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sábado, junio 30, 2012

Escalera al Cielo. Rock and Roll Litúrgico




There’s a lady who’s sure all that glitters is gold/ And she’s buying a stairway to heaven.
Es difícil saber que una canción será inmortal cuando la escuchas por vez primera: pueden ser canciones sencillas que tengan un gran riff en la guitarra o una gran voz o un gran ritmo, pero lo qué sí sabes es que muchas no serán himnos.
Himnos son las canciones que cambian la sensibilidad en nuestras mentes, canciones comoSmoke on The Water con Deep Purple, Hey Jude, Beatles, Sympathy with the Devil, Rolling Stones, Rapsodia Bohemia, Queen, Inside Lookin Out, Grand Funk Railroad, More Than a Feeling, Boston, Free Bird, con Lynyrd SkynyrdHotel California, Eagles, entre otras pocas, muy pocas.
Canciones que las escuchas de inmediato y que pasados los años recuerdas que las distinguiste de entre la multitud y pensaste: “hey, ¿qué pasa aquí?, ¡esta no suena como todas!”, que percibes que es de una magia tremenda, que suena a sagrada, que taladra los sentidos, que entrega algo que es vagamente identificable tanto como para acordarte de la primera vez que las escuchaste.
Rock and roll: Música brusca, exploratoria, que enardece las sangres, que busca rumbo, destino, en la que los sonidos agudos dominantes descienden de un aparato que amplifica rasgueos eléctricos y tambores y que de alguna extraña manera aún hoy vuelve locos a millones de adolescentes y también a muchos adultos que alguna vez lo fueron.
Eso es rock and roll.
1975 fue el primer año en que escuché en serio música rock en radio (¿dónde más?) y sucedía que mis amigos y yo nos sorprendíamos de vez en cuando al oír una canción muy especial que sonaba cada tanto en una de las tres estaciones que tocaban música moderna en inglés en Monterrey en ese momento: las ahora legendarias RGRadio Kono y la 99.
Y ésta era una canción de 8 minutos de duración que se llamaba Escalera al Cielo, Stairway to Heaven. Y no sólo sorprendía por su inusual duración, recordemos que era radio limitada a canciones de 3 minutos después de todo, sino por algo que tenía dentro, algo que (aún) tratamos de asir, pero que no lográbamos saber que era. Y que queríamos asirlo. Siempre.
Así sucedió. Me enfocaré a describir lo que todo rocker decente sabe (o supo):
Escalera al Cielo empieza con la guitarra acústica suave de Jimmy Page que es acompañada por una flauta sencilla que suena a música renacentista, tipo sinfonía pastoral o música isabelina. De pronto Robert Plant con voz clara, potente aunque contenida, comienza a cantar de manera melódica y de forma tranquila sus primeras frases hasta que el ritmo cambia al minuto 2 con 15 segundos.
El bajo de John Paul Jones entra en ese instante, recio, marca la cadencia, ya están entonces juntos Page, Plant, Jones. La canción se hace más densa.
Plant reflexiona, piensa, tal vez, que los demás lo ven, que él es el dueño, el ringmaster.
Al minuto 4 con 18 entra con su batería John Bonham con poderío, sin timidez. Zeppelin está en pleno. Zeppelin está armado, toda su energía aguardando, y sigue contando la saga de una mujer que piensa que todo lo que brilla es oro.
Las fanfarrias de Page, a los 5 con 35, dos veces, presagian la tempestad, su guitarra propulsora es ahora la que somete, Plant calla mientras Page cambia de mango en esa su única guitarra con dos hecha especialmente bajo pedido. Page hace todo lo que quiera, rompe, truena, éste improvisa, deriva, va a donde quiere, su guitarra se le desboca pero la vuelve a dominar, es su nave, su barco, su gran dirigible, su guitarra es virtuosa, explorando el mismo espacio, el interior y exterior, el suyo y el nuestro, haciendo a nuestras almas su tela por donde puede pintar a capricho lo que quiera, lo que se le antoje.
Plant vuelve con toda la energía desatada, emite aforismos mientras todo se destroza alrededor. Bonham golpea inclemente, Jones no se escucha pero sin él es posible que todo se escuchara vacío, sin rumbo.
Así todo se detiene, y de las cenizas Plant acaba en un corto epílogo al mismo estilo de la suave introducción.
Pero nada escrito puede describir la emoción de Escalera al Cielo en nuestras mentes y almas y en nuestra idea de que es lo más ritual que hemos escuchado en lo que a rock and roll se refiere.
Esto es lo que percibíamos con algo parecido a arrobo religioso en esos años. Después algunos nuevos convocados sabríamos que el grupo era Led Zeppelin, que eran ídolos casi veteranos del rock, que eran fabulosos y que eran muy muy pesados.
(And if you listen very hard/ The tune will come to you at last/ When all is one and one is all)
Y en los días en que no teníamos más que radio, una simple radio AM/FM con a duras penas toca-cassette esperando la hora en la noche en la que el programador nos obsequiaría con tan bella pieza. Y la oíamos una vez más. Y más tarde, a esperarla para escucharla de nuevo, como en una cinta Moëbius sin fin.
Pero es Escalera al Cielo, nuestra canción litúrgica, la canción que nos daba a sentir que el que nos gustara el rock and roll era lo correcto, que intuíamos que estábamos ante una canción más allá, mucho más allá, de las canciones normales de este mundo anormal. Incluso aceptar que después de escucharla, ya no podrías admitir otras canciones que no  tuvieran un grado de sensibilidad en ciertas alturas.
Después de los años pude descubrir que era yo mismo el que encontró y se hizo con la canción y que tal vez a los demás no les impactó igual, pero que debo reconocer que el sentido del rock tuvo otra vuelta de tuerca más, cómo cuando conocimos a los Beatles o a los Rolling o a Queen o a Pink Floyd, o a Kiss, una emoción de que no, no cambiaríamos en lo que restara de nuestras vidas a otra música, jamás.
(To be a rock and not to roll)
Pensar que cada vez que escuchamos Escalera al cielo es como si fuera la vez primera, y sorprendernos de sentir cómo al redescubrirla, en cierto sentido, nos redescubrimos a nosotros mismos.
And she’s buying a stairway to heaven.






Para que veas que onda con tu próximo accidente




Acabo de ver una tabla en donde se ven las cifras tomadas del INEGI y del ITDP (Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo) actualizadas hasta el año 2010 en la que se observa una relación de costos por accidentes automovilísticos en entidades seleccionadas.
De estas tablas se puede sacar información, pero uno no es estadístico o ingeniero en transporte o en diseño urbano o especialista de esos que propusieron o que felizmente gastaron en el SINTRAM (120 millones de los de 1999)  para que sólo dijeran en ciertas épocas sus pantallas electrónicas: “MANEJE CON PRECAUCION CUANDO ESTÉ LLOVIENDO” o algo así (y para que fueran rebasados y no actualizados y los semáforos sigan siendo operados manualmente).
Por otra parte fue Mark Twain quien dijo una vez que hay tres tipos de falsedades: “las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas”. Y esta tabla de conteo de accidentes es eso, una estadística.
Pero vamos más allá, según una definición ampliamente aceptada, la estadística es
“una ciencia formal que estudia la recolección, análisis e interpretación de datos, ya sea para ayudar en la toma de decisiones o para explicar condiciones regulares o irregulares de algún fenómeno o estudio aplicado…  Sin embargo, estadística es más que eso, en otras palabras es el vehículo que permite llevar a cabo el proceso relacionado con la investigación científica…”
Wikipedia dixit.
En realidad esta tabla de la relación de costos son sólo columnas que hablan de lo mismo para cada estado.
Sé que mis procesos de inferencia pueden ser abismales o poco imaginativos o demasiado imaginativos o aventurados o hasta mal encuadrados, pero mal intencionados, no, para nada.
Para que no haya dudas asumamos lo básico:
Que hay 5 columnas a nuestra atención, que tienen los siguientes rubros, a saber:
  1. Estado,
  2. número de accidentes,
  3. muertos,
  4. heridos
  5. y un concepto que se me hizo medio difuso llamado “Costo total (en miles de millones de pesos)” y que me pareció fuera de proporción cuando lo dividimos entre el número de accidentes.
Y hay 6 estados en la muestra, a saber:
  1. Nuevo León,
  2. Jalisco,
  3. Chihuahua,
  4. Estado de México,
  5. Baja California,
  6. Distrito Federal.
Entonces, por favor lean bien las cantidades en la tabla, yo la metí a un “excelazo” e hice unas divisiones por aquí y por allá para saber lo siguiente:
Sabiendo que la tabla refleja un año (el 2010),  me permití obtener los siguientes datos más de los anteriores datos, a saber:
  1. La cantidad de accidentes por día en cada entidad.
  2. La cantidad de muertos por día en cada entidad debido a los accidentes.
  3. El número de muertos por día, que aunque esté fraccionado, me da una idea de cuantos días pasan en promedio para que se dé un muerto (“.5” me da un muerto cada dos días, por decir).
  4. El número de muertos por accidente, igual, me da una fracción (“.15”, me daría un muerto cada 6 o 7 heridos).
  5. El número de accidentes por cada muerto, es decir cuántos accidentes se tienen que dar para que haya un difunto.
  6. Similar el caso de los heridos, heridos por día y heridos por accidente.
  7. Luego, heridos contra muertos, es decir, cuántos muertos hay por número de heridos, pudiendo suponer que los accidentes no fueron tan duros como para matar a los que iban en el coche.
En fin, lo que sigue es lo que salió de un análisis somero que CUALQUIER PERSONA PUEDE HACER con la tablita incluida en la figura.
  1. En número de accidentes por año Nueve León tiene tres veces más que el Estado de México y cinco veces más que el D.F.
  2. Jalisco tiene el doble en accidentes vehiculares que el Estado de México, pero considerando el número de muertos el Estado de México es tres veces más mortal.
  3. En el D.F. es cuatro veces más probable que en Jalisco que quedes herido en un accidente.
  4. En el Estado de México es más probable que choques y mueras.
  5. En Nuevo León es más probable que choques, punto. Cinco veces más accidentes que el D.F. con la mitad de población, diez veces más accidentes, en proporción. (Es el dato más impactante de todos, creo).
  6. Pero eso sí, si te toca chocar en el D.F. tienes más oportunidad, seis veces más, de morirte que en Monterrey.
  7. Finalmente en el Estado de México hay 5 muertos por cada uno de Nuevo León, con la tercera parte de los accidentes.
Conclusiones superficiales:
  1. Chocar en el Estado de México es de lo más mortal:
  2. En Nuevo León hay un muerto por cada 260 accidentes.
  3. En el Estado de México hay un muerto por cada 16.
  4. Se muere menos gente por accidente en Monterrey.
  5. En el Estado de México hay 6 heridos por cada muerto, contra los 58 heridos por cada muerto en Nuevo León; quizá porque los accidentes son de más impacto, o quizá porque se hace menos uso de cinturón de seguridad, o se viaja a más velocidad de lo permitido.
  6. Chocan más en Nuevo León: a diario hay un promedio de 207 accidentes, ¿más negocio para las aseguradoras y las clínicas?
  7. Los hospitales atienden más gente en Nuevo León, lo doble que en Jalisco, con las dos terceras partes de población.
  8. En Nuevo León hay 58 heridos por cada muerto, quizá porque son más choques “de alcance”, menos velocidad, más saturación de autos en las calles. (En diez años el “parque vehicular”, cómo le llaman, ha crecido en Nuevo León en un 70% sin que el número de calles haya crecido en la misma proporción.)
Faltan factores como cantidad de autos por persona, por población, horas de accidente, factores climatológicos, tipo de pavimento, tipo de tránsito, tipo de calles.
Pero estas cifras no llamarán la atención de nadie, ni se hará nada y la gente seguirá muriendo y chocando en las mismas proporciones o similares, las agencias de seguros tampoco tendrán una visión global de nada de esto como para exigir algo a las autoridades correspondientes, ni los municipios verán qué pueden hacer antes de que las calles de las ciudades colapsen como es muy posible que suceda en la ciudad de Monterrey y en la de México, con la cantidad de autos que siguen entrando a su torrente vial cada año.
Sólo nos queda la idea de que hay que cuidarse, que no hay de otra, y seguir manejando todos a la defensiva, hasta que, como bien dice Woody Allen, no quedará más que sacar el carro a la calle sólo para retroceder unos centímetros.
Y con todo, sé de personas que después de que uno les muestre esta tabla, sólo dirán:
“pos sí, lo que pasa es que hay muchos choques, primo…”. 

Comics, Cine y Los Vengadores




Hace 19 años compré una taza con un Thor en ella. La usé en todos los trabajos en los que estuve de planta y que hubiera cafetera. Todos se quedaban viendo con curiosidad que tuviera la imagen de un superhéroe de comic. Dudo que supieran con exactitud quien era. Nunca me entendieron el porqué. Hasta hoy.
Con el tema de la hiper-exitosa película de Los Vengadores me pone a reflexionar en varios puntos.
Asumo que toda la gente que ve Los Vengadores sabe que proviene del mundo de los comics. El que esté siendo de mucho éxito, ¿hará que más gente lea comics? ¿Qué los acepte en su vida cotidiana como opción de lectura o de consumo? ¿Logrará que se abran más tiendas? ¿Que haya más títulos a disposición del público? ¿Qué sus escritores y dibujantes sean mejor valorados?
El comic es el medio a través del cual un escritor transmite una idea a un dibujante o al revés, un dibujante a un escritor, para que se plasme en hojas una historia combinando dibujos con texto de manera ingeniosa y de ese modo transmitir a un lector un estado de ánimo, emoción, con sentimiento y todo, tal y como la literatura y el cine lo hacen de manera continua desde su formación.
Pero leer comics siempre ha traído consigo un estigma. Siempre se ha dicho que es de niños, que es de adolescentes, se percibe calladamente que hay un sesgo de inmadurez al respecto, el conocer y saber de comics.
Básicamente leer comics es costumbre de gente que acepta creer que hay vida entre los dibujos. Que hay milagros en esa franja blanca que suele dividir un cuadrito de otro.
En la que grandes hazañas aparecen sencillas sólo por la gracia que un escritor y un dibujante se atrevieron a imaginar para resolver una dificultad de argumento.
Bueno, no es está este artículo para hablar de la taxonomía del comic de manera puntual y exhaustiva, sólo valga decir que en este medio abundan también historias sobre personajes perfectamente humanos sin ningún asomo de esos rasgos mencionados fuera de lo normal.  Sí como sucede en la vida real con la que nos enfrentamos diariamente, en la que “nunca pasa nada”, pero en la que ocurre todo.
Literatura de la imagen que sólo sirve para escapar de lo cotidiano es un tema que está sujeto a matices o a discusión, que por el momento sólo aceptemos que existe y que en los últimos años ha sido fuente de mucho entretenimiento popular en tal medida que se puede afirmar que ha dado muy buenos resultados para sus productores en forma de ese ansiado objeto de medida que es el dinero.
Resumen rápido:
Declaremos que al principio en los 30s y 40s existió DC Comics y Marvel bajo otros nombres. Que con el tiempo DC Comics se convirtió en la casa de Superman y Batman, mientras que Marvel en la casa de Spiderman y de los 4 Fantásticos, ambas entre muchos otros más títulos.
Declaremos que lo que no sabía mucha gente, ni ellos mismos, en aquellos años de 1963 (conocida como la Edad de Plata del comic) y siguientes era que de sus manos, como una vez dijo Steve Ditko (creador del aspecto del Hombre Araña) en un documental, saldrían eventualmente millones de dólares, por decir 600 para ser exactos en una prodigiosa primera semana de mayo de 2012 en la que se estrenó en todo el universo conocido, The Avengers.
Declaremos que 600 millones de dólares son casi 8,000 millones de pesos, más que lo que valen muchas empresas en este y en ese y en todos los demás países que se te ocurran alternativos, olvidados, reales o por existir.
Declaremos que nunca supe con claridad, ¿de qué se vengan Los Vengadores? ¿A quién vengan? ¿Por qué lo hacen? ¿Quién les dio esa misión? ¿De qué tamaño es la afrenta, el agravio?
Declaremos que… basta.
Pasar de comic a película no es cosa fácil, ya lo mencioné, para el comic se necesitan sólo dos personas básicamente, la que da el argumento y la que dibuja. Para una película, mas de 8 minutos de créditos.
La maravilla de esos 600 millones de dólares en una semana te obliga a pensar que fueron dos personas las que lo iniciaron, y que probablemente sólo una gana de todo ello (o sea, Stan Lee, la familia de Jack Kirby para nada).
La maravilla estriba que esas personas en Marvel se atrevieron a tomar a la real Nueva York como la base de la existencia de sus historias. No Ciudad Gótica, no Metrópolis.
(Aunque se dice que Nueva York es la base de ambas, sólo que Metropolis es NY de día y Ciudad Gótica es NY de noche).
La maravilla  reside en que en Marvel se inventaron los clichés de los héroes en situaciones normales (Los 4 Fantásticos) hasta patéticas (Spider Man con Peter Parker ser un fotógrafo con necesidades de dinero).
La maravilla reside en entender que mucho del sabor de todo esto viene de lo normal en esas páginas: como el encuentro de dos superhéroes por primera vez en el que se pelean en cuanto se ven y luego se hacen amigos, o el posterior entendimiento respecto a que estos héroes se tienen que aliar para enfrentar a un enemigo común que los pudiera derrotar uno por uno.
La maravilla reside en que aún y que este cliché perdura, ese y otros más, la gente va al cine y se maravilla con ellos porque muchos sí aceptan al cine, pero no hubieran tenido la paciencia de leer un comic o serie de comics con lo mismo.
La maravilla de entender que lo que la gente ve en el cine, fotograma por fotograma, movimiento por movimiento, secuencia tras secuencia durante dos horas que se tardan en producir 2 años, los aficionados las han visto incontables veces a través de sus vidas en una historia que está contada de manera diferente en menos de 20 o 40 páginas ilustradas profusamente, y que se tardaron en hacer, ¿cuánto? ¿Dos meses? ¿Tres?
La maravilla de entender que Los Vengadores que acaba de ver la gente, nosotros, los aficionados al comic, lo hemos visto así todos los años, humor y frases ocurrentes incluidas.
La maravilla de percibir que al menos mi taza de Thor después de 19 años de usarla en mis 4-5 oficinas-trabajos en los que he estado y que por fin dio de sí, se agrietó, al final ya todo mundo la entendió.
Ya para qué, ¿verdad?


jueves, junio 21, 2012

De Letras y Otras Bestias 0.4

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Esperemos que no se les haga difícil decodificar lo siguiente.

¿Por qué pongo lo de La Nube, México? Porque es la próxima ola que nos afectará a todos. 

Dentro de pocos años ya no habrá discos duros o memorias flash o DVD's. Todo estará en La Nube. Tus aplicaciones, archivos, imágenes, documentos, todo estará en La Nube. O quizá más bien podría estar en La Nube. Algunos nos rebelaremos y seremos paranoicos, y seguiremos guardando cosas en nuestros DVD's.

Pero la rebelión está perdida. Un día los DVD's no serán reconocidos en su función como hoy son los diskettes flexibles de 8 pulgadas. Sí, los de 8 pulgadas.

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La Nube es una metáfora. No sabes como está, pero está arriba, se ve, tiene sustancia, tiene contraste, pero parece transparente, tiene mil formas, es vapor de agua, si te acercas se te dispersará entre los dedos. Ya no más superautopistas de la información, ya no más ciberespacio. Ya no más La Red. Ahora será La Nube.



La Nube,  parafraseando a Shakespeare, ese país desconocido.


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Por otro lado…

Habrá lectores, espero, de todas partes. Desde que este boletín es transmitido por Internet no puede ser local o regional en su alcance. Tengo que resolver algo de este tema de las regiones, todo hará click en su momento. Y sé que hay cosas más importantes por ahí: El crack de Grecia, por decir algo. O el préstamo de España. El concierto de Bieber en el Zócalo. Los debates. Las elecciones. El #Yosoy132. El estreno de Prometheo.

Pero no hay tiempo para analizar los caminos más seguros para hacer las cosas.

Sigamos, pues.

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Tú como escritor, ¿tienes algo interesante, algo así cómo un blog?

No dudes, comunícate con nosotros y aquí nos encargamos de poner a tu disposición  algún enlace hacia tu blog o hacia alguna lectura tuya o alguna columna o mención desde esta página, para que la gente la vea y quizá desee saber más de ti.

¡Tómalo en cuenta!


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Ya no son los mismos tiempos, entendámoslo. Las editoriales sólo están apostando por los grandes, los demás somos relleno. Por más calidad que tengamos, somos relleno, bulto, adorno de librerías, y no tendremos éxito (si es que lo merecemos) hasta que se conjuguen la suerte, la oportunidad, además de, obvio, la calidad y esa capacidad de asombrar  de la que tanto se habla. Como ejemplo, ve este video español bastante ilustrativo…

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Ya contamos en el boletín anterior que murió Ray Bradbury y ahora nos preguntamos quién podría suceder a esos escritores que cómo él de alguna manera formaban parte de la misma escena frontal de la Ciencia Ficción. 

Así, tenemos  a varios escritores actuales que  poco a poco se me vienen a la cabeza  tal como Neal Stephenson, el ya neoclásico William Gibson y sobre todo el muy joven Cory Doctorow (en español) (y el de él mismo en inglés). 

Veremos hacia donde irán sus sugerencias escritas sobre cómo será el futuro próximo del que tendremos que cuidarnos.

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Como he comentado antes, este boletín es un intento de mostrar a la gente, en este mundo tan caótico y disperso con más de 500 millones de canales posibles de visión y de captación de atención, un vislumbre de temas, imágenes, en los que vale la pena pensar y dejarse asombrar por ellos.

Unas de ellas son las imágenes que nos muestran algunas de las creaciones de Guy Laramee que nos dejan una suave sensación de irrealidad.


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Internet desde el principio ha sido un repositorio silencioso lleno de esas imágenes impresionantes, es como una gran ventana al hiperespacio, sea lo que esto sea, en la que de manera desordenada nos dejamos bombardear por esas imágenes y pareciera que nos hacemos adictos: queremos una, queremos otra, y una más allá. 

Y al final de mirar “por sólo un ratito” nos damos cuenta de que ya es jueves y que el final de la civilización ocurrió desde el martes. Así piensa uno, que no volverá a caer en "picarse" viendo imágenes, impresionantes o no. Hasta que uno se topa con las imágenes del trabajo de Guy Laramee.

Sus sinuosidades, las caídas de sus precipicios, sus paisajes de ensueño que mueven a evocar seres pequeños, quizá humanos, quizá cabras montesas, quizá animales mitológicos, perdidos por siempre, vagando en esos valles  hechos de hojas de conocimiento de todos los siglos.



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Por otra parte la nueva revista de Sin Embargo de junio 9 trae una nota de Irma Gallo dedicada a la novela erótica en la que pondera su momento. En este artículo hay una entrevista a Almudena Grandes, autora de Las Edades de Lulú, que es una novela que causó un impacto bien merecido. 

También aparecen David Miklos con La Casa en Llamas, Ana Clavel y las violetas, además de Jorge Alberto Gudiño y el Incesto y para finalizar, Alberto Ruy Sánchez y sus consabidos Los Jardines de Mogador.






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Pues

 It was twenty years ago today,
Sgt. Pepper taught the band to play  
They've been going in and out of style
But they're guaranteed to raise a smile.   
So may I introduce to you
The act you've known for all these years,
Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band.

El tiempo pasa rápido y aún recuerdo el 20 aniversario del disco de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band en 1987, ahora se cumplen los 45 años de la salida al mundo de este disco que muchos ponen como el primero de la lista de los discos más importantes o relevantes en la historia del Rock and Roll o hasta de la música en sí. Analizar el disco llevaría hojas y hojas y ya se han escrito libros y libros. 

Nuestra manera de celebrar es a través de lo siguiente:

Aquí está la celebración del 45 aniversario del disco del Sgt. Pepper y este otro enfoque, en un blog perteneciente a un blogger llamado Alberto Granados en español.

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Esperemos que se la hayan pasado bien. Volveremos pronto con más diversión.


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Así las cosas, las bestias se retiran hasta el próximo boletín, pasen un lindo día y no se olviden al salir de pasar por la tienda de recuerdos y souvenires

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Manden un correo si desean que se les añada a este boletín para cuando salga, ¡serán bienvenidos!


jueves, junio 07, 2012

20 años sin Asimov



Fue uno de los autores que yo empecé a seguir desde mi adolescencia allá por los 70’s. Lo descubrí en casa de Jaime, su papá tenía decenas de cosas de Asimov, sobre todo de su ciencia ficción, porque luego descubrí que escribía muchísimo ensayo.

Su estilo siempre fue directo, él decía que no tenía que leer a Proust o a Joyce, que él no era estilista del lenguaje. Que a él le interesaban los hechos, causas, efectos, final a veces sorpresivo, a veces dramático, nunca decepcionante.

Era un escritor totalmente objetivo, lógico, estructurado. Sus historias eran como él, organizado, metódico.

Nació ruso en ese pequeño lapso de cuando San Petersburgo se llamaba Petrogrado allá por 1920. Poco después, en 1923, llegó a Estados Unidos, sus papás pusieron una dulcería en Nueva York y de ella vivió su familia. Aprendió a leer muy rápido, fue a la escuela, se destacó y su interés por la ciencia ficción de entonces fue todo para él y no tardó en él mismo querer crear sus historias, cosa que empezó a hacer ya en forma a sus 19 años.

Isaac Asimov se acababa de enterar por entonces que ahí mismo en Nueva York había gente interesada en la ciencia ficción. Y lo más maravilloso fue descubrir que había personas interesadas en SU propia ciencia ficción.

Entre sus cuentos están Navidad en GanimedesFraile Negro de la Llama (extrañísimo nombre que más bien se lo puso su editor), Varados frente a Vesta, Compre Júpiter, Asnos Estúpidos, Cae la Noche, y mi favorito, La Última Pregunta. Todos contando con lo último de ciencia. Interesantes, entretenidos, recordables, trascendentes.



En lo que respecta a ciencia él decía sencillamente que el saber científico lo obtenía de leer la revista Scientific American, y ya, era todo lo que necesitaba. Tan suficiente fue que eso le valió muchísimo a la hora de dar conferencias de las que él contaba que le decían del tema del que iba a hablar al instante mismo de subir al podio, una capacidad envidiable.

En los años 40’s escribió los relatos que serían la base para sus novelas de Fundación, leídas por mí en los 70’s, otra revelación maravillosa. Toda una saga (la palabra todavía no existía en sí para el mundo latino) en la que fuimos testigos de cómo Hari Seldon el creador de la Psicohistoria (una ciencia similar a la prospectiva grado mil), fue construyendo por necesidad una entidad llamada la Fundación en la que preservaría los logros culturales de la galaxia entera, ayudando a evitar los mil años de caos que según él como psicohistoriador que era, preveía que sucederían ya que le era claro que el Imperio Galáctico estaba dando claras señales de entrar en una decadencia total (tal y como había sucedido en el Imperio Romano antes de entrar en la oscuras edades medias).

Después de Fundación vino Fundación e Imperio y finalmente Segunda Fundación.  (En los 80’s empezaría a unir esas historias con las de los Robots y la Tierra).

Tan lleno de detalles está la vida de Asimov que por poco dejo fuera el tema este de los robots, que aún y que ya eran conocidos en la literatura y en el mismo cine con la película de Metropolis de Fritz Lang, el doctor Asimov se podría afirmar que le puso orden y sentido y hasta llegó, a pura fuerza de lógica, a definir las Tres Leyes de la Robótica, leyes que aún siguen siendo válidas y estudiadas como si fueran la base real para construir lo que él soñó, un mundo en el que los robots existirían para hacer los trabajos repetitivos del ser humano y aún más allá, verlos como compañeros mismos de su existencia.

Identidad y conciencia de un mero aparato, definido en el título de su colección de historias de robots:Yo, Robot.

Además de sus cuentos y sus novelas, allá por 1955, Asimov empezó a escribir no ficción como una manera de expresarse sobre la especialidad por la que se decidió, bioquímica. De manera casi informal fue como se inició al escribir sobre temas de ciencia y comenzó a publicar columnas mensuales en la revista en la que se publicaba su ciencia ficción, Astounding Science Fiction. Su primer artículo o ensayo tuvo por nombre “La Hemoglobina y el Universo”.

Una cosa llevó a la otra y empezó a escribir ya no sólo ensayos, sino libros de textos. Mientras una novela le llevaba 9 meses en terminar, un libro de texto le podía llevar sólo 6 semanas.



Creo que si hubiera una imagen en el diccionario en el término “prolífico”, ahí bien vendría la foto del doctor Asimov. Eso lo indica el número de libros escritos o en los que él intervino de manera activa, en muchos campos y que llegaron a ser 468 libros registrados.

Para él la vida era teclear o escribir o lo que sea que fuera el proceso de estar volcando su cerebro e ideas en hojas de papel o en hojas de procesador de palabras, día tras día, sin detenerse, sin necesidad de hacer rituales ni nada especial, sólo escribir, escribir y ya.

En su autobiografía afirma que si los doctores le hubieran dicho que qué haría si le quedaban sólo seis meses de vida, él hubiera contestado sin dudar: “Teclear más rápido”.

Isaac Asimov murió sin ver los avances actuales, pero de alguna manera u otra percibió que la ciencia era capaz de llegar a mucho de la mano del hombre, ya que la veía como “un mecanismo que trata de mejorar tu conocimiento de la naturaleza, es un sistema que prueba tus pensamientos contra el universo y ve si ellos coinciden”.

A mí en particular del buen doctor Isaac Asimov me hace falta releer algunos cuentos memorables, recordar cada una de las Fundaciones, releer fascinado La Ultima Pregunta, o releer cada tanto el ensayo sobre la Fuerza Irresistible puesto enfrente de la Masa Inamovible o sólo recordar el delicioso nombre del cuento de Estoy en Puerto Marte sin Hilda.

Esos, todos esos, son algunos de los placeres que tendré mientras viva, estoy seguro.