desde antes de los días de Nimrod) y U2 están extáticos tocando y respondiendo los interrogantes, en este caso son guitarrazos que están en pos de que la gente tenga lo suyo por lo que mas necesitan en ese instante…

A drowning sorrow floods the deepest grief
How long now
Until a weather change condemns belief
The stone says
This paternal guide once had his day
Once had his day


La canción es breve, durando como muchas de las ilusiones duran. Los vehículos se desvanecen. Los Harriers ya no están. Las decenas de helicópteros ya no se escuchan, ya no cruzan los cielos.

En el Superdome, en aquellos aciagos días del verano y otoño del 2005, resonaba la desesperanza, tal como hoy mismo sucede en muchos de aquellos lugares nobles y orgullosos que sencillamente ya no están con la vida que tenían antes del último de agosto del año 2005.

U2 y Green Day, y con ellos el rock, han puesto el dedo en la llaga y, desgraciadamente, no será escuchado. Una vez más….

The saints are coming, the saints are coming
No matter how I try, I realise there’s no reply
The saints are coming, the saints are coming

El decepcionante anuncio de (NOT) As seen on TV queda al final. Esto no se ha visto, ni se verá por varios años tampoco, en la TV…



NOTA:
Si alcanzaste a terminar toda la nota anterior y si es que fue de tu agrado,
podrías seguirle con los LINKS INTERESANTES que están al lado IZQUIERDO de aquí para…

1. leer algunos distintos artículos míos en el blog de LaPalabra.
2. o leer mis cuentos…
3. o lo que escribí en el blog de Crónicas de Nuestras Guerras Secretas para completar la segunda parte de dicho libro…
4. o bien me podrías pedir a mi correo el mencionado libro de Nuestras Guerras Secretas completo en PDF…
luisgmetaconexiones@gmail.com
5. o leer mi novela de Technotitlan: Año Cero que está en los links de aquí a ladito a la izquierda… que está por el momento son dos partes y estoy por poner la tercera y después la cuarta…
6. y agregaré más cuentos en blog de cuentos y agregaré mi otra novela de Sangre de Neón en otro blog más…

Ah, y si estás en revista o periódico y quisieras incluir un artículo de estos ahí en tu medio, ¿por qué no me escribes? Me encantaría colaborar en tu medio ya sea impreso o en el ciberespacio.

Luis García


ENSAYOS DEL ROCK: (I CAN’T GET NO) SATISFACTION de The Rolling Stones


Si desde que lo que escribimos entre paréntesis normalmente es una especie de reflexión que en muchos casos hace a la gente preguntarnos el porqué no lo expresamos como va, abiertamente, si es que lo pensamos o ¿será que no es exacta nuestra intención el que se sepa?

En el caso de Mick Jagger, el que le diga al mundo que escribió una canción acerca de la satisfacción ( y su imposibilidad al conseguirla) nos deja preguntándonos: ¿es ese un grito? ¿Es una denuncia?, ¿el mundo se lo impide?, ¿él la quiere conseguir pero nunca lo alcanzará?, ¿será así la satisfacción tal como la felicidad, inalcanzable? ¿O será así la vida normal de los verdaderamente ricos y los verdaderamente poderosos? ¿Habrán hecho de “todo” que ya no encuentran en la vida “normal” ese raro tipo de estado de gracia que todos podríamos suponer que denominamos “satisfacción”?

Muchos críticos se burlan de otros muchos críticos que se atreven a buscar significados detrás de los símbolos de nuestras épocas. Aquí la situación que se plantea después de cuarenta o cuarenta y un años: ¿es todavía valiosa la canción llamada (I Can’t Get No) Satisfaction para discutirla a estas alturas? ¿O ya no tiene ésta ningún sentido y todas las palabras que se digan al respecto saldrán sobrando de aquí en adelante? ¿No nos dice ese punto también algo de nuestros tiempos?

Ya es leyenda la manera en la que descansando en uno de esos muchos hoteles en una de sus primeras giras en los Estados Unidos, Keith Richards se imaginó el riff, el gancho o hook tan característico de la canción: el sonido continuo, vibrante y constante de su guitarra con el amplificador abierto de esa manera tan desaforada y casi sin cambios, y cómo de inmediato, después de grabarlo, se quedó dormido con la grabadora prendida en la que después de la llegada de la nada del inmortal riff sólo se escucharon sus puros ronquidos.

También es ya leyenda acerca de cómo esos sonidos se convirtieron en una especie de marca total del rock, equivalente a los primeros cuatro compases de la Quinta de Beethoven, dejando el mundo de los incumbentes del Rock impresionados por su sencillez, por su elegancia, por su fuerza y por su permanencia y persistencia en la memoria colectiva.

Con esa simpleza tan desconcertante, similar en su engañosa sencillez como las primeras notas suaves del órgano de John Paul Jones, de Led Zeppelin con Stairway to Heaven, o como las notas rompientes de Like a Rolling Stone, de Bob Dylan, los Rolling Stones con Satisfaction quebraron el mundo primitivo de la música rock de entonces y lo rehicieron a su antojo.

Otras personas afirman también que los Rolling, en el sentido de que querían hacer su música como si fuera las de sus negros mentores e ídolos de Motown o de Stax o del mismo solitario Check Berry, en el sentido de que ellos, los Stones, no tenían una sección de viento teniendo por tanto que improvisarla y que ese riff sirve como un apto sustituto de esas trompetas, riff que envuelve y domina.

I can't get no satisfaction
I can't get no satisfaction

El punto claro es que la canción rompe canones como muchas canciones de rock lo hicieron en ese entonces: es equivalente a decir como si los primeros habitantes de la Tierra llegaran a la Luna: hiciesen lo que hiciesen, en muchísimas ocasiones serían los primeros en hacer aquello, en hacer esto.

En este caso los Rolling Stones crearon una pieza con Satisfaction que hablaba directamente en todos los niveles predecibles y obvios algunos de la música de entonces, pero otros no tanto.

Bill Wyman, en el bajo y con su cigarro en la comisura de la boca, y Charlie Watts, siempre templado y siempre a tiempo, formaron “la sección rítmica más importante del rock” sea lo que eso quiera decir, y juntos colaboraron en lo suyo en realizar un mensaje de tres minutos cuarenta y cinco segundos memorables cada uno de ellos.

Tal vez también en esos momentos de 1965 cuando Brian Jones, el original y brillante guitarrista y ya a todas luces ex líder de su ex grupo sentía lo que siente alguien que empieza a sentirse desplazado y a ser relegado de su lugar normal, tan firme que parecía antes, con un sordo dolor y con un sentido de inercia que lo hiciera reflexionar al menos por un segundo en si había salida de donde se estaba metiendo y como saldría de ahí… cuando saliera de su propio estupor… del que nunca salió.

Se puede ver en las filmaciones de por entonces a un Mick Jagger desparpajado, relajado y desaliñado, como es interrogado en una de tantas e iguales salas de conferencias de prensa, ahí mismo recién bajado del avión: “¿Ha sentido satisfacción?”, le pregunta una corresponsal, él responde con una sonrisa: “si usted se refiere a satisfacción sexual, creo que sí”. El intercambio específico termina así, como una broma trivial llena de deseo de haber satisfecho, a su vez, a la audiencia.

¿Acaso los que están en el espectáculo y en la política (otra forma de espectáculo en algún momento de su desarrollo) no buscan complacer también a sus audiencias? ¿Y no obtienen ese placer los que están al frente en un escenario a su vez al complacer a esa audiencia que está frente a ellos? ¿No es esa búsqueda de satisfacción en particular un placer en círculo virtuoso completo?

'cause I try and I try and I try and I try
I can't get no, I can't get no

Ya se ha dicho que los Rolling Stones siguen escribiendo hoy día, 2006-2007, música y letras sobre mujeres y sobre cómo amarlas o cómo ellas te abandonan, y como de continuo se les pregunta si no es ya hora de que mejor escriban canciones sobre cómo pagar impuestos (los Beatles lo hicieron con Taxman en esos años 1960s) o como los pagos de las pensiones de jubilación no han llegado, o sobre asilos de retiro y de cómo la muerte puede llegar en cualquier momento (Los Rolling muestran su enjundia, ¿dónde andarán los que se burlaron de su gira de Steel Wheels, Ruedas de Acero de ¡1989!, y que le habían sobrepuesto Steel Wheelschairs, Sillas de Ruedas de Acero?). Si ya no son la voz de su generación, entonces ¿a que generación pertenecen los Stones? ¿A quiénes les hablan?

Pero con los Stones ese tampoco es el caso ni lo será jamás porque a los Stones, desde el principio, se les negó la normalidad y eso es algo con lo que siempre contaron.

Mick Jagger suena a cínico o a demonio agazapado cuando se lamenta que ha tratado de conseguir, obtener, lograr satisfacción una y otra vez y que no la ha alcanzado, ¿habrá alguien más culpable que él mismo?

When I'm drivin' in my car
And that man comes on the radio
He's tellin' me more and more
About some useless information
Supposed to fire my imagination


Viaja en su auto y escucha el radio, la información es inútil, su imaginación es apelada, la batería de Charlie Watts es implacable es como si se tratara de abrir paso en medio de la comercialización y del hedonismo, del placer por el placer, ¿será el placer sensual? ¿El placer sensorial? ¿Lo que ofrecían los publicistas de a mediados de los 60’s? ¿Será diferente a lo que nos ofrecen los mismos que hacen esas labores el día de hoy?

¿O será que hoy en día nos siguen ofreciendo lo mismo?

Pero si nos ponemos a pensar la base de la civilización es esa, no nos engañemos, del hecho angular del que unos vendan a otros lo que más allá producen otros , obteniendo una justa o injusta ganancia en el proceso. Esa es la base de nuestras vidas. El mismo capitalismo, la eterna y constante lucha de la desigualdad de clases. La del colonialismo mismo. Las guerras por invasiones de las rutas comerciales. Las guerras del petróleo. Las guerras futuras por la dominación del agua. Si las guerras no se hacen por ideales, se hacen por comercio. Si no, pregúntenles a los ingleses imperialistas del siglo XIX, a los japoneses imperialistas del siglo XX, a los norteamericanos también imperialistas del siglo XXI.

I can't get no, oh no no no
Hey hey hey, that's what I say

I can't get no satisfaction
I can't get no satisfaction
'cause i try and I try and I try and I try
I can't get no, I can't get no

De ninguna manera se queda callado Jagger. El ¡hey hey hey! lo dice, lo grita, lo acepta, lo explota, lo avisa, nos previene. ¡Sépanlo todos! Él es el primero que acepta que está insatisfecho. Que todavía hay más por obtener. Y está complacido de gritarlo, no como una advertencia, sino como el grito de un animal suelto lleno de rabia.

No por nada ya había notas en los periódicos en sus primeros tiempos de giras que advertían a los padres: “¡CUIDEN A SUS HIJAS, VIENEN LOS ROLLING STONES!”

Más allá del obvio hedonismo, Jagger se dio cuenta, tomó conciencia de, una de dos: o que hay más placeres más allá de los que estaba acostumbrado y los intuía; o de lo contrario, de que ya no hay más placeres más allá, que de cierta manera no hay más posibilidades, que su mismo umbral de sensaciones ya había sido cruzado y no había más allá que abismos insondables.

Las dos opciones son terribles, sobre todo si tu vida desemboca en una en la que te permites los excesos. ¿Qué queda después de acostarte con tres o cuatro mujeres al mismo tiempo? ¿Qué queda después de beberte las mejores bebidas, de fumar, inhalar, consumir la mejor droga? Supongo que hay variaciones de gourmet en todo, pero ¿qué tanto se van a poder disfrutar estos después que los límites se crucen?

No se puede manejar más que un solo BMW a la vez. No se pueden usar más de un par de los mejores zapatos al mismo tiempo. Sólo se puede poseer a una mujer en un momento preciso. La obtención de los placeres y el sostener la satisfacción de los mismos son misterios retorcidos. Los extremos son sólo para gente extrema que vive al extremo. ¿O no?

Más a nivel terrestre, las medidas de estos excesos, placeres y satisfacciones quedan determinadas primero por los marcos referentes a la sociedad en la que vives y luego por los que te marcas tú mismo en tus posibilidades y necesidades.

¿Deseas, luego existes? ¿Necesitas, por eso existes? ¿Existes y por tanto necesitas y deseas? Son vertientes de paralelípedos sensoriales multidimensionales. ¿Sólo los que tienen hambre disfrutan tanto de una comida sencilla? ¿Se podrá medir alguna vez el placer? ¿Se podrá medir la satisfacción de manera clara y precisa?

Los Rolling con su estilo de vida tan extremo de mujeres en exceso, drogas decadentes y lujos más frivolidades (que es lo que marcaron como objetivos primordiales a las siguientes generaciones de rolling-wanna-bes) marcan la oposición a lo que es normal en la vida de cada quién que conocemos en nuestra cotidianeidad, incluso a nuestros mismos poderosos ordinarios (¿vivirían cerca de nosotros si realmente fueran tan “poderosos” y tan extremos?).

Lo exótico es lo exótico.

Nuestras normalidades nos restringen de cierta manera. Muchos pasamos el tiempo en la búsqueda de la obtención de “satisfactores” que no existen más que en nuestra mente y que en muchas ocasiones ni podemos explicar su existencia ya que están íntimamente relacionados con nuestras propias circunstancias.

¿Será tan obvio? ¿No habrá un mensaje más estúpido, más sencillo? ¿Cuáles son los verdaderos satisfactores? ¿Los que me hagan ser feliz? ¿Los que existen en forma de objetos y que yo ni sospechaba que estaban guardados en ese catalogo del que no estoy enterado todavía ni siquiera de su existencia? ¿Será ese objeto y similares y el admirarlos y el poseerlos la clave de mi propia vida? ¿O serán otras cosas que están por encima de niveles no sospechados por mi propia vida ordinaria y llena asimismo de satisfacciones habituales que a otros les parecerán pueriles, y que yo llamaría, para protegerme de mi propia ordinariez como espirituales o intelectuales?

When I'm watchin' my tv
And that man comes on to tell me
How white my shirts can be
But he can't be a man 'cause he doesn't smoke
The same cigarrettes as me
I can't get no, oh no no no
Hey hey hey, that's what I say

La televisión en los sesentas era la ventana que pretendía mostrarte, y venderte, el Pecado Original. Era como una especie de Árbol de la Sabiduría de Rayos Catódicos. Había en esa pantalla en cuanto la encendías los profetas de los que hablaba McCluhan, los nuevos predicadores que decían o afirmaban lo que las camisas debían de estar así de blancas. Lo que los cigarros deberían de ser o parecer, o lo que yo debería parecer con esos cigarros si tan sólo yo los fumara.

Pero hay algo aquí en Jagger, él contradice lo que le dicen esos profetas, primero ¿se referirá a los que son los llamados Profetas de la Avenida Madison, principal avenida de la mercadotecnia mundial? ¿Los que definían los gustos de cientos de millones de personas que vivían(vivíamos o vivimos) en una ignorancia salvaje alrededor del mundo?

Jagger fuma una marca y se desasocia del que está enfrente de él, presencia etérea en su propia bocina. “Él no puede ser un hombre porque no fuma el mismo cigarro que yo fumo", razona. Es todo. Somos diferentes. Podríamos ser incluso enemigos. Si nos viéramos enfrente podría no tenerle paciencia. Si se pasa o no respeta (o no se nos arrodilla) frente a lo que yo creo podría despedazarle.

Jagger no es amable. No tiene porqué serlo. Los Rolling Stones nunca tuvieron que serlo. Con nadie.

I can't get no satisfaction
I can't get no girl reaction
'cause I try and I try and I try and I try
I can't get no, I can't get no

La batería nos detiene, Richards con su guitarra sigue desollando a la sociedad , la sigue dividiendo, se sigue burlando de esos valores superficiales en los que todo estaba bien si usabas ese detergente, si creías en ese político.

La burla por la burla, el cinismo por el cinismo. La ironía en sí, por la ironía en sí. Satisfaction es un Caballo de Troya lleno de pensamientos que independiente de la moral, de la educación, de las costumbres y de las tradiciones te revientan en la cabeza, te revientan en lo que entiendes de la sociedad en sí. Satisfaction es algo que infecta al tratar de querer hacerte pensar, pero todo es una burla, es una afrenta, ellos, los Rolling Stones lo saben, lo supieron desde siempre y se desternillan de risa, la burla puede ser sencilla o puede ser profunda, superficial o trivial, elige. Elige ya.

A nadie de ellos les interesaba un comino lo que se piense de su canción, sólo querían, deseaban, que se vendiera lo más posible, querían, ansiaban, estar en un estado de poder decir que ya no consiguen “satisfacción”, instante-aduana del mero nirvana hedónico.

When I'm ridin' round the world
And I'm doin' this and I'm signing that

De modo cósmico Jagger y los suyos se convierten en una fuerza global. El mismo cabello, lo dice sin proponérselo Bill Wyman en su libro de Stone Alone, sencillamente los Stones se lo dejaban crecer y sus fanáticos, pequeños de quince años (ahora se nos hacen pequeños) empezaban a ser maltratados en la escuela por traer el cabello largo. Se inicia la edad de la rebelión, primero en el exterior y luego en el interior, la edad del cuestionamiento de la autoridad en la que muy bien podrías ahorrarte lo de la madurez, ¿a quién de quince años le interesa la madurez? ¿Le interesa a un chiquillo de quince años que no entiende el porqué le piden que se recorte el cabello? ¿Lo podría entender algún día?

El ejemplo cunde y todos consideran que los símbolos que trascienden y los que no te pueden traicionar, porque no les exiges mucho, sólo buena música, buenos conciertos, buenas vibras, te dan algo especial a lo que puedes pertenecer.

Nada más pides, nada más exiges, eso se te da, eso se te otorga. Los Stones en las vísperas de su malhadado concierto de Altamont de diciembre de 1969, mal viaje del final de los sesentas, son vistos entre los jóvenes que conforman su público, allá abajo. Son ya descritos incluso con escenas del Henry V, el del otro inglés cósmico, Will Shakespeare, en las vísperas de la batalla de Agincourt, en esos precisos términos, un rey que se encuentra con sus soldados antes de la lucha suprema, antes de su concierto supremo.

And I'm tryin' to make some girl
Who tells me baby better come back later next week
'cause you see I'm on losing streak

Y cuenta: “hago eso y firmo lo otro mientras trato de ligarme a una chica”, Mick ya no quiere saber más, sólo quiere hacer más marcas de más chicas (lo irónico del caso es que, según el libro de Wyman, el que obtuvo más chicas de los cinco, Wyman, Jagger, Jones, Richards y Watts, fue él, Wyman, y para exponerlo tiene sus estadísticas prestas a ser mostradas a quien lo pida).

Y la chica le responde que mejor vuelva en la próxima semana… ¿por qué? Por lo que haya sido, eso es otro motivo más de insatisfacciones como la que más. ¿Qué importa? Habrá otra chica allá, y otra más allá, y otra más allá todavía por las décadas por venir.

I can't get no, oh no no no
Hey hey hey, that's what I say

A esas alturas han llegado. A esa altura se les ha otorgado derechos, prebendas, privilegios. Sólo ellos, los que han llegado a ese estratosférico nivel en el que pueden saber que no pueden obtener satisfacción, son los que saben perfectamente de lo que están hablando.

I can't get no, I can't get no
I can't get no satisfaction
No satisfaction, no satisfaction, no satisfaction

El grito es final: no hay satisfacción, no hay satisfacción, él no puede conseguir su satisfacción.

En nombre de quién habla Jagger, ¿del mío, del tuyo?

¿Tú sí la conseguiste? ¿Quién, hombre o mujer, sí lo ha podido hacer?

¿No es ese un grito que rebasa la misma existencia?

lunes, diciembre 11, 2006

Cartas a un Joven Poeta de Rainier Maria Rilke

Por fin desde el tiempo en el que me lo hizo llegar un buen amigo pude leer el libro de Las Cartas a un Joven Poeta de Rainer Maria Rilke. Un libro notable, sobra decir.

En ocasiones es necesario hacer altos en el camino. Dice una frase acerca de que ojala nunca perdamos la costumbre de “…detenernos un rato y poder percibir el aroma de las flores”. Dicho así como el recordatorio de que la vida camina y en muchas oportunidades no queremos o no podemos parar para tener un recogimiento total de las sensaciones generales a todo nuestro alrededor.

Sabemos que esto no es siempre posible. Sabemos que tampoco es deseable. Pero cómo quisiéramos hacerlo en cuanto estamos en frente de una obra de teatro que de manera exquisita nos lo exige en silencio. O cuando estamos con nuestros seres queridos sabiendo que afuera se quedaron las tragedias, que afuera se olvidaron las incomodidades que afectan nuestra alma, las inquietudes que asolan nuestra mente.

Así, el libro de Rilke frente al entonces joven Kappus. Rilke le trata de animar, le trata de orientar, le trata de indicar que hay muchos caminos, pero cuidado, es imperativo advertir al joven que muchos de ellos están ahí sólo para confundir o para retrasar el natural crecimiento de alguien como un poeta de esa edad.

Hay que recordar que en aquellos años de principios del siglo pasado se tenían a las artes escritas de manera muy distinta de la de ahora. Como que el siglo XX en cuanto desarrolló y privilegió la violencia mecanizada y la vida humana quedó relegada a una estadística (tema complejo y de muchas aristas), despojando de esa guirnalda virtual de esos personajes que se ocupaban de convertir emociones, sensaciones, percepciones en palabras y metáforas con la búsqueda pura de la estética.

A excepción de pocos, los que quedan de los años gloriosos, ya no se estima mucho a los poetas en la actualidad. Y vemos impresas en piedra maravillas escritas de Paz y de Sabines, y… ¿de quién más que sea conocido por el público en general?


Así las cosas, Rilke trata de ser prudente, le escribe un admirador y él debe de corresponder, él se siente con la adulación propia del de mayor edad de quién se siente buscado, requerido, se siente importante. También se percibe que Rilke no está bien de salud. La carta del joven Kappus es bálsamo para su momento. Un bálsamo muy bien recibido.

Hay momentos especiales, como en el que Rainier Maria Rilke se refiere al arte: “Y mas inexpresables que nada son las obras de arte, esas entidades secretas en las que la vida no termina y que superan la nuestra, que pasa”. O más bien, las obras de arte en sí mismas o lo que uno percibe como arte hecho materia, sustancia, contenido, significado y forma en la distancia y en la sensación. Lo triste y lo grande al mismo tiempo es eso, el que la vida de las obras es eterna y que aunque fuesen destruidas, si fueron notables, estas continuarán, más allá de nosotros mismos. Las piezas que faltan al Coliseo Romano, al Templo de Zeus, al Partenón, a la Victoria de Samotracia, al templo de Tula, al Templo Mayor, a lo que fue Alejandría, enterrada, si se puede decir una barbaridad así, bajo las aguas del Mediterráneo egipcio, todo ello, no queda más que la especulación.

Luego se refiere a algo muy sencillo que está enunciado en medio de las recomendaciones, en medio de la suave admonición, Rilke invita a “renunciar a comparar… evitar la mirada dirigida hacia fuera… entrar en uno mismo…”.


Esto es de lo más complejo del mundo para alguien que está en la constante búsqueda de un punto de referencia. Esto es básico, sí, pero en el mundo de las inseguridades que vivimos los que escribimos siempre estamos en la búsqueda constante de saber en donde nos encontramos… como si hubiera una gran escala reconocida siempre por todos en todas partes, en donde nos pudiéramos ubicar en general, como si esta gran escala fuera el producto de un sistema matemático exacto, preciso y discreto que no dejara nunca la duda de en que situación uno está percibido por algo que bien puede estar englobado, o emanado, en la Gran Sociedad.

El que desconozcamos quien o que conforma la Gran Sociedad, si toda ella lee, si toda ella está cualificada o certificada por un gran Certificador allá en los cielos, allá en el espacio, no haría más que ir extendiendo la cuestión de lo absurdo de esta idea. Pero igual lo concebimos así o más bien, la racionalizamos así, y de ese modo seguimos buscando un lugar en esa gran escala cósmica cualificadora de nuestras bondades, valores y proezas varias.

Mas tarde, Rilke nos habla: “¿Moriría si estuviera vedado a escribir? ¿Verdaderamente me siento apremiado para escribir?” Las grandes preguntas. No es mi caso responderla en particular. Pero sé la respuesta perfectamente.

Aún así es una de las frases claves del libro. “¿Moriría si estuviera vedado a escribir?” Literalmente no se sabe la respuesta hasta estar ahí. Hasta estar en ese tipo de filos, en ese tipo de bordes. Viviendo la vida que llevamos, teniendo con nosotros a nuestra familia a la que amamos, es fácilmente deducir que esa pregunta es una del tipo retórica, pero ¡caramba, cómo se le acerca a la realidad!

Después, Rilke afirma “construir la vida de acuerdo a esa necesidad…” y eso es válido para todas las personas. La vida no es como la vamos dictando, es como nos va saliendo, lamentablemente, y si acaso podemos (creer) ir planeando, anticipándonos de vez en vez en lo que podemos, en lo que alcanza nuestra pobre o gran visión. Es ya sabido: podremos prever lo imposible, y un día lo posible, sí, lo posible, vendrá a pegarnos en donde menos lo esperamos.

A la hora de crear Rilke tiene puntos de vista correctos, llenos de sentido común: “Escoja lo que la cotidianeidad ofrece…”, ¿qué más se puede pedir? Podrás inventar, podrás ir a galaxias y tiempos lejanos pero no te escaparás nunca de esta vida diaria, de estos momentos diarios, de las miles de circunstancias que se desenvuelven en el mero enfrente de nosotros mismos, de todos los días, de todas las mañanas.

La parte interior está con nosotros y nosotros en cada quién está en su soledad total. Lo anterior lo afirma Octavio Paz en su Laberinto y tiene toda la razón. No hay nada más con nosotros. La palabra sirve para expresar lo que sentimos, en todas las dimensiones, a los demás. Rilke orienta al joven Kappus: “Diga sus tristezas y deseos, los pensamientos que le llegan a la cabeza, su fe en una belleza… Use para expresarse las cosas que lo rodeen; las imágenes de sus sueños, los objetos de sus recuerdos. Si su cotidianeidad le parece pobre, no la culpe. Cúlpese a sí mismo de no ser lo suficiente poeta para encontrar sus riquezas… Para el creador nada es pobre... no hay lugares pobres o indiferentes…”.

Así lo hacía Marcel Proust, así lo hace Stephen King (si se me permite mencionarlo en este contexto). Debemos buscar en nuestro pasado, en nuestro presente, en nuestro futuro más ansiado, e imaginado, sobra decir. Nuestros objetivos de hoy, que casi siempre serán distintos a los de mañana.
Una vez más Rilke se lo dice al joven poeta: “Es ahí donde encontrará la respuesta a la pregunta: ¿debe usted de crear?”

¿Debemos de crear? ¿No ha dicho Gabriel Zaid que ya hay demasiados libros? Cómo yo nunca leí ese comentario original y radical debo de hacer caso omiso del mismo. ¿Qué sabe Zaid? Digo, además de ser el personaje grande que es, escritor lúcido de editoriales y, sí, poeta reconocido. ¿Pero él decirme lo que no deba de hacer ya que hay ya demasiados libros? No. No es mi caso.

El que deba de crear, que crea. Nada más. Y lo dice Rilke mismo: “Porque el creador debe ser todo un Universo para sí mismo, hallar todo en sí y en el fragmento de la Naturaleza a la que él está unido…”

Más adelante el libro continúa diciendo: “No se deje dominar por la ironía… esfuércese por servirse de la ironía como un medio más para apoderarse de la vida.”

Esto anterior si lo veo como imposible. La ironía en uno debería de ser utilizada más como defensa que como ataque. Pero estamos en un mundo que duda de nuestras intenciones, de las que sean. Un mundo que ya ha sido sorprendido de muchas maneras.

La ironía es un recurso rápido de usar, como de metralleta que escupe palabras de burla, de sátira, de parodia. Todos estamos expuestas a ella. No la dirán enfrente de nosotros, algunas veces. Utilizaran lo que sea, aunque esté fuera de contexto para hacerlo. Para vejar, sobajar, reducir, inferiorizar, minar: destruir.

Estamos en un mundo que por algunas razones ha sido vejado o agraviado u ofendido. Y desde hace décadas no le importa quién se la hizo sino quién se la pague. Y no hace distingos. El que hoy no es irónico es cursi. Y eso también se castiga. Se burlará de manera sistemática en cada momento que se pueda. La ironía es el arma más sutil que se pueda usar. Y tiene su doble filo. Es parte de ser irónico. Deja la duda, deja el veneno. No importa si después te retractas, del veneno algo habrá quedado.

Algo tan pequeño pero de alcances tan bestiales.

Pero Rilke se torna más amable. Y va al mundo de los libros: “Viva algún tiempo en esos libros, aprenda lo que merece, según usted, aprenderse pero sobre todo, ámelos. Este amor le será mil y mil veces devuelto, y sin importar que sea de su vida, atravesará, estoy seguro, la trama de su ser…”. Eso en cuanto al amor que hay que profesarles. ¿Cuáles libros? ¿A los que se refería Zaid? Probablemente no. Hay libros para amar, hay libros para entender y utilizar su conocimiento y hay libros para olvidar.

Y en cuanto a libros para olvidar, ¿se referiría Rilke a lo siguiente?

“…Lea lo menos posible obras críticas o estéticas. Estas son o producto de espíritus de capilla – petrificados, privados de sentido en su endurecimiento sin vida- o hábiles juegos verbales. Un día una opinión hace ley. Otro, la opinión tiene un sentido opuesto.”

¿Qué más se puede decir de ello? Una opinión hace ley. La del poder, la del dinero, la del reflector. Pasa el tiempo, y todo pierde contexto, todo pierde sentido. ¿Qué es lo que nos queda? ¿El recuerdo de los malhadados quince minutos de Andy Warhol?

Rilke apremia: “Salga usted del equívoco. El desarrollo natural de su vida interior le conducirá lentamente, con el tiempo, a otro estado de conocimiento… Deje a sus juicios su propio desarrollo, silencioso. No lo contraríe, porque como todo progreso, debe venir de lo profundo de su ser y no puede sufrir ni apresuramiento. Llevar a justo término, después, dar a luz. Todo está ahí.”

Todo está ahí.

Poco a poco las mismas necesidades, las mismas contrariedades, los mismos obstáculos que se ponen frente a nosotros nos van ubicando, nos van posicionando, pero no contra ninguna escala a medirnos, sino contra nosotros mismos.

Rilke concluye ese tema: “Espere con humildad y paciencia la hora del nacimiento de una nueva claridad. El arte exige lo mismo a los más sencillos fieles que a los creadores…la paciencia es todo.”

La claridad llegará tarde que temprano de la forma que sea, en el momento que sea. Estemos manejando, estemos en una presentación, estemos bañándonos. La claridad llegará a nosotros como relámpago en frente de nuestros propios ojos.

Sabiendo de ese proceso recordamos que en ocasiones es impresionante el momento de euforia que sigue. Sí, en ocasiones puede ser una falsa alarma, pero la mayoría de las veces no lo es. Y esa euforia da alegría y sustento al alma.

Es como estar frente al tráfico y de repente mientras escuchamos el mismo comercial de siempre frente a nuestros ojos se desvanece el carro de adelante, milagrosamente enmudece la voz del locutor y todas las piezas de nuestra idea sin pies ni cabeza, de nuestro plan informe de nuestro esquema incompleto, comienzan a aparecerse de manera inesperada.

Y asimismo de forma misteriosa inician un acomodo de modo silencioso en una especie de coreografía moderna, irregular y de principio confusa, y que con una seguridad y firmeza que aumenta poco a poco, en una especie de cámara lenta como de imágenes de hojas cayendo hacia el suelo como debieran de caer, en una posición aparentemente imprecisa, pero que en nuestro corazón sabemos con plenitud que esa posición de cada hoja cayendo irregularmente no es más que la justa y correcta, debajo de su árbol-madre que las dio a luz.

Eso sí. La paciencia. Es una palabra de tres sílabas. Y tiene una carga enorme. Y nos negamos a ella, y nos rebelamos, y nos oponemos, y ella suave está ahí, esperando por que acabemos ese impulso contra ella misma. Después de la explosión contra la tremenda espera, contra el tremendo silencio, ahí está ella recargada en la pared, sonriéndonos. Tratando de convencernos con esa sonrisa que hay que esperar. Que no hay más que esperar. Que no hay otra manera, que aunque huyamos de ella, ella estará esperándonos, sumisa no, sabia sí, totalmente. La paciencia sabe que volveremos a ella. Siempre.

Rilke lo sabe.


Y lo digo en presente. Rainier Maria Rilke lo sabe.




Yo estaba enamorado de la revista Rolling Stone

Ahí estaba yo en la Avenida de las Americas, número 1290. Eran los días primeros de agosto de 1991. Y Nueva York me asustaba. Eran los días que los compañeros de la oficina te advertían de lo difícil que era la ciudad. Años después cambió mucho y se hizo muy amigable. Tremendamente amigable. Me asomé al edificio. Entre a donde se leía el directorio. Ahí, en uno de los pisos estaba Rolling Stone Magazine escrito en uno de esos pizarrones con letras movibles de plástico, muy inelegante. De cualquier modo me impresionó. El caso es que le tomé una foto al pizarrón lleno de nombres. Aún tengo la foto. A nadie le interesa un carajo saber que la tengo y menos nadie quiere verla. El caso es que la tomé y me gustó tenerla.

(Al cabo de las horas y después de haber ido a una librería de la Quinta Avenida, donde compré el libro que comento a continuación) ya me tuve que ir al aeropuerto de New Jersey para devolverme a mi seguridad relativa y esperar mi salida a Monterrey, vía Dallas. Destino al que casi me enviaban, puesto que debido a una falla mecánica de mi estupendo avión de American Airlines a la ciudad texana, (la frase de “this plane isn´t going” y la viejita que me lo dijo, ya casi olvidé a las dos) tuve que cambiar de idea. Me pidieron que me registrara en otro avión, dije que iba a Monterrey, por supuesto (sin aclarar nada, todo mundo conoce Monterrey, México, ¿no?) y me enviaron a uno de Eastern diligentemente. Después de unos segundos pregunté que porqué por Eastern, si es la que vuela hacia la costa del Pacífico, y ahí confirmé que me enviaban al Monterrey equivocado, al de California, por supuesto. Aclarando el embarazoso detalle, no tuve más remedio que literalmente correr para pescar un avión a Atlanta por Continental. Ya sólo es para tener una pequeña anécdota que contar.)

En mi maleta, o valija, o lo que haya sido, llevaba un libro intitulado The History of Rolling Stone Magazine. El título sin ser muy atractivo no me importaba, me importaba el contenido. Sólo eso. Lo juro.

Pues lo leí tarde que temprano. Y supe muchas cosas.

Es ya año 2006. Tengo 4 años sin la suscripción de la revista. La conseguía a través de McAllen, Texas, en un apartado postal al que me llegaban mil cosas y que una semana si, otra no, me las traía la señora Juanita. Me llegaron bien la inmensa mayoría de las veces.

Y estoy ahora en una ciudad del centro del país. Y por otros ciertos motivos estoy con algunas de mis Rolling Stone favoritas. Ya espero las preguntas de las personas acerca si la revista solo se trata de sus satánicas majestades, los Rolling Stones. No, no se trata de ellos. A lo mucho Mick Jagger los quiso demandar allá por el año de 1967. Pero no lo terminó de hacer, quizá porque tendría él a su vez tendría que ser demandado por Muddy Waters por haber utilizado parte del título de su canción Rolling Stone, y porque ultimadamente el verdadero rey del Rock, Bob Dylan, utilizó el mencionado nombre en su inescrutable canción inmortal Like a Rolling Stone, después que los Stones. Una demandadera impresionante. Mejor todos safe y que nadie demande a nadie.

El punto es que tengo en mis manos la número 773 en cuya portada aparecen Madonna, Courtney Love y Tina Turner, contentas. Es el aniversario treinta de la revista. Y pues, en este instante y después de descubrir que ahí están las portadas, algo me llena de tristeza.

La Rolling Stone (bueno, ni el Time, ni la Wired, ni... ¿o seré yo el que cambió?)no es como antes. No es tristeza en sí. Ni amargura. Pero... algo pasó en estos tiempos.

De pequeño tienes ídolos. Los defiendes. Sin saber que lo eres, eres un evangelista. Los defiendes. Es como tu equipo de fútbol. Le tomas cierta pasión al asunto.Te involucras en sus causas. Cuando creces, sigues igual, y no en menor medida, sí en medida distinta. Pasaba igual con la Rolling. Pero resulta que leí ese libro. Y ahí me enteré de la existencia de su legendario editor-publisher, Jann Wenner. Y lo que hacía.

No sé porque, pero me cayo muy mal enterarme de que en los viejos tiempos cuando la revista empezó a salir la gente comenzó a enviar dinero para suscribirse. Y no mandaban cheques, mandaban dinero en efectivo, en sobres. Eran otros tiempos, allá por principios de 1968. Y la chica que se encargaba de las suscripciones, se quedó aterrada cuando veía como Wenner tomaba sin pudor dinero del montón que llegaba en sobres, en efectivo, para las suscripciones. Al protestar la chica, diciéndole que eso no era correcto, Wenner solo respondió con un equivalente a “me vale madre, ¿quién me lo va a impedir?”. Nadie se lo impidió.

En la historia del libro se ven desfilar muchos personajes de los que me gustaría seguir sabiendo de ellos, sobre todo Ben Fong-Torres, de Charles M. Young, de Dave Marsh, por citar algunos. De Annie Leibowitz, maravillosa fotógrafa, supe. De Hunter S. Thompson, también supe (y ya murió no hace más de dos años). Y del mismo Wenner, obvio, hasta salió en la película Perfect, con John Travolta (también salieron muy bien retratados en la película de Cameron Crowe, Almost Famous, otro con otra historia que merece ser contada después). Y ahora también sé que es millonarísimo. Bueno, eso fue antes.

Y Jan Wenner hizo otra pequeña travesura que me encabritó. Allá por 1988 la RS sacó un número especial que hablaba de las 100 canciones mejores de todos los tiempos del rock . Muchos conocedores y especialistas las decidieron. Cada lugar ponderado. Cada lugar colocado con cuidado, con respeto, con reverencia. Al verla y analizarla te dabas cuenta que, bueno, muchos lugares eran de esperar, suponía yo. Satisfaction en primer lugar. I want to hold your hand, en segundo lugar, etcétera. Ellos sabían de eso. Yo no. Ellos a eso se dedicaban. Les pagaban por ello. Uno de esos (a fin de cuentas, sólo tristes) aficionados sólo sabía o mas bien, sólo le cabía esperar corrección, justicia, honor a quien honor merece.

Y pues, según el libro se dice que al señor Wenner se molestó al ver la lista. Y es que, ¿cómo era posible que Billy Joel estuviera tan abajo en la lista? ¿Y Boz Scaggs? y el inmortal Lou Gramm, ex – Foreigner, ¿cómo es que ni siquiera alguno de sus más grandes éxitos no pudiera entrar? No era posible. Pero para eso él era Jan Wenner, señor y dador de vida en el imperio de Straight Arrow, la compañía madre de RS. No, las cosas no se iban a quedar así. Había un error (o varios, pues) y había que enmendarlos. Y así fue que... cambió algunos lugares según su criterio, el sí era conocedor, claro... y todos quedaron felices. Bueno, tal vez no todos. La mayoría se tenía que aguantar, después de todo Rolling Stone era un negocio, un trabajo como todos ¿o no? Y ellos dependían de él, ¿o no?

Y así hay varios ejemplos. ¿Decepciones? No lo sé. No tanto. En el ya mencionado libro se hablaba de lo que la RS era antes. Un símbolo. Algo que se adelantaba a todos. Una revista en la que leías de cosas tan disímiles como el descubrimiento por ellos, periodistas de la revista del escondite donde estaba Patty Hearst, la heredera secuestrada vuelta guerrillera urbana chic en 1974, el caso de Ron Kovic, el ex sargento que fue paralizado en Vietnam y que Tom Cruise himself lo protagonizara fielmente en aquella Born in the 4th of July, y otras historias tan dramáticas como la de Karen Silkwood, posiblemente muerta por un asunto con una planta nuclear corrupta, o la de los astronautas, los primeros, los héroes casi mitológicos, escrita por el gran Tom Wolfe.

Y de alguna manera tonta, leer eso a uno lo reivindicaba frente a un público inexistente, como si haber leído de esa revista, y como si leer artículos de ahí, le pasaran a uno parte de esa trascendencia.

Pero algo pasó que iban quitando brillo. Portadas como la de Village People al finalizar la época disco. Comerciales invadieron la revista. Moda y moda, fashion after fashion aparecieron en suplementos. No lo comprendía. Bueno, sí se podría decir que conocía algo de ella. No por nada la empecé a comprarla allá por 1981, la cual es mi primer ejemplar. Luego 1983, y más tarde los años que siguieron intermitentemente. Después me suscribiría en pleno y me los traería puntualmente la señora Juanita (¿qué se habrá hecho?).

En este número que está a mi izquierda (la mía, no la del blog, sorry), venía un suplemento grande acerca de las portadas de 1967 a 1997 con motivo de su treintavo aniversario. Tenía años de no ver ese suplemento. El que siempre he visto, porque aparece y desaparece en la región de mis agujeros negros portátiles, es el suplemento que contiene las portadas de 1967 a 1987, patrocinado por Reebok, con motivo de su vigésimo aniversario. Ellos que siempre han sido tan generosos.

Las veo y está definitivamente mejor el suplemento del 30 que el del 20. Lo disfruté mucho, el verlas. Hay un portadón del número de Lennon con Yoko, en el conmemorativo de su muerte recién acaecida de entonces (aparecida en enero de 1981)que no tiene madre (ganador de la distinción de ser la portada más relevante en los últimos cuarenta años). Pero algo me pegó.

Entre el suplemento de portadas vi las revistas que tengo. Vi las que no tengo. Hojeo de nuevo la revista del trigésimo aniversario con Madonna, Tina y Courtney. Hay historias fabulosas, como la de LaVern Baker, Billie Holliday, las Shangri-las, y así. Y recuerdo haber tenido en mis manos las últimas que alcancé y leí. Comerciales de modas, de autos, de discos, de motos, de computadoras personales.

Recuerdo más cosas de ese libro sobre todo lo de que RS ya no marcaba tendencias, sino que ahora las seguía. Que la rebeldía se había diluido en el comercialismo atroz. Múltiples competidores. ¿Será eso? Me perdí el número del 40 aniversario de la llegada de los Beatles a Estados Unidos, por supuesto, una gran portada. No leí el artículo, el website de RS no lo incluye completo. Mal plan.

Y tengo 44 años yo, dos más desde que llegaron los Beatles con Ed Sullivan.
Revisar los viejos números y revisar los nuevos me llenan de amargura. Ya no recibo la revista. En Sanborns de aquí de esta ciudad del centro de México, sólo alcanzo a ver la RS mexicana. Y pues con todo respeto, no es la RS que yo me acostumbré a leer. Eso sí. Orgulloso estuve de los espectaculares, los espectaculares de los camiones urbanos en los que se anunció varios meses hace ya uno o dos años, quedé impresionado de leer con esas fabulosas letras especiales Rolling Stone. Ya en México. Ya con nosotros. Por fin. Pero. No. Es. Lo. Mismo.

Rolling Stone, antes de internet, me daba el filo correcto de la música, de las actitudes, de lo que era bueno, de lo que era dudoso. No desconfió de su periodismo. Pero, ¿en que creer cuando ves tantas veces en sus portadas a los chicos del nuevo bubble gum rock? Spears, Timberlakes, N’Syncs.

¿A qué jugamos? ¿Los pones en la portada sólo para vender, o esas personas realmente tienen calidad? Y si es así la cosa, ¿ya no hay idealismos?

Recuerdo aquellas dos portadas, la que atacaba al recién creado MTV como que no era mas que un vil anuncio continuo de 24 horas todos los días, y que salían McCartney y Jackson caracterizados con el rollo de su inmortal video de Say, say, say (confiésenlo, tenían años de no acordarse de el), para resultar que de ellos dos no salían en toda la revista más que 150 palabras, en un mini recuadrito que si parpadeabas ni lo leías.

Y el otro caso, el de Ghostbusters II en la portada glorificando la mencionada película de cierta manera, y dentro realizan un reportaje amabilísimo sobre Bill Murray, y en la sección de críticas de cine, quizá para salvar la cara un poco, defenestran la película (merecido se lo tenía).

Tal vez sólo yo lleve la cuenta de estas cosas. Pero no sé. El que lea esto, no piense que estoy amargado, ¿de acuerdo? ¿O tal vez sí?

Tal vez se piense que los cambios de una RS tenían que irse hacia ese lugar, menos polémica, más conservadora, los mismos Rolling Stones están a punto de cumplir los 65’s, el mismo Charlie Watts tiene cáncer en la garganta, ojalá se recupere. A estas edades, los idealismos ya no son los mismos.

Ellos (los de la revista, hay que aclarar) están ahí, escribiendo, armando un número que tratará de ser relevante, tratando no sólo de conseguir premios de diseño o de fotografías geniales... bueno, eso quiero pensar. También quiero pensar que ellos, los redactores de la revista RS algún día cambiaran el camino para de nuevo ser rebeldes, de nuevo ser fulminantes, de nuevo ser importantes.

Algo pasó en mi relación con Rolling Stone, al cabo de 25 años de estar cerca. Yo crecí y Rolling Stone no... ¿O fue al revés?


Tal vez, como alguien dijo, la respuesta estará en el viento.

O tal vez la tenga la señora Juanita.





NOTA:
Si alcanzaste a terminar toda la nota anterior y si es que fue de tu agrado,
podrías seguirle con los LINKS INTERESANTES que están al lado IZQUIERDO de aquí para…

1. leer algunos distintos artículos míos en el blog de LaPalabra.
2. o leer mis cuentos…
3. o lo que escribí en el blog de Crónicas de Nuestras Guerras Secretas para completar la segunda parte de dicho libro…
4. o bien me podrías pedir a mi correo el mencionado libro de Nuestras Guerras Secretas completo en PDF…
luisgmetaconexiones@gmail.com
5. o leer mi novela de Technotitlan: Año Cero que está en los links de aquí a ladito a la izquierda… que está por el momento son dos partes y estoy por poner la tercera y después la cuarta…
6. y agregaré más cuentos en blog de cuentos y agregaré mi otra novela de Sangre de Neón en otro blog más…

Ah, y si estás en revista o periódico y quisieras incluir un artículo de estos ahí en tu medio, ¿por qué no me escribes? Me encantaría colaborar en tu medio ya sea impreso o en el ciberespacio.

Luis García



domingo, diciembre 03, 2006

ENSAYOS DEL ROCK: HOTEL CALIFORNIA de The Eagles




La Bestia quiere ser alimentada…

La introducción no es ni lenta ni rápida, es tal cual debe de ser, no discutas con el cerebro. Está grabada con nosotros desde el principio. Son las notas que están en el viento tibio del verano, el que viene de las montañas, el que nos trata de decir algo, pero que jamás entendemos qué. Algo del viejo oeste, del viejo México como dicen, su versión de décadas más tarde lo confirmarían.

Hay como un preámbulo de casi un minuto, es luminoso, es prodigioso, suave, limpio, suena a cristalino, a perfectamente estructurado, una guitarra, la de Don Felder, que después atacaría en un combate junto a la de Joe Walsh quién se incorporó al grupo por aquél tiempo, en 1976 o 1977, no importa.

Las Águilas, The Eagles, perfecto ejemplo del llamado Country Rock sureño, californiano y decadente, que utilizaba en sus portadas imágenes del viejo oeste, con cráneos de res mirando a quien quisiera desde sus cuencas vacías.

Por eso siempre fue extraña la canción de Hotel California, una que desafiaba conceptos preconcebidos: uno podría escuchar las demás canciones de The Eagles y todas son similares, lamentos suaves, Desperado, New Kid in Town, Tequila Sunrise. ¿Witchy Woman? ¿Take it to the Limit? Extravagancias. Un sentido del humor que va desapareciendo discreto en The Long Run, y en Heartache Tonight pero eso vendrá en varios años por delante.

Su otro éxito de esos años de Watergate, el de Life on the Fast Lane, canción-estribillo-frase con la que muchos aseguran que si la hubieran patentado se hubieran hecho millonarios, más que como músicos. La decadencia, el exceso, el querer-llegar-más-allá-y-lograr-sobrevivir, el vivir rápido y pensar que vas a superarlo todo es la marca de Las Águilas.

Una guitarra de improviso que marca unos compases lentos, un pequeño y apropiado cascabel sordo a la izquierda, principio inequívoco, un bajo que acompaña, se repiten los compases, unos platillos discretos, el compás sube y se acomoda, todo está listo, la leyenda del Hotel California está por comenzar.

Una batería que entra y de manera impresionante y sin perder un compás, Don Henley entra, y Glenn Frey, a la distancia, ríe...

On a dark desert highway, cool wind in my hair
Warm smell of colitas, rising up through the air

La ambientación queda puesta. El horizonte está allá frente a ti, como siempre, inalcanzable. Tal vez es un cielo estrellado. Las únicas luces que puedes alcanzar ver son las del solitario auto que viene en dirección contraria a ti. Tal vez ya no alcanzas a ver tus luces interiores de tu panel de control. Tus propios faros van descubriendo un camino nuevo, diferente, gastado en cada metro que recorren. El viento es frío, raro en verano crees. El desierto atestigua tu cansancio. Debe de ser la ruta correcta. No puedes haberte equivocado.

Aquí está un misterio para muchos norteamericanos. ¿Que son “colitas”? Los que saben de inmediato lo dicen, temiendo no dar por entendido nada, o por el contrario, presumiendo de su conocimiento underground y tal vez no tan under, es el suave y tibio aroma de cigarros de hierba, que van ascendiendo, de seguro llegando hasta el viento, que indiferente, se las lleva para siempre.

Up ahead in the distance, I saw a shimmering light
My head grew heavy and my sight grew dim
I had to stop for the night

Como muchos que manejan en la noche, la extenuación se adueña del cuerpo. ¿De dónde vienes y a dónde vas? ¿Lo puedes recordar a través de tus propias nieblas? ¿Estás en un gran trayecto? ¿Estarás a la mitad de la ruta? ¿Estarás perdido? ¿Sabrás a dónde llegar? Quizá la influencia de lo que fumas, quizá la pura fatiga. Quizá…

Había una luz tenue a la distancia. Hay tiempo, para todo hay tiempo y sólo quisieras, como dijo aquel poeta, sólo dormir, quizá soñar.

There she stood in the doorway;
I heard the mission bell
And I was thinking to myself,
this could be heaven or this could be hell

No hay mucho que hacer. Ves a una mujer en la recepción. De seguro te atiende con rapidez. ¿No fue demasiado amable? Y aún así no sientes que hay algo en este lugar… ¿algo místico? ¿Algo irreal? Como la primera ocasión que fuiste a un prostíbulo y la alucinación te ganaba, ¿cómo de que estás fuera de orden en un lugar al que no perteneces? ¿Cómo que no debías estar ahí? ¿Cómo si fuera un lugar unholy, más que un lugar non sancto? ¿De verdad podría ser el cielo? ¿Lo crees así? ¿O el mismo infierno? Ya podrías creer todo. Todo.

Then she lit up a candle and she showed me the way
There were voices down the corridor,
I thought I heard them say...


Ella prende una vela y te enseña el camino, ¿no se te hace raro? ¿Qué, no hay luz? ¿Y ese ruido? Son voces, son voces que dicen que murmuran que susurran lo que en tu vida déjá vu, nunca pensaste escuchar…

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place
Such a lovely face
Plenty of room at the Hotel California
Any time of year, you can find it here

Así escuchas el nombre de este lugar. Hotel California. ¿Miras a tu alrededor tratando de encontrar un estilo? ¿Hay algo familiar aquí? ¿O es tan extraño acaso que no hay comparación? ¿A qué te refieres con que este hotel es un lugar amable… con una fachada amable? El lugar suena delicioso, algo en su aura que te agrada muchísimo, algo que presagia sorpresas, sorpresas que no pensabas encontrar, encuentros que… ¿tal vez te prometen delicias?

Te hace gracia que las voces hablen de que hay mucho espacio aquí en el Hotel California, que en cualquier día del año, tú lo puedes encontrar. ¿No suena un anuncio común y corriente en lugares similares aquí, en estos pasillos, como siniestro, como ajeno a todo lo que te pueda parecer familiar? Puede que pienses que todo está bien, puede que te imagines que necesitas descanso, puede que quieras ya encontrar un lugar y cerrar los ojos y olvidar…

Pero algo sucede, como en las mejores anécdotas, relatos, historias, leyendas. Algo pasa frente a tus ojos cansados. Una mujer, o es la misma, o es otra, jamás lo podrías asegurar. Tienes la idea oscura en algún rincón de tu mente, que jamás lo podrás asegurar…

Las luces, la gente que ni te imaginabas que podría estar en un lugar así, tan apartado de todo el universo, como una posada al filo de la eternidad. Están bailando. Están en fiesta, están celebrando, están en alegría, están…

Her mind is tiffany-twisted, she got the mercedes benz
She got a lot of pretty, pretty boys, that she calls friends
How they dance in the courtyard, sweet summer sweat.
Some dance to remember, some dance to forget

Algo le pasa a esta mujer. Una mujer de gustos caros. Una mujer de lujos, dispendio y más allá. Nunca podrías ser parte de su tipo de mundo, tu mundo es lejano y ella se desentenderá de ti en un abrir y cerrar de tus ojos cansados, está ella en la tormenta de fascinación con sus amigos, jóvenes, bellos, irreales como pocos, ¿los ves? ¿Sus miradas perdidas? Ellos sudan, ellos celebran estas noches endemoniadas de verano. Fiestas en las que las fogatas creadas forman lanzas rojas y amarillas queriendo impulsar sus chispas incandescentes leves hacia las estrellas, como lo han hecho ya desde una eternidad.

Algunos bailan para recordar, otros bailan para olvidar. Nadie sabrá con seguridad quién obtendrá qué, ni cuanto sacrificará por ello…

¿No te ha pasado que entras en un estado de euforia tal, que de pronto ya te sientes parte de un ambiente en el cual estás plenamente convencido de que no conoces a nadie en absoluto? Ya no recuerdas nada de la bebida que te dieron, ¿te dieron una realmente? ¿La probaste? No lo recuerdas ahora, sólo sabes que ya eres parte del lugar y todos te sonríen y tú les sonríes a todos. Es la felicidad como no hay otra, es la tranquilidad de la pertenencia complaciente. Sólo pedirías que jamás te fueras de allí. Como deseando que nunca te pudieras mover de ahí. ¿Te acuerdas de tus problemas? ¿Te acuerdas del destino a dónde te dirigías? Más fácil aún, ¿de dónde vienes?

So I called up the captain,
please bring me my wine
He said, we havent had that spirit here since nineteen sixty nine
And still those voices are calling from far away,
Wake you up in the middle of the night
Just to hear them say...

Es un sueño o pesadilla o el tenebroso país en su umbral, saliendo o entrando, nada tiene sentido. Llamaste al capitán y pediste tu vino favorito, y él te mira primero en silencio como si fuera un fantasma amarrado a cadenas espectrales invisibles en su dolor sólo para él mismo, salido de un hotel embrujado, quizá tratando de adivinar cuál será su destino, cuál será su final.

Finalmente las sombras de tu mente, o de la suya, se borran de manera sencilla y misteriosa, te sonríe como todo capitán de meseros se precie, y te dice que no habían tenido ese vino –y su espíritu desde mil novecientos sesenta y nueve, un gran año, ¿todavía te acuerdas?

Y las voces te despiertan a la mitad de todo, ¿estabas dormido? ¿Te quedaste dormido?

Una vez más los arrullos, una vez más los susurros, una canción de cuna que cada vez más te das cuenta que las apariencias no son lo que son ni en tu realidad, ni en la de nadie…

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place
Such a lovely face
They livin it up at the Hotel California
What a nice surprise, bring your alibis

¿Quiénes viven en el Hotel California? ¿A qué se refiere a que traigan sus coartadas? ¿O entendiste todo mal? ¿En qué contexto alguien puede traer las versiones de la vida de cada quién que demuestran tus inocencias?, ¿en qué juego estás metido de tal modo que puedes ocultar algo? ¿Puede ser tan grave? ¿Estás huyendo de alguien? ¿De algo? ¿O de ti mismo?

Mirrors on the ceiling,
The pink champagne on ice
And she said we are all just prisoners here, of our own device
And in the masters chambers,
They gathered for the feast
The stab it with their steely knives,
But they just cant kill the Beast

Algo sucede, algo grave, no lo sabes, ves la habitación, te causa extrañeza, ¿o es un salón? ¿No habrás tomado demasiada champaña? Hay espejos en el techo, miras a tu lado y miras la bebida en hielo, champaña rosa, espumando, ¿porqué te trae a tu mente ríos de rabia en ascenso?

¿Qué dijo ella? Tal vez no escuchaste bien. Ella dijo algo de que todos somos prisioneros aquí, por nuestro propia mano, nosotros lo decidimos desde el primer día de nuestras vidas, desde que tuvimos ascenso a la razón. Sin saberlo, sin imaginarlo siquiera pudiste haber tenido tus vidas enfrente en todos sus modos infinitos de posibilidades a su inicio, o en ese espejismo que piensas que es la vida, y pensaste que podrías haber elegido el camino correcto o el camino más pequeño. Tú pensaste, eso sí, que jamás sabrías cual ruta tomar, pero ahora estás en el Hotel California, y tienes la aterradora certeza de que aquí ibas a llegar por siempre, en todas tus vidas posibles, por mas que lo evitaras.

No captas, no entiendes lo demás, todo se te nubla, algo sucede en unos salones cercanos, son los salones del Maestro, ¿eso escuchaste? Se juntan para el festín, traen cuchillos, ¿puedes creerlo? Largos acerados cuchillos que brillan en la oscuridad. Dicen que es una alegoría para el gran Steely Dan, que significa… tú bien sabes que significa para una mujer, siempre te ha hecho gracia… ellos te mencionaron, según esto, y tú les respondiste, de tan absurdo debería de ser cierto… ¿Pero no te das cuenta? Por algo ¿sabes?, en medio del diluvio de tus pesadillas, que hay una bestia allá adentro o allá afuera y que ellos por más que la acuchillan no están pudiendo matarla. Pero, ¿qué es la Bestia?, te preguntas. ¿Será un demonio? ¿O será más bien, El Demonio? ¿O habrá metáforas diabólicas raras, que se te escapan en descifrar, en medio de extrañas palabras que no entiendes? ¿Te miran y ven en tus ojos algún aire satánico? No los culpo, no los culpo…

Es el cansancio el que empieza a cargarte, el alcohol que crees que tomaste, todo está en contra tuya. Algo te sucede, algo te nubla el cerebro. ¿No te puedes dominar? ¿Es tanta así tu perdición? ¿Tu próxima perdición?

Last thing I remember, I was
Running for the door
I had to find the passage back
To the place I was before
relax, said the night man,
We are programmed to receive.


Te encuentras de pronto corriendo por los corredores, te parece que es un laberinto, te aseguras de que deseas llegar por el camino por el que llegaste, ¿las luces? ¿Había puertas? ¿Viste el color? ¿Alguna señal distintiva? ¿Más pasillos? Sientes el apremio de encontrar ese recoveco esa puerta o portón, esa señal que te haga reconocer el lugar donde estuviste antes. Deseas salir con una necesidad imperiosa, respiras con prisa, el aire no te basta, ¿no te sientes que te asfixias? ¿No sientes esa gran opresión en el pecho? ¿Así serán los infartos? ¿No te sientes con deseos de más aire? ¿No sientes desesperación en ese buscar una ventana una rendija una salida?

Relájate, te dice el portero de guardia, crees que es el de guardia, estás convencido de ello, te sorprende verlo. ¿Dónde quedó la mujer? ¿Dónde están los amigos de ella? ¿Dónde está el salón en donde estaban todos? ¿Y la fiesta? ¿Porque era una fiesta, verdad? ¿En qué se convirtió? ¿Alguien iba a sacrificar a alguien? ¿Viste los cuchillos? Eran de acero… eran de acero…

El portero continúa hablando y crees que no le entiendes. Algo pasa en tu cabeza…

“Estamos programados para recibirte”, eso dijo, ¿verdad?

You can checkout any time you like,
But you can never leave!

Tú podrás hacer tu salida de este hotel, el momento que tú gustes, pero jamás podrás salir
vivo
de allí…

Será el infierno, será la decadencia descrita, será el vivir a toda velocidad en el carril rápido de otro modo, como si hubiera miles de rutas que conducen al infierno los cuales muchos otros seguirán y jamás se darán cuenta. Te habrás encontrado inesperado y sin invitación en medio de un sacrificio a la Bestia, al Demonio, y de pronto te darás cuenta de tu propia mortalidad envuelto en un duelo de guitarras que no cambian, que son inmutables, pero el acomodo de las notas, el acomodo de los sonidos de una batería que acompaña este extraño e hiperatractivo ballet musical lleno de agresividad suave, como si pudieras resistirte, un duelo eterno entrelazado como infernal molécula de ADN auditiva escaleril en crescendo y dividiéndose a voluntad, creyendo que no pudieras jamás que esto pudiera existir, que una vez que lo conociste, jamás lo pudiste olvidar, la batería sube con ellos, no se arredra, les marca el paso, los conduce a donde quiere, las guitarras duran una eternidad con sonido, sin olvido, con destino, que las pudiste haber escuchado una y otra vez, y cuando las dejas de escuchar es que ellas mismas te permitieron esa liberación en el que la vida se convierte como una sesión de ocurrencias entre esa canción y ella misma, como pocas lo hacen, muy pocas, la verdad.

Definición de la música misma salida del radio, que como alguien ya años anónimo dijo, aunque la tengas mil veces presente en el formato posible: LP, 8-Track, Cassette, CD, MP3 o 4, en el que sea, que como maldición que cruce por los tiempos en el formato que esté por inventarse, AM, FM, XM, detendrás tu proceso neuronal cuando aparezca desde el éter hacia tus bocinas cuando viajes por tu propio desierto en la noche, con colitas oleando hacia el viento cuando Don Felder, Glen Frey, Don Henley, Joe Walsh. Randye Meisner y Bernie Leadon estén juntos en su propia ceremonia recordándote la creación de los barrotes de tu voluntaria cárcel acústica-auditiva…

Tú eres prisionero, acomódate como quieras, de ese duelo de guitarras con la batería de testigo del Hotel California que te sonará siempre, siempre, tan fresco como la ocasión que lo escuchaste con tus amigos en aquél estacionamiento a partir de las doce de la noche en que cambiaste de tus diecinueve hacia tus veinte años, pensando, con esperanza, que ojala jamás pudieras olvidar a las Águilas tocando ese Hotel California, y que cuando cumplas los últimos años de tus finales de tu vida, ni querrás esconderte, ni querrás salirte de tu destino marcado, y no lo harás porque tú podrás registrar tu salida, pero jamás podrás
salir
vivo
de aquí…


…porque la Bestia tiene hambre.






NOTA:
Si alcanzaste a terminar toda la nota anterior y si es que fue de tu agrado,
podrías seguirle con los LINKS INTERESANTES que están al lado IZQUIERDO de aquí para…

1. leer algunos distintos artículos míos en el blog de LaPalabra.
2. o leer mis cuentos…
3. o lo que escribí en el blog de Crónicas de Nuestras Guerras Secretas para completar la segunda parte de dicho libro…
4. o bien me podrías pedir a mi correo el mencionado libro de Nuestras Guerras Secretas completo en PDF…
luisgmetaconexiones@gmail.com
5. o leer mi novela de Technotitlan: Año Cero que está en los links de aquí a ladito a la izquierda… que está por el momento son dos partes y estoy por poner la tercera y después la cuarta…
6. y agregaré más cuentos en blog de cuentos y agregaré mi otra novela de Sangre de Neón en otro blog más…

Ah, y si estás en revista o periódico y quisieras incluir un artículo de estos ahí en tu medio, ¿porqué no me escribes? Me encantaría colaborar en tu medio ya sea impreso o en el ciberespacio.

Luis García