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martes, diciembre 31, 2013

De Frente al 2014



Pues como el día de ayer fue frente al 1994 hoy es frente al 2014.

Y ya saben, promesas, resoluciones, todo frente al plazo nuevo, la hoja nueva, el óleo listo, la tabula rasa a la que se refieren tanto. Todo listo para escribirlo todo en limpio.

Así funcionamos, rompemos hojas, borramos archivos, tiramos bocetos, repetimos los ensayos, tachoneamos, queremos que las cosas nos salgan bien.

A veces lo logramos y a veces no.

Como dije ayer, o como dije hace 20 años, el 1ero de enero juega en nuestras mentes como un punto de comienzo más que el de nuestros mismos cumpleaños.

Puede ser que eso sea porque así lo jugamos todos juntos. Así todos nos vemos en la misma línea de salida. Miramos a la misma meta. (Supongo, ¿conquistar el año? ¿sea lo que eso signifique?)

A estas alturas del partido ya entendemos que no hay fórmulas generales para todos, es más, que quizá nunca las hubo.

No es desengaño, es aceptación. Cada uno que haga lo que entienda por el plazo nuevo ante nosotros, cada quien, como siempre, que haga lo que sea según los dictados de la propia conciencia.

Hablé hace poco del pesimismo, del optimismo.

Seamos optimistas, los entornos cuentan, ya lo dije ayer, sólo esperemos lo mejor, y quizá que impere una dosis de prudencia, y preparémonos para lo peor.

Y no, no es ser pesimista, mejor que pequemos de realistas que de idealistas que esperan el mundo de caramelo.

Nadie esperaba que este fin de año fuera lleno de lluvia, a eso me refiero, no cambies tus planes, adáptalos, no reniegues, acéptalos, no te quejes, lucha contra esos cambios. Sólo nunca te rindas. (O lo que quieras, no voy a estarte viendo.)

¿Preverlos? Hay doctorados tratando de explicar estos asuntos mundanos, de prevenir esto, de calcular aquello, tú con tu moneda al aire y su resultado quizá consigas los mismos resultados.

El mundo es tan complejo que todavía falta para entenderlo.

La misma observación del mundo lo cambia a su vez.

Dos cosas antes de terminar el año:

La vida es como un río, nunca es la misma que está ante ti, es sólo similar.

No te quieras acabar el próximo año de golpe, usa la técnica del Pan Bimbo: lo venden en rebanadas, porque así es más fácil comerlo, compartirlo, acabar con él ordenadamente, en lugar de tarascadas, en lugar de morder aquí o allá sin ton ni son.

Un panecito a la vez. Uno a la vez.

Y tres: Gracias por leerme y ponerme atención. A cada uno de ustedes. Muchas gracias por todo.

No sé como venga mañana, pero en algún lugar saldrá el sol.

El mismo sol de siempre, indiferente a todo, pero que de alguna explosión nuclear en su interior consumiendo hidrógeno y entregando cenizas de helio nos da ese calorcito rico, la energía que sí mueve a este mundo.

Nada más se quite la lluvia, claro.

Construyamos los recuerdos de 2014, lo mejor posible, desde el primer segundo del nuevo día.

Ahora sí, todo con medida, cuídense, que no puedo hacer yo todo solo.

Finalmente, sabiendo que la felicidad es intermitente (y así debe ser, para que nos sepa) tengan un, dentro de lo que cabe, un feliz año. Una feliz vida.


De frente a 1994 (REMINISCENCIA)

Hola! 

Hoy es 30 de diciembre de 2013. 

No soy dado a reciclar artículos pero acabo de encontrarme este de cuando escribía para el periódico el Norte/Reforma, como verán hace algunos millones de años, ok, no tanto, sólo 20 años exactamente.

Todo lo escrito abajo fue antes de que ocurriera lo de los Zapatistas, lo del NAFTA, lo de Colosio, lo del error de diciembre, y un gran etcétera, ese 1994, año de los más horribles que hayamos tenido, en muchos aspectos de la vida del mexicano cualquiera.

Pero bueno, todo eso ya pasó y esperamos que las desgracias, que sí ocurren, no sean tan seguidas, tan desastrosas, tan duraderas en el recuerdo de la gente como ese año en particular.

El escrito fue hecho cuando lo que se esperaba de 1994 era sólo un año así, neutral, como todos.

Léanlo a discreción, sáltense lo que deseen, que el artículo como quiera, ya está pagado 

********************

De Todo / Estar de frente al 94

Por Luis García


(01-Ene-1994).-

Es inevitable. Apenas nos recuperamos de las fiestas de Navidad viene la fiesta del Año Nuevo. O sea que ahora es cuando se podrá hacer todo lo que no se pudo hacer durante la Navidad, porque era Navidad precisamente. Y es que es de todos sabido que la Navidad es una festividad religiosa. La fiesta de Año Nuevo, "my friends", es totalmente pagana, dionisíaca.

Para la gente que considera que ambas fechas están demasiado cerca, basta pensar que en la antigüedad el primer día del año era el primero de marzo en lugar del primero de enero. Gente práctica en la antigüedad. Del día de Navidad al día primero de marzo son más o menos 66 días, con lo cual se daba un amplio respiro a los que no les gustan estas fiestas tan cercanas.

Pero hay de todo. Hay gente que por otro lado lo que quiere es precisamente acabar con las mencionadas fiestas de una vez por todas, y por eso sentirían que un lapso tan largo sólo vendría a estropearlo todo, tú sabes el ambiente, lo acelerado de la semana.

Tal como el estar parados en la muralla que divide, el Fin de Año es el momento de ver hacia adelante y hacia atrás y en pensar que llevamos otro año más a cuestas y que nos queda por elemental diferencia, uno menos.

No todo es felicidad en Año Nuevo. Ahí están todas las empresas trabajando en sus cierres y vaya que eso les lleva casi un mes más. Ahí tenemos a los que llevan estadísticas para ver si se cumplió la predicción de la producción de la cosecha récord de azúcar de este año. También es el momento de computar los datos que nos darán el índice de mortalidad anual.

El Fin de Año es también el momento que nos traerá la inflación anualizada real. Y esto se traducirá en cuánto ganas más de lo que ganabas el año pasado. Y peor aún, sabrás cuánto realmente compras menos de lo que comprabas el año pasado.

Afortunadamente, el concepto de "año" es en sí bastante interesante y pródigo en usos. De hecho fue un descubrimiento bastante útil para señalar el tiempo.

Un año es el lapso de 12 meses a través del cual la Tierra se traslada en un redundante movimiento de traslación alrededor del Sol y que nos viene a dejar en el mismo punto de donde comenzamos, figurativamente. Esto hay que agradecerlo a la ley de gravedad y hay que ajustarlo al hecho real de que el Sol está situado, junto con todos sus planetitas, en una orilla de uno de los brazos de la majestuosa Vía Láctea y que junto con ésta nos dirigimos hacia la constelación de Hércules incesantemente, sin parar.

Así que exactamente, exactamente, pasado el año entero no nos encontramos en el mismo punto en el espacio en el que comenzamos el anterior primero de enero, lo cual es interesante para filosofar, pero nada más.

Pero qué rápido pasa el tiempo.

Allá en mi adolescencia, alrededor de 1977, había una revista futurista, llamada curiosamente 1994, la cual, junto con mi adorada Heavy Metal, estaba poblada de fantasía desbordante con tonos de ciencia ficción salpicada de imaginación y audacia.



Bueno, en aquel 1977 faltaban todavía 17 años para llegar al futuro. Y bien, hoy por hoy el futuro está a menos de una semana de distancia.

Parece interesante recordar que hace 10 años fue 1984, el año del Gran Hermano. A 10 años de aquel suceso todavía seguimos tratando de encontrar parecido a nuestra sociedad a la sociedad imaginada por George Orwell, la cual nos parece cada vez más distante y cercana, de una manera contradictoria y al mismo tiempo razonable. Será 1994, o sea, el año que viene, un año que también nos deparará sorpresas inimaginables hasta ahora.

Y así como 1993 fue un año notable en avances, en crímenes, en accidentes, en guerras y en la vida de los osos panda, el año 1994 se caracterizará por ser un año completamente distinto y bastante interesante también, tanto en escándalos y tragedias, en triunfos y derrotas, así como en cifras de la producción agrícola de Tanzania.

Además 1994 promete dejar huella quietamente en la naturaleza, cuando se añada otro anillo más de corteza en las Sequoias de California (no, las Sequoias de California no son un equipo de basquet o de hockey, me refiero a esos altísimos árboles milenarios). Y durante todo 1994. Plutón junto con Caronte, sólo se habrán movido indiferentemente un 1/248 más en la ruta de completar su propio año.

Ese sentir elusivo de lo que es el tiempo.

Así que, ¿qué pasa con 1994? Bien, sólo faltarán cinco años para el espeluznante año 1999 de Prince, seis años para el mítico y equivocado 2000, y sólo siete para el primer real año del siglo XXI, el 2001 aquél, lleno de monolitos negros con proporciones cósmicas de 1:4:9.

Hagan sus apuestas. ¿Creen que falta mucho para ir pensando en la Fiesta del Milenio Nuevo? Hace cinco años fue 1989, hace seis 1988 y hace sólo siete, 1987. Seguramente muchos se acordarán de lo que hicieron en aquellos años. ¿Ahora ya ven que no falta casi nada?

Los años pasados aparte de marcar épocas pasadas con gloria y con pena, también nos sirvieron, nos sirven y nos servirán para enmarcar nuestros recuerdos... y siendo así el caso los años que vienen, tales como el próximo 1994, nos servirán para enmarcar nuestras esperanzas.

Y todo lo demás serán dulce sueños.

************

Así que ya saben, pasado mañana, 2014.

Hagan los mejores planes, esperen lo mejor, pero como lo dije hace días, siempre tengan su Plan B, tal como pedir un mejor año, aunque el 2014 ya haya empezado.

Hoy llueve anomalamente en estos lares, cuídense, no se mojen, que el día transcurra padre, que beban algo calientito.

(Me reciclaré de nuevo, total, en 20 años nadie se acuerda.)

"Y recuerden: todo lo demás serán dulces sueños."

viernes, diciembre 27, 2013

Efectos de la Música en el recorrer y transcurrir de nuestros días, mención especial a Mozart

Cuando no sepa de qué escribir un 27 de diciembre de 2013, siempre quedará la salvación: Luis, ¡escribe de música!



Los efectos terapéuticos de la música son conocidos, para el que la canta, por decir, y sobre todo para quien la escucha.

Realmente es el cambio de humor total, el que puede producir: la misma armonía, el mismo afortunado acomodo de las notas en la mente de las personas receptoras, por lo que no es raro que una melodía en especial le guste a millones de personas por todo el planeta.

(Bueno, a mí me pasa, escuchas Walking on Sunshine, de Katrina and The Waves y realmente sientes el sol y te avivas y te levantas o te llenas de dopamina, ¡qué sé yo!)

(O escuchas (I can't get no) Satisfaction de los Stones, inmediatamente sale una sonrisa, bueno, son mis gustos, istedes deben tener una canción similar, ¿sí... o no?)

Podría poner una lista como de 20 o 30 canciones identificadas con su momento, no me tanteen: :D

¿Seremos tan predecibles? 

¿O será que la música es tan poderosa o tenemos todos acomodados en el cerebro un mecanismo de reconocimiento básico en quien sabe dónde que dice, o que decimos: ¡esa canción, es fabulosa, ponla de nuevo!"?

En la película de Amadeus de Milos Forman, de 1984, Mozart termina de presentar Las Bodas del Fígaro, el Emperador se acerca y lo felicita y le dice: "¡Mozart, mis felicitaciones, ¡estuvo estupenda! Sólo qué... mi joven querido, no lo tome a mal. Su trabajo es ingenioso, Es una obra de calidad, es sólo que simplemente hay demasiadas notas, eso es todo, corte solo unas pocas y quedará perfecta". 

Mozart se asusta, intrigado, le responde: "¿Cuales, su majestad?". El Emperador termina: "Usted sabrá, señor Mozart!"

Bueno, se dice que la muerte de Wolfgang Amadeus Mozarte a los 36 años es la más lamentable de todas las muertes tempranas de los hombres ilustres, si es que eso se puede medir de alguna manera. Todas las maravillas que pudo extraer del universo y traducirlas a notas y llenarnos de éxtasis musical.

Así las cosas, la música, las canciones, lo que nos evocan, la melodía: tristeza, alegría, meditación, fuerza, sensualidad, reposo. Todo no es más que vibraciones extrañamente colocadas en el aire y que nos hacen voltear hacia la fuente del sonido, con lo que nos queda la melodía almacenada en el cerebro durante épocas y que por algún extraño embrujo nos hechizan de por vida.

Personas, momentos, tiempos, sucesos, lugares, la música nos acompaña y benditos sean los oídos, los míos, los tuyos, que celebran los sonidos de las notas, sean suficientes, o no, tal y como pensaba el Emperador frente a Mozart.




Oh, sí.

Pasen feliz 27 de diciembre, no se encariñen mucho con el 2013, he escuchado que... ya está llegando a su fin...


Saludos y no se mojen...

Bebidas calientitas a discreción.

Pesimista bueno, Optimista Malo o al revés, la señal y el ruido...

El ser optimista, el ser pesimista.




Dicen que el optimista no es más que un pesimista mal informado. O al revés, un pesimista, no es más que un optimista bien informado.

O que el optimista siente que vive en el mejor de los mundos posibles y el pesimista teme que el optimista tenga razón.

El punto es que como existe una línea del tiempo, y todo apunta desde este instante hacia el después, llámese un minuto, una hora, un día, una semana o un año, bueno, la eternidad no tanto ya que hay mucho de desconocido por ahí, y queda claro que todo lo hacemos para el futuro.

Pero, ¿qué hay para el futuro? 

Todo el mundo quiere saber qué hay para el futuro, y van y consultan o revisan tendencias o de plano adivinan o van con gente que les adivine llámense brujos o consultores o especialistas.

Pero hay cosas que se puede tener cierta idea de cómo saldrán, el equipo favorito triunfará si se han visto las tendencias de cómo están jugando o si este chico o chica es el bueno o la buena o si esta carta tan necesitada saldrá cuando debe salir en este juego.

La Bolsa de Valores, los casinos, las apuestas mismas o las mismas decisiones de si comprar ese u otro producto lo hacemos en base a tomar en cuenta dos cosas, el riesgo y la incertidumbre.

Esto viene en el libro de La Señal y el Ruido, de Nate Silver el cual habla extensamente de eso. Es un estadístico que ha tenido gran éxito con el tema de analizar tendencias de mercado y tendencias de predicción presidencial en Estados Unidos con muchísimo éxito. (Similar a lo que hace el personaje de Brad Pitt junto con un analista en la película de Moneyball)



¿Cómo lo hace? Con números, análisis, más análisis, y tratando de distinguir la señal en medio del ruido, sin apasionamientos, sin decisiones de corazón, sin intuición.

Y pues habla, en el principio del libro de eso, de los riesgos e incertidumbres, y lo aplica en la Gran Crisis Económica del 2008 de USA, en el que la gente, la gran gente ilustrada y que tomaba las grandes decisiones, se equivocaron totalment y en las que confundían las dos palabras, una el riesgo, que viene siendo reducida a un porcentaje de un costo de decidirse por algo, con la incertidumbre y que viene siendo lo que definitivamente no sabes que pueda ocurrir y que puede suceder independientemente del riesgo que asumiste: se vino la tempestad no prevista, se vino el acontecimiento político sin anunciar, la regulación tal, te enfermaste, falló el coche, etcétera.

Y todo esto tiene que ver con nuestro futuro, a ver si con la edad podemos aprender un poco a separar la señal a nuestro alrededor, de todo el ruido que siempre la rodea.

Así las cosas, el optimista, que lo siga siendo, el pesimista también, pero que aspire a analizar su realidad y tengan siempre su Plan B.

Ya viene el principio del año que viene, se tomarán decisiones, se  harán previsiones, predicciones y que esperemos que siempre se hagan en sosiego, en paz, y con todos los pelos de la burra en la mano.

Y si no se puede pues, lo de siempre, piensa un número divídelo entre otro número y agrégale el factor aguacate.

¡Nunca falla!

Que no hayan comido de más.

Que se la hayan pasado bien.

Que todo haya salido a pedir de boca, o la mayoría del todo, o lo que sea lo realmente importante.

Los leo.

Todas las bebidas, con moderación, siendo optimistas.

Y ya me voy, porque se me hizo tarde.

Navidad y todo eso y videos y dispersión...

Desde todos los años la festividad es como un pivote a través de los cuales vive o vivía uno.

Es el invierno para el cual las hormiguitas trabajan y los grillos que se la pasaron grillando, perecen... a menos que alguna hormiguita se condoliese de la condición autoinfligida del grillo y pues, por algo seguimos teniendo grillos.

Es el invierno y la idea de la navidad por la que trabaja uno todo el año, en teoría, cuando se dice que tienes que darlo todo durante todo el año porque si no en el arbolito tuyo no va a haber regalitos.

O es como metáfora de la cruel y silenciosa competencia en cuanto nos ponemos a la tarea de observar que el número de regalitos disponibles es limitado y si los prefieres ver en el arbolito tuyo para tus hijos o en el arbolito de tu competencia, para los suyos.

O si es mejor verlo como metáfora del renacer y de que lo que viene siempre será mejor, o de si sólo lo vemos como expresión de la paz que necesitamos, de la tranquilidad que nos merecemos y que por una extraña razón espiritual de los tiempos todos la deseamos el mismo día, la misma noche. (Lo malo es que sea por solo esos momentos.)

Así las cosas, hoy es navidad.

Se acaba el caos de las compras y es curioso que cada año se escuchan más voces en contra del consumismo atroz y de la pérdida de nuestros valores en pos de comprar y comprar cosas de tan actuales que se obsoletizan en segundos que pensamos que sustituyen los buenos deseos, digo, mi Facebook rebosa de esas advertencias y de esos buenos deseos, y sin embargo veo las calles llenas de gente empujándose por comprar comprar comprar algo algo alguito lo que sea.

(¿Qué toda esa gente compradora estacional, no tiene Facebook o qué? ¡Ah!, no han de tener los amigos y amigas que tengo, eso ha de ser.)

Hace 40 años mi papá me regaló mi primer reloj de pulsera. Mmm, disculpen, pensamientos dispersos que se me vienen a la mente.

Ayer pensé que tengo un artículo que apareció en el Norte hará 20 años, sobre la navidad y mis abuelos, no lo encontré, tengo el recorte por ahí. Me prometí no ponerlo si lo encontraba y no, no lo voy a poner, demasiado emocional. Un amigo comentó que sólo bebiendo puedes escribir cosas así.

Sigo disperso.

Ah, la NASA sacó una recreación de cómo fue la foto aquella de la Tierra ascendiendo por sobre el horizonte lunar, el 24 de diciembre de 1968.


Una maravilla darse cuenta de que ahí estamos todos.

A donde vayas, ahí estamos todos, no puedes escapar, así qué... haz la paz. 

Haz lo que sea, pero haz la paz. Tu paz. Con tu vecino, con tu pasado, con tu presente, con tu futuro, contigo mismo. Haz tu paz.

Disperso.

Terminaré mejor escribiendo sobre las mejores canciones de navidad de rock, que cada quien escoja la que prefiera.


...de Band Aid (todos lo que eran importante en esa navidad de 1984 ahí estuvieron)

¿Ellos saben que es Navidad?




...de John Lennon...

Feliz Navidad, se acabó la Guerra




...dos de Paul McCartney...

...Pipas de la Paz



...Wonderful Christmas Time



...del Gran Bob Dylan que extrañamente, ¡también hizo algo de navidad!



...y de Bruce...

Feliz Navidad, Baby



Pásensela bien, hoy y siempre.


(Bueno, tal vez no estuve tan disperso...)

jueves, diciembre 26, 2013

Mantras y Beatles y... And I Love Her...

Sé que lo que pondré no tiene mucho que ver con navidad, pero hay cosas que uno hace que son atemporales, y hoy hablaré de los mantras desde mi punto de vista, pero no de "esos" mantras, sino... de otro tipo.

Los mantras son, según mamáwiki: 

"...recursos para proteger a nuestra mente contra los ciclos improductivos de pensamiento y acción. Aparte de sus aspectos vibracionales benéficos, los mantras sirven para enfocar y sosegar la mente. Al concentrarse en la repetición del sonido, todos los demás pensamientos se desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y tranquila. Los mantras pertenecen pues al domino de lo sagrado, constituyen el lenguaje divino, y su eficacia es perfecta, "siempre y cuando sean pronunciados correctamente.

"El término mantra proviene de man- (‘mente’) y el sufijo instrumental -tra. Se utiliza ante todo para designar las fórmulas en verso y en prosa que se pronuncian durante las ceremonias litúrgicas; esto no debe sorprendernos si consideramos que precisamente es en los rituales donde los gestos, palabras y pensamientos adquieren su máxima eficacia."

Basta de wiki.

Hace poco en mi nuevo y formidable reproductor de MP3 marca SONY puse "...And I love her" de Beatles.

Esta es la letra,hipersencilla sin más pretenciones, hecha con la intensidad de dos jóvenes en sus 20 años, pensando en quién sabe quién:


I give her all my love
That's all I do
And if you saw my love
You'd love her too
I love her

She gives me everything
And tenderly
The kiss my lover brings
She brings to me
And I love her

A love like ours
Could never die
As long as I
Have you near me

Bright are the stars that shine
Dark is the sky
I know this love of mine
Will never die
And I love her

Bright are the stars that shine
Dark is the sky
I know this love of mine
Will never die
And I love her...

Y pues confieso, y tan sólo recordar que este espacio es mitad confesión, mitad exhibición, mitad puesta en escena, mitad práctica, que esa canción desde mi no sé qué tierna edad antes de diez años, me marcó.

No hay respuesta, pero he aquí que tiene que ver "...And I love Her" con el mantra, según yo:

Pocas canciones aguantan que las escuches más de dos o tres veces seguidas. ¿para qué alguien desearía hacer esto?

Tal vez por el placer auditivo que otorga escucharlas, por tratar de entender el intrincado arreglo musical, para gozar y gozar de esos sonidos, que a mí al menos, me elevan el espíritu. Para aislarse del entorno o sencillamente para... conectar.

Quizá Stairway to Heaven de Zeppelin, quizá Hotel California de Eagles, quizá Eleanor Rigby también de los Beatles...y quizá And I Love Her.

¿Porqué ocurrió así?

Ni idea, pero he aquí, que cada tanto, escuchar la guitarra española de George Harrison y los bongos de Ringo, no me son suficientes.

2 minutos con 38 segundos no bastan, verla en la película de A Hard Day's Night es un regalo más de esa espléndida película, que veo cada tanto tiempo para también gozar de ese clásico menor del cine.



(Además que la dirección de Richard Lester, de ese segmento en particular, es virtuosa, y que lo malo, entre comillas, es que hay varios segmentos de la película que lo son y que estoy seguro que por eso se "pierde" entre los demás.)

Ya, para terminar, canción romántica como pocas, de entrega total, nula lógica, que te lleva a dominios desconocidos, insondables, donde no hay explicación que valga. Donde la locura del amor existe, donde no hay mañana, donde se juran eternidades, donde las almas se reúnen, donde los fuegos y las pasiones se avivan, sensorialmente, te van llevando hacia todo esa región recóndita, privada, muchas veces inalcanzable del imperio de los sentidos...

Así que hace poco la escuche no menos de 20 veces, con la guitarra de Harrison entrando con esos acordes simples y sencillos, con la voz de Paul, acompañamientos de Lennon y de Starr, y con un final más rápido... para volver a escuchar el comienzo, así es, la escuché 20 veces o más...

Fue tratar de entender con este mantra moderno el Nirvana, el cielo meditable, y si lo hacen con oraciones religiosas de diferente índole, con comerciales, con sonsonetes en el radio, así que la repetición de esta canción, y tómenlo con una pizca de sal como mi excentricidad, fue maravillosa.

Nunca he probado drogas o cigarro o tomado alcohol (así es), pero la música y está música, me lleva a alturas donde existe esa gracia, de querer asir la belleza aural, letra y música, insisto, en su equivalente, como decía aquél comercial sobre sonido, no recuerdo si de cassetes o de equipos, a su equivalente, repito, de un eargasm.

Oh sí.

Muy navideño,no tanto. Pero los pequeños placeres están al alcance de muchos, si tan sólo pudiéramos mirarlos, y escucharlos y sentirlos...

Buen lunes, falta un día para navidad y y y y la vida sigue.

El Azar y el Libre Albedrío



El azar como designio de las vidas de las personas. 

Destino establecido o Libre Albedrío.

O crees en el azar y sus designios o crees que todo lo que te sucede es designio de Dios, o estás en un  universo determinístico mirando hacia atrás (nunca hubo opción) o estas en un universo controlado, fijo con todos tus derroteros ya previstos por una entidad no divina llamada, el destino.

Así las cosas, no hay culpables, no hay decisiones, todo está previsto. Somos prisioneros del destino.

O será como Jan Valtin, aquél ya desconocido escritor de La Noche Quedó Atrás, eres el capitán de tu propio destino que sigue a la estrella que te muestra el camino.

A menos que seas lector de cartas o de lo oculto o de la ouija o de los boletos del metro, tu futuro yace entre nubes oscuras y no sabes si algún día saldrá el sol o no. Si lloverá o no. Si nevará o no. 

El New Yorker lo previó: En internet nadie sabrá que podrías ser un perro y en el próximo futuro tus cosas, tu refrigerador, tu carro, tu televisión, tu entorno estará en internet y no sabrás que es un refrigerador o un carro o una televisión el/ella/ello/eso que te manda el mensaje: (¡Rápido, compra huevos, leche y la miel que se están acabando! ¡Qué mal manejas, te dije 100 metros y vuelta a la derecha, menso! ¡Ahora regrésate!).

Robert Frost decía lo del camino menos recorrido, que nunca lo sabremos. Y quizá lo añoraremos. Añoranzas virtuales.

Agrégale que el GPS le está diciendo a la gente la ruta más corta, elimina las posibilidades de ver los atractivos inesperados. 

Estar en Amazon es ver muchos libros, click a click, mouse a mouse, pero no hay más maravilla que caminar por unos pasillos de una librería y ver libros y tomarlos y sentirse lleno del tema de LA SORPRESA.

Libros en oferta de tu autor favorito, ya antiguos, libros que piden a gritos ¡llévame!

Eso no sucede en Amazon.

O ver lo que come el otro en algún restaurant. O estar en el lugar que de plano ves las franquicias usuales y de pronto tomas la ruta equivocada y llegas a una plaza llena de restaurancitos en los que hay de todos guisos. Y los hueles y los ves y te da codicia alimenticia, los quieres.

Esa es la experiencia sensorial.

Es darle al botón de "¡Quiero probar suerte!". Es estar en un mapa y de plano tirar un dardo (si se pudiera, ok). Es tratar a un autor nuevo. 

Es pensar que sí eres capaz de analizar situaciones y tomar mejores decisiones.

Es prevenir y preveer, es estar consciente y cuando esté la posibilidad del azar, esperar lo mejor, algo bueno puede salir.

Es "a ver qué pasa mañana" pero esperarlo con ansiedad y gusto, nunca con miedo y con el temor que las cosas pueden no salir.

Es ir por todos esos gigantes, Facebook, Linkedin, Google, Amazon, IMDB y seguir explorando y explorando y tener curiosidad.

Y nunca dejar de tener curiosidad.

El universo aguarda. Y como ese ya muy desconocido Jan Valtin, tal vez seas no el arquitecto tal vez, pero sí el capitán de tu propio destino.

Pasen buen 20 de diciembre.

(Y extrañaremos al Mago Septién, hombre genial.)

La vida viene, como olas. O te lleva o te clavas en ella.

Decidelo.

Todas las bebidas, todas las vacunas, todas las opciones, ok, no todas. 


Decide una.

La serendipia amenazada.


Serendipia es la chiripa en nahuatl. Ok, no es nahuatl, pero sort of. Ok, no sort of, pero es similar.

Serendipia es el encuentro casual. Donde impera la suerte, donde llega el azar.

El navegar por la red, desde el primer día de los tiempos, ha sido una tarea azarosa.

Y menciono azarosa no como sinónimo de peligrosa, sino literal: el azar nos gobierna, nos maneja, nos va llevando por aquí y por allá en los temas de la World Wide Web. La gran Ancha Red Mundial (raro si la lees así, ¿no?).

Esto es como un gran árbol con mil ramas o gran bosque con mil árboles, o gran metabosque con mil bosques.. 

Hay por eso una tendencia a la curiosidad, ¿qué hay detrás de esa esquina, de esa rama, de ese website, de esos otras ligas o links o enlaces que Google me dice que existen, los que están en la página 3 de las 28 que aparecieron pero con las primeras tuve?

El tiempo o la premura impiden viajar más allá, curiosear ese blog, ver ese reporte, mirujear ese otro website de esa organización, de esa universidad, de esa persona, de ese grupo, de esa agencia, de ese poblado, de esa región, de ese otro país, en ese otro idioma.

El tiempo restringe, el tiempo es el que gobierna, nos maneja, nos controla, más que el azar. 

Los encuentros casuales se reducen, no hay chiripa, no hay serendipia, no hay accidente feliz.

Sumémosle los algoritmos malditos.

Los algoritmos son las rutinas que no estás viendo, que tú estás alimentando según avanzas por esas ramas tecnológicas, por esos bosques electrónicos. Son las migajas de Hansel y Gretel que vas dejando no tanto para indicar tu camino de regreso sino las que normalmente forman tu rastro en internet.

De ese modo llegas a un Amazon y ves CIERTO TIPO de libros, en IMDB, CIERTO TIPO de películas, en LinkedIn, CIERTO TIPO de contactos, en Facebook, CIERTO TIPO de amigos, en Pinterest, CIERTO TIPO de preferencias de imágenes.

De ese modo, esos algoritmos, usando tus conductas QUE ELLOS HAN REGISTRADO UTILIZANDO TUS COOKIES EN TU PROPIA CUENTA: tus  modos, tus PREFERENCIAS, te van SUGIRIENDO libros COMO LOS QUE YA LEES, amigos COMO LOS QUE YA TIENES, contactos COMO LOS QUE YA FRECUENTAS, películas COMO LAS QUE YA VISTE O CONSULTASTE, dando como resultado un MUNDO MUY A TU MEDIDA, PERO SIN SORPRESAS, totalmente familiar, totalmente en tu zona de confort.

El azar con todas sus vueltas y recovecos y desvíos gracias a la FORTUNA, Emperatriz del Mundo, Carl Orff y Carmina Burana dixit, en Internet corre el riesgo de no aparecerse cuando por decir en la cuarta página de esa búsqueda de Google que hiciste, está la gran oferta, está el gran descubrimiento, está la gran persona, el gran tema, la gran novela, el gran website que pudo, puede, podrá o más bien en ese futuro subjuntivo no se qué, PODRÍA o en su negación, NO PODRÍA YA JAMÁS, cambiarte el sentido de toda tu experiencia.

Así, con esos algoritmos, no hay motivos a sorpresas, al gran encuentro fortuito, al gran momento de la verdad inesperado, a tu posible cambio de vida, gracias a que no le hiciste caso a esas preferencias que nuestros aparentes amigos, GOOGLE, FACEBOOK, AMAZON, LINKEDIN  y demás seguidores menores, que sí, están tomando su parte como dioses de la mitología, con sus caprichos, con sus decisiones vanidosas, desconocidas, que esperan seguir conociendo de nuestras migajas digitales, cookies, de todos nosotros, ignorantes Hansels y Gretels, que alegremente vamos por las calles de la gran ciudad tecnológica, enredados felices en su red, red-undantemente dicho.

¿Cómo evitar esto? Ahorita, ni idea, pero mañana pensaré en algo.

Pasen su buen día, ustedes lo hacen, aún con el Azar por sobre nosotros, ayuda que pensemos en el camino, que anticipemos las circunstancias, que prevengamos con los sentidos de la percepción puestos al máximo. 

Disminuyamos los riesgos, pero pensemos, el azar no es del todo malo. 

La vida está llena de sorpresas. La vida es una tom-tom-tombola, Mona Bell también dixit (totalmente desconocida ya para todos, lamentablemente).

Y sólo recordar que la vida es más extraña, más extraña que la ficción.

Hoy en la tarde, hay Letras y Bengalas en el Fondo de Cultura Económica en la Librería Fray Servando Teresa de Mier, los espero, a los que puedan, con ansias azarosas. Habrá sorpresas y el azar aparecerá.

Cuidense... Ya es 19 de diciembre. Uf.




2014: año de Cortazar

Pues 2014 viene del futuro fuerte llegando como locomotora y es el año de Octavio Paz y de Julio Cortazar.

Y si te gusta leer y no los has leído debes empezar ya. Si lo haces me lo agradecerás, y tú mismo te lo agradecerás más y dirás, ¿porqué no lo leí antes?




Primero Cortazar, Rayuela:


"Nunca te llevé a que madame Léonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro. De manera que nunca te llevé a que madame Léonie, Maga; y sé, porque me lo dijiste, que a vos no te gustaba que yo te viese entrar en la pequeña librería de la rue de Verneuil, donde un anciano agobiado hace miles de fichas y sabe todo lo que puede saberse sobre historiografía."

Supimos de ella en preparatoria, y nos asustaron, la anti-novela, complejísima, extraña, sin sentido, sin secuencia, loca, rara, difícil.

Tiene su rara guía para que la puedas leer:


73 - 1 - 2 - 116 - 3 - 84 - 4 - 71 - 5 - 81 - 74 - 6 - 7 - 8 - 93 - 68 - 9 - 104 - 10 - 65 - 11 - 136 - 12 106 - 13 - 115 - 14 - 114 - 117 - 15 - 120 - 16 - 137 - 17 - 97 - 18 - 153 - 19 - 90 - 20 - 126 - 21 79 - 22 - 62 - 23 - 124 - 128 - 24 - 134 - 25 - 141 - 60 - 26 - 109 - 27 - 28 - 130 - 151 - 152 - 143 100 - 76 - 101 - 144 - 92 - 103 - 108 - 64 - 155 - 123 -145 - 122 - 112 - 154 - 85 - 150 - 95 - 146 29 - 107 - 113 - 30 - 57 - 70 - 147 - 31 - 32 - 132 - 61 - 33 - 67 - 83 - 142 - 34 - 87 - 105 - 96 - 94 91 - 82 - 99 - 35 - 121 - 36 - 37 - 98 - 38 - 39 - 86 - 78 - 40 - 59 - 41 - 148 - 42 - 75 - 43 - 125- 44 102 - 45 - 80 - 46 - 47 - 110 - 48 - 111 - 49 - 118 - 50 - 119 - 51 - 69 - 52 - 89 - 53 - 66 - 149 - 54 129 - 139 - 133 - 40 - 138 - 127 - 56 - 135 - 63 - 88 - 72 - 77 - 131 - 58 - 131

Así, muy campante, te decían, no la leas necesariamente así: 1-2-3-4... sino de la manera dicha arriba.

¿Complejidad innecesaria? ¿Truco de una sola vez?

"Y mirá que apenas nos conocíamos y ya la vida urdía lo necesario para desencontrarnos minuciosamente. Como no sabías disimular me di cuenta en seguida de que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos,y entonces primero cosas como estrellas amarillas (moviéndose en una jalea de terciopelo), luego saltos rojos del humor y de las horas, ingreso paulatino en un mundo-Maga que era la torpeza y la confusión pero también helechos con la firma de la araña Klee, el circo Miró, los espejos de ceniza Vieira da Silva, un mundo donde te movías como un caballo de ajedrez que se moviera como una torre que se moviera como un alfil.."


El punto es que la leí hace como 12 años y me maravillé y me dije que idiota fui por no haberla leído antes, no sé si las cosas llegan en su momento justo o no, pero siento que sí, la debí haberla leído antes para haberla seguido leyendo siempre.

"No estábamos enamorados, hacíamos el amor con un virtuosismo desapegado y crítico, pero después caíamos en silencios terribles y la espuma de los vasos de cerveza se iba poniendo como estopa, se entibiaba y contraía mientras nos mirábamos y sentíamos que eso era el tiempo. La Maga acababa por levantarse y daba inútiles vueltas por la pieza. Más de una vez la vi admirar su cuerpo en el espejo, tomarse los senos con las manos como las estatuillas sirias y pasarse los ojos por la piel en una lenta caricia. Nunca pude resistir al deseo de llamarla a mi lado, sentirla caer poco a poco sobre mí, desdoblarse otra vez después de haber estado por un momento tan sola y tan enamorada frente a la eternidad de su cuerpo."

Se dice que en literatura hispana o eres Borgiano o eres Cortazariano, yo soy del último sin dejar de leer a Borges. 

Hay que maravillarse con los dos, los párrafos de arriba los acabo de redescubrir por culpa de mi Tablet Maizoro Plus y lo afirmo y lo reafirmo, es una explosión de palabras, un paraíso celestial.

Escribiré más del señor Julio Cortazar, por hoy bastan los tres párrafos de arriba.

Y eso que los tres aparecen antes de la página 12 del libro.

Léase lo anterior despacio, para ver si este entremes no pone interés para disfrutar el banquete de sensaciones que es Rayuela.

Pasen buen día, hoy sólo es 17 de Diciembre, no hay que temer.

Todas las bebidas... con moderación...