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martes, septiembre 13, 2016

El Capítulo Correcto para los Autopublicados o cómo cuidar tu dinero de vividores editoriales




El capítulo que sigue es el 39 de El Péndulo de Foucault de Umberto Eco.

Tiene que ver con Autores Autofinanciados o Autopublicados. Lo leí hace muchos años y hasta ahorita lo acabo de releer, vale la pena reproducirlo aquí para tenerlo de referencia en caso de que llegue una editorial muy amable que venga con nosotros a bajarnos las perlas de la virgen, los anillos de Saturno o mejor aún, los nueve anillos de los Espectros de Saurón.

El tema es que esto es divertido y trágico.

Siempre hay que tener cuidado. Aquí es material de estudio, de difusión, de algo que sólo sucede en Milán, en alguna librería de lujo.

Pero también puede suceder en la editorial de la esquina, en tu misma ciudad...


Tomado sin permiso y con propósitos puramente educacionales.



39

 

 

 Caballero de los Planisferios, Príncipe del Zodíaco, Sublime Filósofo Hermético, Supremo Comendador de los Astros, Sublime Pontífice de Isis, Príncipe de la Colina Sagrada, Filósofo de Samotracia, Titán del Cáucaso, Doncel de la Lira de Oro, Caballero del Auténtico Fénix, Caballero de la Esfinge, Sublime Sabio del Laberinto, Príncipe Brahmán, Místico Guardián del Santuario, Arquitecto de la Torre Misteriosa, Sublime Príncipe de la Cortina Sagrada, Intérprete de los Jeroglíficos, Doctor Orfico, Guardián de los Tres Fuegos, Custodio del Nombre Incomunicable, Sublime Edipo de los Grandes Secretos, Pastor Amado del Oasis de los Misterios, Doctor del Fuego Sagrado, Caballero del Angulo Luminoso.
(Grados del Rito Antiguo y Primitivo de Memphis-Misraim)
 Manuzio era una editorial para AAF.
Un AAF, en la jerga de Manuzio, era, pero ¿por qué empleo el imperfecto? Los AAF aún existen, allí todo prosigue como si nada hubiera sucedido. Soy yo quien lo proyecto todo hacia un pasado terriblemente remoto, porque lo que sucedió la otra noche fue como un desgarrón en el tiempo, en la nave de Saint-Martin-des-Champs se trastoco el orden de los siglos… o será porque quizá la otra noche envejecí de repente, o porque el miedo a que Ellos me encuentren me hace hablar como si estuviese narrando la crónica de un imperio en ruinas, tendido en el balneum, las venas ya abiertas, esperando a ahogarme en mi propia sangre…
Un AAF es un Autor Autofinanciado, y Manuzio es una de esas empresas que en los países anglosajones se denominan «vanity press». Facturación fabulosa, gastos de gestión nulos. Garamond, la señora Grazia, el contable llamado director administrativo en el cuchitril del fondo, y Luciano, el mutilado que se encargaba de enviar los pedidos, en el gran almacén del subsuelo.
—Jamás he podido comprender cómo Luciano logra empaquetar los libros con un solo brazo —me había dicho Belbo—, creo que se ayuda con los dientes. Por lo demás, no es que tenga mucho que empaquetar: sus homólogos de las editoriales normales envían libros a los libreros, mientras que él sólo los envía a los autores. Manuzio no se interesa por los lectores… Lo importante, dice el señor Garamond, es que no nos traicionen los autores, sin lectores se puede sobrevivir.
Belbo admiraba al señor Garamond. Lo veía lleno de un vigor que a él le había sido negado.
El sistema Manuzio era muy sencillo. Pocos anuncios en periódicos locales, en revistas profesionales, en publicaciones literarias de provincias, sobre todo en las que duran pocos números. Espacios publicitarios de tamaño mediano, con foto del autor y pocas líneas incisivas: «una de las voces más altas de nuestra poesía», o «la nueva experiencia narrativa del autor de Su único hermano».
—Con eso ya está tendida la red —explicaba Belbo—, y los AAF caen a racimos, suponiendo que en una red se caiga a racimos, pero la metáfora incongruente es típica de los autores de Manuzio: se me ha pegado el vicio, perdone.
—¿Y después qué sucede?
—Tome el caso de De Gubernatis. Dentro de un mes, cuando ya nuestro jubilado se consume en la ansiedad, el señor Garamond le telefonea para invitarle a cenar con algunos escritores. La cita es en un restaurante persa, muy exclusivo, sin letrero en la puerta: se toca un timbre y se dice el nombre en una mirilla. Interior lujoso, luz difusa, música exótica. Garamond estrecha la mano del maitre, tutea a los camareros y devuelve las botellas porque el año no le convence, o dice perdona pero este no es el Dolmeh Sib que se come en Teherán. De Gubernatis es presentado al comisario Fulano, todos los servicios aeroportuarios están bajo su control, pero sobre todo es el inventor, el apóstol del Cosmoranto, el lenguaje para la paz universal, sobre el que se está discutiendo en la Unesco. Después está el profesor Zutano, un narrador nato, premio Petruzzellis della Gattina 1980, pero también una eminencia de la ciencia médica. ¿Cuántos años ha dedicado a la enseñanza, profesor? Eran otras épocas, entonces sí que los estudios eran algo serio. Y aquí tiene a nuestra exquisita poetisa, la dulce Olinda Mezzofanti Sassabetti, la autora de Castos latidos, que sin duda habrá leído.
Belbo me confesó que durante mucho tiempo se había preguntado por qué todos los AAF de sexo femenino firmaban con dos apellidos: Lauretta Solimeni Calcanti, Dora Ardenzi Fiamma, Carolina Pastorelli Cefalu. ¿Por qué las escritoras importantes tienen un solo apellido, salvo Ivy Compton-Burnett, y algunas ni siquiera lo tienen, como Colette, mientras que una AAF tiene que llamarse Olinda Mezzofanti Sassabetti? Porque un escritor auténtico escribe por amor a su obra, no le importa que le conozcan con un seudónimo, como en el caso de Nerval, mientras que un AAF quiere que le reconozcan los vecinos, la gente del barrio, e incluso la del barrio en que vivía antes. Al hombre le basta con su apellido, a la mujer no, porque algunos la conocen de casada y otros sólo la conocieron de soltera. Por eso usa dos apellidos.
—En síntesis, velada rica de experiencias intelectuales. De Gubernatis se sentirá como si hubiera bebido un cóctel de LSD. Escuchará el cotilleo de los comensales, la anécdota picante del gran poeta cuya impotencia está en boca de todos, y que tampoco como poeta vale demasiado, escaparán destellos de sus ojos al contemplar la nueva edición de la Enciclopedia de los Italianos Ilustres que Garamond hará aparecer de repente señalándole una página al comisario (ha visto, estimado amigo, también usted ha entrado en el Panteón, oh, sólo se ha hecho justicia).
Belbo me había mostrado la enciclopedia.
—Hace una hora le solté un sermón: sin embargo, nadie es inocente. La enciclopedia la hacemos exclusivamente Diotallevi y yo. Y le juro que no es para redondear el sueldo. Es una de las cosas más divertidas del mundo, y cada año hay que preparar la nueva edición actualizada. La estructura es más o menos la siguiente: un artículo se refiere a un escritor célebre, otro a un AAF, y el problema consiste en equilibrar bien el orden alfabético y no malgastar espacio con los escritores célebres. Vea, por ejemplo la letra L.
LAMPEDUSA, Giuseppe Tomasi di (1896-1957). Escritor siciliano. Vivió ignorado y sólo alcanzó la celebridad después de muerto por su novela El gatopardo.
LAMPUSTRI, Adeodato (1919-). Escritor, educador, combatiente (medalla de bronce en Africa oriental), pensador, narrador y poeta. Su figura de gigante destaca en la literatura italiana de nuestro siglo. Lampustri se reveló ya en 1959 con el primer volumen de una trilogía de amplio aliento, Cañas y sangre, donde con crudo realismo y alto vuelo poético narra la historia de una familia de pescadores lucanos. A esa obra, ganadora en 1960 del premio Petruzzellis della Gattina, siguieron en los años siguientes Los desahuciados y Un año de soledad, que quizá aún más que la opera prima dan la medida del vigor épico, de la deslumbrante imaginación plástica, del aliento lírico de este artista incomparable. Diligente funcionario ministerial, Lampustri es estimado en los ambientes en que le ha tocado desenvolverse como personalidad integérrima padre y esposo ejemplar, orador exquisito.
—De Gubernatis —explicó Belbo—, tendrá que desear que se le incluya en la enciclopedia. Siempre había dicho él que la de los superfamosos era una fama postiza, una confabulación de críticos complacientes. Pero sobre todo comprenderá que ha entrado a formar parte de una familia de escritores que al mismo tiempo son directores de organismos públicos, funcionarios de banca, aristócratas, magistrados. De repente habrá ampliado el círculo de sus relaciones, de modo que cuando tenga que pedir un favor sabrá a quién dirigirse. El señor Garamond tiene la capacidad de hacer salir a De Gubernatis de su provincia, de proyectarlo hasta la cumbre. Hacia el final de la cena, Garamond le dirá al oído que a la mañana siguiente pase por su despacho.
—Y a la mañana siguiente se presenta.
—Puede poner la mano en el fuego. Pasará la noche sin dormir soñando en la grandeza de Adeodato Lampustri.
—¿Y después?
—A la mañana siguiente Garamond le dirá: anoche no me atreví a decírselo para no humillar a los otros, qué cosa sublime, no le hablaré ya de los informes entusiastas, aún diría más, positivos, pues yo mismo, personalmente, he pasado una noche imantado por estas páginas suyas. Un libro para ganar un premio literario. Grande, realmente grande. Regresará al escritorio, dará una palmada sobre el original, ya ajado, gastado por la mirada amorosa de al menos cuatro lectores, ajar los originales es tarea de la señora Grazia, y se quedará mirando al AAF con aire perplejo. ¿Qué hacemos? ¿Qué hacemos?, preguntará De Gubernatis. Y Garamond dirá que sobre el valor de la obra no hay absolutamente nada que discutir, aunque es evidente que se trata de un libro adelantado para la época, y en cuanto a los ejemplares no se sobrepasarán los dos mil, o a lo sumo dos mil quinientos. Para De Gubernatis dos mil ejemplares serían suficientes para atender a todas las personas que conoce, el AAF no piensa en términos planetarios o, mejor dicho, su planeta está formado por rostros conocidos, compañeros de escuela, directores de banco, colegas que han enseñado con él en el mismo instituto, coroneles retirados. Todos ellos son personas que el AAF desea ver entrar en su mundo poético, incluso los que no tendrían en ello el menor interés, como el charcutero o el gobernador civil… Ante el peligro de que Garamond dé marcha atrás, ahora que todos, en su casa, en el pueblo, en la oficina, saben que ha presentado el original a un gran editor de Milán, De Gubernatis hará sus números. Podría cerrar la cartilla, retirar el dinero del fondo de pensiones, solicitar un préstamo, vender esos pocos bonos del tesoro, París bien vale una misa. Ofrece tímidamente participar en los gastos. Garamond se mostrará perturbado, Manuzio no acostumbra, y luego, bueno, de acuerdo, me ha convencido, en el fondo también Proust y Joyce tuvieron que doblegarse y aceptar la cruda realidad, los costes ascienden a tanto, de momento imprimiremos dos mil ejemplares, pero el contrato se hará por un máximo de diez mil. Calcule que doscientos ejemplares serán para usted, de regalo, para que los envíe a quienes juzgue conveniente, doscientos se envíarán a la prensa, porque queremos hacer una campaña con todas las de la ley, como si fuera la Angélica de los Golon, y los mil seiscientos restantes se distribuirán. Sobre estos ejemplares, como comprenderá, usted no percibirá ningún derecho, pero si el libro se vende haremos una reimpresión y entonces sí, usted se quedará con el doce por ciento.
Más tarde tendría ocasión de ver el contrato modelo que De Gubernatis, en pleno trip poético, debía de haber firmado sin siquiera leer, mientras el administrador se lamentaría de que el señor Garamond hubiese calculado unos costes tan bajos. Diez páginas de cláusulas en cuerpo ocho, traducciones a otros idiomas, derechos subsidiarios, adaptaciones para el teatro reducciones radiofónicas y cinematográficas, ediciones en Braille para los ciegos, cesión del resumen a la revista Selecciones, garantías en caso de proceso por difamación, derecho del autor a aprobar los cambios introducidos por la editorial, competencia de los tribunales de Milán en caso de litigio… El AAF debería llegar exhausto, la vista deslumbrada por el futuro de gloria que se abría ante sus ojos, a las cláusulas deletéfeas en las que se decía que la tirada máxima sería de diez mil ejemplares pero no se hablaba de tirada mínima, que la suma que debía pagar no dependía de la tirada, sobre la que sólo se trató de palabra, y en particular que al cabo de un año el editor tendría derecho a destruir los ejemplares no vendidos, salvo que el autor los adquiriese por el cincuenta por ciento del precio de cubierta. Firma.
El lanzamiento sería fastuoso. Comunicado de prensa de diez páginas, con biografía y ensayo crítico. Ningún pudor, porque de todas formas en la redacción de los periódicos acabaría en la papelera. Tirada real: mil ejemplares, de los cuales sólo se encuadernarán trescientos cincuenta. Doscientos para el autor, una cincuentena para distribuir en librerías asociadas, otros cincuenta para enviar a las revistas de provincias, unos treinta para enviar a los periódicos, por si les sobraba alguna línea en la columna de libros recibidos. Ese ejemplar lo donarían a los hospitales o a las cárceles, con lo que se explica por qué los primeros no curan y las segundas no redimen.
En el verano llegaría el premio Petruzzellis della Gattina, criatura de Garamond. Coste total: comida y alojamiento para el jurado, dos días, y Nike de Samotracia en cinabrio. Telegramas de felicitación de los autores Manuzio.
Por último llegaría el momento de la verdad, un año y medio más tarde. Garamond le escribiría: Estimado amigo, ya lo decía yo, usted está adelantado cincuenta años. Reseñas, ya lo ha visto, a montones, premios y consenso de la crítica, ça va sans dire. Pero ejemplares vendidos, muy pocos, el público no está preparado. Nos vemos obligados a despejar el almacén, como está previsto en el contrato (que adjunto). O se destruyen los ejemplares, o usted los compra al cincuenta por ciento del precio de cubierta, como es su derecho.
De Gubernatis enloquece de dolor, los parientes le consuelan, la gente no te entiende, claro que si fueras uno de ésos, si hubieras untado la mano a alguno, a estas alturas ya habrías tenido una reseña hasta en el Corriere della Sera, es una mafia, no hay que entregarse. Sólo quedan cinco ejemplares de regalo y aún tienes tantas personas importantes con que cumplir, no puedes permitir que tu obra se destruya para fabricar papel higiénico, veamos cuánto dinero podemos reunir, es dinero bien empleado, se vive una sola vez, digamos que podemos comprar quinientos ejemplares y en cuanto al resto sic transit gloria mundi.
En Manuzio han quedado seiscientos cincuenta ejemplares sin encuadernar, el señor Garamond hace encuadernar quinientos y los envía contra reembolso. Balance: el autor ha pagado con creces los costes de producción de dos mil ejemplares, Manuzio ha impreso mil y ha encuadernado ochocientos cincuenta, de los cuales quinientos han sido pagados por segunda vez. Una cincuentena de autores al año, y Manuzio siempre cierra con un amplio margen de beneficios.
Y sin remordimientos: reparte felicidad.


miércoles, abril 27, 2016

PROPUESTA DE INICIATIVA de COMPETENCIAS SOCIALES EJECUTIVAS para UNIVERSITARIOS


















LA INICIATIVA de COMPETENCIAS SOCIALES EJECUTIVAS para UNIVERSITARIOS se basa en el dicho popular de “Al que madruga Dios le ayuda”. Así de sencillo.

Quien entre más pronto a LinkedIn a crear, administrar, gestionar y planear su red profesional y hacerla más productiva, mejor. La propuesta de este escrito va en ese sentido.
A que se promueva el aprendizaje de las COMPETENCIAS SOCIALES EJECUTIVAS desde el primer año de universitarios.
Es un llamado a las universidades y también a las empresas.

No es una crítica ni abierta o velada hacia las universidades. Esto es sólo un llamado o una exposición de una oportunidad que ahí está, aguardando su momento.
No dudo que muchas universidades están haciendo su esfuerzo. Habrá que ver hasta qué punto este sea suficiente y si fuera suficiente si los estudiantes están respondiendo en consecuencia.

Antecedentes y aclaraciones
Mi nombre es Luis Eduardo García, ingeniero de sistemas y varias cosas más, como podrán saber de mí en mi perfil. Me especializo en los últimos años en entender las redes sociales, por dentro y fuera, en especial LinkedIn.
Doy conferencias y asesoría sobre LinkedIn. Obvio, tengo interés en que LinkedInse difunda más. Vivo, entre otras cosas, de eso.

Introducción
No es lo mismo despertar en el primer año de tu carrera y empezar tu red, que despertar y comenzarla al final de ella con otro tipo de desconciertos, angustias, ansiedades y sí, también con esperanzas.
Es importante que el estudiante se despabile, que despierte a la realidad de la competencia futura. Las Redes Sociales no solo son para entretenimiento.
La vida digital no es sólo Facebook.

Mi experiencia directa me dice que las universidades en México no están haciendo más que una pincelada de esfuerzo en este sentido. Que les basta solo con preguntarles a los estudiantes en ciertos eventos, Feria del CV o CVTones, o Feria del Empleo, si ya abrieron su cuenta y crearon perfil. Que si ya tienen su perfil lleno, que si ya tienen mínimo 10 conexiones, además en las que sólo les dicen "hay que hacer esto", "hay que hacer lo otro", pero no les dicen el cómo ni el porqué de la importancia.
No es malo el esfuerzo, pero es insuficiente. El alumno sigue sin entender el poder del Networking.
¿Qué se necesita madurez para conectarse?  Sí, definitivo, pero es la misma que se va desarrollando poco a poco conforme la complejidad de todo lo aprendido se va quedando e interconectando en el joven estudiante al paso de los semestres y que el problema es que, sin ayuda, tal vez tarde en intuir que son las personas correctas dentro de su red las que lo llevarán finalmente hacia su destino deseado.
Las personas correctas que están ahí a su alcance, tal vez. Pero que desconoce quiénes y dónde.
¿Qué hay muchas dudas de con quién y cómo conectarse? Sí, y además de ello puede ocurrir que los que hoy por hoy les hablan sobre LinkedIn a los estudiantes no conocen mucho del tema, es natural, no han sido entrenados en ello tampoco.

Consideraciones
El estudiante siente que tiene su futuro incierto al llegar a su tercero-cuarto año sin saber realmente si tendrá trabajo en el futuro.
El estudiante muchas veces ni siquiera sabe la demanda de la industria al respecto de su profesión.

Esto se convierte al final de su carrera, casi en una situación de Sálvese Quien Pueda. El que tenga contactos entrará rápido a la fuerza productiva, el que entienda el mercado, también. El que no, tendrá problemas.
La idea aquí es que pase lo que pase, la incertidumbre, el temor, la falta de claridad, todo eso lleva a que se debe preparar al estudiante a que haga el mejor papel posible en su desarrollo.
Premisa: LinkedIn como la plataforma idónea para el contacto registrado. No hay otra similar de registro de profesionales en cuanto a tamaño o alcance, tiene sus imperfecciones, defectos, restricciones, desconocimiento, complicaciones, pero no hay otra de ese nivel ni alcance, por el momento. Una red Facebook para profesionales se ve todavía algo lejana. Pudiera cambiar el panorama, o la red, pero el objetivo del que se habla aquí, no: La necesidad del estudiante de conectarse lo más pronto posible.

LinkedIn acepta estudiantes, no sólo profesionistas, desde el 13 de septiembre de 2013.

Estudiantes que pueden poner sus avances frente a su comunidad, de su carrera del semestre en que esté: proyectos especiales, servicio social, proyectos escuela-empresa, voluntariados, causas especiales, campañas, intercambios, cursos extracurriculares, diplomas, trabajos finales distinguidos, lo que lo caractericen como el profesional en formación al que  llegará a ser próximamente. De ese modo empezará a conseguir la atención temprana sobre su persona. Podrá conseguir la atención de directivos, de próximos colegas, de otras universidades incluso.
Lo que sea que apoye a su carrera.
Lo más pronto posible.

Competencias Sociales Ejecutivas
  • ·         Saber entender la red.
  • ·         Saber lo que se quiere proyectar. Su “branding
  • ·         Saber conectarse con condiscípulos, maestros y profesionales.
  • ·         Saber proyectarse en sus logros y habilidades.
  • ·         Saber participar en foros.
  • ·         Saber elegir sus conexiones.
  • ·         Saber darle mantenimiento y pulimiento constante a su red.
  • ·         Saber buscar la atención.


Resumamos ahora las varias posiciones al respecto del porqué un proceso denetworking dentro de las COMPETENCIAS SOCIALES EJECUTIVAS desde el inicio.
Son 4 áreas involucradas:
  • ·         Estudiantes
  • ·         Maestros
  • ·         Universidad
  • ·         Empresa


Estudiantes
Más contactos “registrados” en su LinkedIn, dependiendo de su carrera y universidad, hay un potencial de más de 200 condiscípulos con los que tiene relación en su carrera, entre generaciones posteriores y anteriores y entre diferentes carreras que toman materias comunes, todas confluyendo en algún momento en algún salón de clase o en un proyecto interdisciplinario. Tomando como base que una carrera pueden ser 60 materias, eso equivale a un estimado de 60 maestros, cada maestro es un profesional con su propia red.



(Cada círculo amarillo es un estudiante de la carrera y generación, los demás colores son de otras carreras e incluso otras generaciones, los triángulos son maestros.)

Si con el tiempo, la manera de enseñar en forma de materias estrictas se empieza a integrar con la adquisición de competencias enfocadas a ciertos propósitos definidos en un cambio de paradigma de enseñanza que ya se esté cocinando, como así parece en las universidades de vanguardia, el tema de redes entre los estudiantes adquiere más relevancia ya que lo interdisciplinario estará a la cabeza. Que mejor que hacer relaciones entre equipos de trabajo desde el principio bajo estos ambientes siempre cambiantes.

Maestros
Les sirve para conectarse con todos sus estudiantes, sus futuros colegas, o para tener visión de su red en crecimiento, con el tiempo un estudiante será un posible amigo o socio o alguien con quien incluso pueda mantener una relación de mentoría.

Una red de maestros lo podrá impulsar a otras redes diferentes hacia otros campos de su industria. Lo normal de una red de contactos, sólo que el maestro tiene ventajas ya que está con profesionales que además de serlo son catedráticos y/o académicos, con otras formaciones que su red, de no ser maestro, adolecería.

Universidad
La idea es que la Universidad es un semillero de conexiones nuevas y frescas que también con el tiempo  puede llevar a caminos sin explorar, el no usar las posibles redes es, como otras cosas en la vida, un desperdicio.
Lo de arriba sí se da por supuesto, siempre en la escala orgánica de toda la vida, todo mundo recuerda a sus compañeros de generación y de vez en cuando se reúnen, para recuerdos y todo, con algunos maestros que los llegan a acompañar.
Pero es sólo eso, orgánico, natural, sin dirección, cómo se fue dando.
La idea es ahora hacerlo sistemático y organizado, con un propósito futuro de ir apuntalando una red que ahora se puede expandir de manera significativa con ventajas para todos, para los maestros, para los alumnos, para la misma Universidad.
Lo curioso es que la Universidad sí acepta que es un semillero de ideas y conexiones, pero de alguna manera su concentración y enfoque está en lo tradicional, en su dinámica hacia el alumno y no hacia las conexiones que pueden “empoderar” al alumno.
Además, con un networking temprano, pudiesen ocurrir que las singularidades de encuentros únicos, de los que cambian las industrias en forma radical, como los que se dieron de forma fortuita con los encuentros de Jobs y Wozniak, de Brin y Page, de Hewlett y Packard, de Allen y Gates, se den más seguido en ciertos ambientes en los que se impulsa esta actividad cuando de algún modo, al ser provocados estos acercamientos a través de LinkedIn, los estudiantes sepan más de más condiscípulos, más allá de sus formas habituales de convivencia natural.

Jobs y Wozniak, Brin y Page ( Google), Hewlett y Packard se encontraron en el pasado, sin redes de ninguna especie, por eso se les llama "singularidades".

Empresas
La empresa y sus empleados, en puestos ejecutivos o de operaciones, tienen como propósito constante, crecer. Los profesionistas son, obvio, los que la hacen funcionar. Necesitan a su vez a los mejores. Necesitan que los nuevos profesionistas vengan entrenados en esas habilidades de resolver problemas reales. Hasta aquí lo obvio.
Para las empresas apoyar un networking temprano es impulsar un momento perfecto para intervenir en la formación de la madurez de un estudiante sin estar de lleno en su educación promoviendo la conexión entre ejecutivos (quienes de normal agregan conocimiento diario al hacer presencia publicando en LinkedIn sus temas de su interés y de su industria) y estudiantes de carreras afines. De ese modo el modelo de su empresa y operación empieza a ser observado y entendido, admirado en ocasiones, por los estudiantes conectados.
Los estudiantes sabrán que esas conexiones no serán para pedir empleo en un futuro, al menos no necesariamente, sino para aprender de los veteranos que ya están fogueados en la labor diaria, de ese modo los estudiantes sabrán de más problemas del mundo real y la empresa se beneficiará, repito, de esa difusión de su modelo de trabajo entre una multitud de estudiantes ávidos de conocimientos de ese mundo real.
La empresa debe también promover, en mi opinión, el uso de LinkedIn hacia las universidades, de ahí vienen las personas que las harán crecer, moverse, destacarse.

Se les puede ayudar en esos aspectos. Hay formas de hacerlo sin grandes esfuerzos ni costos de parte de las empresas.

Conclusión
Hasta ahora no se hace mucho y lo peor que puede pasar es que se siga igual. No hay manera de cuantificar las oportunidades perdidas para el alumno que no tiene conexiones comparadas con el que sí las tiene.
La persona está donde está, la que sea y donde esté, porque conoció a la persona adecuada o en su caso, como muchos, llenó los requisitos de la necesidad de la empresa adecuada.
Hay todo tipo de alumnos, los extrovertidos y los introvertidos. De todas las capacidades. La red viene siendo, como se dijo desde el principio de la aparición de Internet, “el gran ecualizador”.
La idea de la creación de una red personal de conexiones desde temprano es sin grandes costos y sí con un cambio de mentalidad que puede ser inducido desde temprano. Tal vez sólo baste con charlas de, redundando, inducción y campañas de motivación constantes, tales como las de honorabilidad, que siempre están presentes en la conciencia y ambiente de la Universidad.
Empezar a tener la red correcta, desde lo más temprano posible, es más valioso que empezar a tenerla cuatro años después.
Son cuatro años más de exposición, de tener contactos y conexiones relevantes. Cómo sean, con actos torpes al principio, indecisos, en formación creciente con su curva de aprendizaje correspondiente, con sus defectos, pero son cuatro años más de ventaja.

Pueden hacer la diferencia entre una carrera con sus eventos normales, a una carrera extraordinaria.
Pregunta a ti, lector/lectora: Suponiendo que sabes del poder de tu red actual, a tus 40-45-50 años, ¿tú que hubieras hecho con tus 800 contactos de hoy en día, por decir, si hubieras tenido, y sabido del poder de esa red, unos 800 contactos de la misma calidad, desde tus 23 años?
Que no se les niegue la oportunidad a los estudiantes de ahora.

Propuesta
La propuesta es que las Universidades agreguen a su propósito y vocación de enseñar ciencias y métodos, competencias, destrezas y habilidades para resolver problemas en el mundo real, una nueva competencia dirigida a entender DESDE EL PRINCIPIO de los estudios de cada alumno, la CONCIENCIA DEL PODER DE LAS REDES Y DEL PODER DE CONEXIÓN que puede ser determinante para sus carreras.
Ese es el porqué de una INICIATIVA DE COMPETENCIAS SOCIALES EJECUTIVAS para UNIVERSITARIOS.

La manera de lograr esa conciencia constante del alumno es para discutirla después.
 (Y falta una nota similar, la INICIATIVA DE COMPETENCIAS SOCIALES EJECUTIVAS para la EMPRESA en la que ya estoy trabajando.)
Gracias por leerme.
Pueden escribirme o llamarme si gustan platicar más del tema, pedir una conferencia, o plática o charla, mi celular es en Monterrey, 81 1312 3874. Luis Eduardo García.


sábado, abril 16, 2016

Hoy leí esta tira cómica de Calvin y Hobbes y pensé...



Hoy curioseando entre tanta cosa, yendo de aquí para allá y, créanme, todo empezó en el tema de gatos, de si te escuchan o no, de ahí partió la búsqueda, la semilla por así decir, casi aleatoria y de ahí me fui hacia buscar a Gary Larson, que es el autor de muchas cerebrales tiras acerca de las relaciones de los seres humanos y los gatos, vistas desde su muy inusual percepción.

Pues así llegué a un lugar llamado http://listverse.com/2013/07/03/the-10-greatest-syndicated-comic-strips-in-american-history/ en el que habla de las tiras cómicas, según el autor, más importantes de todas, me imagino que habla del mercado norteamericano, y sí, estaban las sospechosas usuales.

Ya saben, Pogo, Doonesbury, Opus, Peanuts, Garfield, Gary Larson's The Far Side y dos-tres sorpresas, obvio, Calvin y Hobbes como número 1, no es sorpresa.

Lo que sí fue sorpresa fue la tira que el tipo que hizo la lista eligió para contar, no mostrar, contar y fue sencillamente maravillosa.

¿Inquietante? no, Sensible, bella, trascendente.

O eso, o el sensible fui yo cuando la leí.

Dedicada para todos aquellos que piensan que los comics y sus artistas no son capaces de profundizar en el alma humana en cuatro sencillos cuadritos.






viernes, marzo 25, 2016

El innovador del Futbol




La innovación está presente en muchas áreas.

Cuando me toca dar o comentar el tema de innovación y creatividad en cursos o charlas menciono en donde se dan éstas. En música, cine, animación, ciencia, obvio también tecnología y diseño, obvio en mil cosas que nos han traído hasta aquí en este instante en hogar, oficina, ciudad, mundo, pero también innovación en deportes.

En ciertas reuniones es sacrílego decir que me gustan a veces más los detalles simpáticos o humanos de un deporte en sí, que mucho me llaman la atención las estadísticas, lo inusual, del deporte que sea que el deporte mismo. Por supuesto, me llaman la atención también los que hacen y los que toman en cuenta esas estadísticas.

Y en este caso particular no soy futbolero, para nada. Tengo mis simpatías, claro. Preferencias. Pero no son tan determinantes o importantes para trascenderlas aquí en este espacio.

Sé más a veces del pasado que del presente en estos temas. recuerdo muchos nombres de mil futbolistas de los que ya nadie se acuerda. Y sólo porque leí de ellos en las secciones de deportes, allá en los 70s, en los 80s.

Por eso siempre me han dicho que en temas de deportes soy como un advenedizo, que hablo sin saber, sin conocer o sin sentir. Porque no tengo la pasión a flor de piel.

Bueno, algo he de tener, al menos memoria para acordarme de esos muchos nombres ya olvidados a los que veo, recuerdo, con cierta reverencia.

Héroes fueron, héroes son, héroes, serán en la memoria.

Corría el año 1974 y de pronto es el Mundial de Alemania, y durante las jornadas sobresale Holanda, los naranjas, que de la nada les pusieron de pronto la Naranja Mecánica, por la película de ya-saben-quién todavía muy de moda.

Me llamó la atención que le pusieran eso a ese grupo de jugadores liderados por el tal Johan Cruyff. Me llamó la atención que jugaran a algo que llamaron "futbol total", ignoro que fuera eso en términos claros, pero me llamó la atención QUE LLAMARA LA ATENCIÓN A TODOS, supuse que eso era una innovación y que por lo mismo a todos sorprendiera. Que hacía cosas que hasta ese momento nadie hacía. ¡¡En el futbol!!

Como ya expliqué, por afinidad y desde siempre me llaman la atención la innovación y los innovadores, la creatividad y los creativos.

Y demuestra una vez más que creatividad, imaginación e innovación está en todas partes, y que viene de muchas personas.

Muchos de ellos trascienden. Johan Cruyff trascendió. Ah, además se le considera el mejor del siglo XX después de Pelé y Maradona, los dioses del Futbol, nada más, nada menos.

Ayer falleció.

Se le recuerda.


Con reverencia.

domingo, febrero 21, 2016

Recordando a Umberto Eco



Recordando a El Nombre de la Rosa, del ya obvio  Umberto Eco, libro leído allá por los años 80s y que nos dejó muy impresionado, agregamos a la memoria colectiva lo siguiente...







Ahí escribe la frase al final...

Porque es historia de libros, no de miserias cotidianas, y su lectura puede incitarnos a repetir, con el gran imitador de Kempis: «In ómnibus réquiem quaesivi, et nusquam inveni nisi in ángulo cum libro.»

(En todo he buscado descanso, y nunca lo he encontrado excepto en una esquina con un libro.)



 Y por otro lado, también agregando dos parrafitos de la entrevista que sacó The Paris Review en 2008 sobre el eminente semiólogo Umberto, en las que refiere a cuales eran sus programas de televisión favoritos:




¡...y menciona a Starsky and Hutch, Miami Vice y Columbo!


Por otro lado habla de su estilo de escribir y de porqué tan pocas escenas de sexo en sus libros.







Donde concluye que él prefiere tener sexo que escribirlo...


Por otra parte tenemos 




¿Están los intelectuales todavía comprometidos a la noción del deber político, como lo estaban en los días de Sartre y Foucault?

Yo no creo que para estar políticamente comprometido un intelectual debe actuar como un miembro de partido, o peor, escribir exclusivamente sobre problemas sociales contemporáneos. Los intelectuales deberían estar tan políticamente comprometidos como los demás ciudadanos. A lo mucho cualquier intelectual puede usar su reputación para apoyar una causa dada. Si hay un manifiesto sobre la cuestión del medio ambiente, mi firma puede ayudar, o así usaría mi reputación para una sola instancia de compromiso común. El problema es que el intelectual es solo útil mientras se trate del el futuro, no del presente. Si tú estás en un teatro y hay un fuego, un poeta no puede subirse a un asiento y recitar un poema, él debe llamar a los bomberos como todos los demás.

La función del intelectual es decirlo de antemano: “¡Pongan atención al teatro porque es viejo y es peligroso!” Así que su palabra tiene la función profética de un atractivo de algún tipo. La función del intelectual es decir “deberíamos hacer eso”, no, “¡debemos hacer eso ahora!” Ese es el trabajo del político. Si la utopía de Tomás Moro fuera alguna vez realizada, tengo poca duda de que esa sería una sociedad estalinista.



y más allá...




ENTREVISTADOR
Su biblioteca aquí en Milán es una leyenda en sí misma. ¿Qué tipo de libros le gusta coleccionar?

ECO
Tengo un total de alrededor de cincuenta mil libros. Pero como coleccionista de libros raros me fascina la propensión humana por el pensamiento desviado. Así que colecciono libros sobre temas en los que no creo, como la cábala, la alquimia, la magia, idiomas inventados. Los libros que mienten, aunque inconscientemente. Tengo Ptolomeo, no a Galileo, porque Galileo dijo la verdad. Yo prefiero la ciencia lunática.

ENTREVISTADOR
Con tantos volúmenes, cuando se va a los libreros, ¿cómo decidir qué libro escoger y leer?

ECO
No me voy a las estanterías de elegir un libro para leer. Voy a las estanterías para recoger un libro que sé que necesito en ese momento. Es una historia diferente. Por ejemplo, si usted me pregunta acerca de autores contemporáneos, vería a través de mis colecciones de Philip Roth o Don DeLillo recordar exactamente lo que amo de ellos. Soy un académico. De cierta manera yo debería decir que nunca soy libre de elegir. Estoy solo siguiendo las necesidades del trabajo que estoy haciendo en un momento dado.



La entrevista está aquí.





Finalmente ésta es mi portada que tengo de aquellos años, 1986 del señor Umberto, treinta años conmigo y contando...

Buen viaje, lo seguimos leyendo...