El Diario Estoico, 8 de noviembre, Mes de la Aceptación y de amar lo ocurrido
“Recuerda que eres un actor en una obra de teatro, que
interpretas a un personaje de acuerdo con la voluntad del dramaturgo; si es una
obra corta, entonces es corta; si es largo, largo.
Si él desea que interpretes al mendigo, juega bien incluso
ese papel, como lo harías si fuera un lisiado, un jefe o una persona común.
Pues este es tu deber, realizar bien el personaje que te ha
sido asignado. Esa asignación pertenece a otro ”.
—EPICTETO, ENCHIRIDION, 17
Marco Aurelio no quería ser emperador.
No era un político que buscaba un cargo, y no era un
verdadero heredero al trono.
Por lo que podemos deducir de sus cartas y de la historia,
lo que realmente quería era ser filósofo.
Pero la poderosa élite de Roma, incluido el emperador
Adriano, vio algo en él.
Preparado para el poder, Marcus fue adoptado y puesto en
fila para el trono porque sabían que él podía manejarlo.
Mientras tanto, Epicteto vivió gran parte de su vida como
esclavo y fue perseguido por sus enseñanzas filosóficas. Ambos hicieron
bastante con los roles que se les asignaron.
Nuestra posición en la vida puede ser tan aleatoria como una
tirada de dados. Algunos de nosotros nacemos en privilegios, otros en
adversidad.
A veces, se nos brindan exactamente las oportunidades que
queremos. En otras ocasiones tenemos un golpe de suerte, pero para nosotros se
siente como una carga.
Los estoicos nos recuerdan que cualquier cosa que nos suceda
hoy o en el transcurso de nuestras vidas, dondequiera que nos encontremos en el
espectro intelectual, social o físico, nuestro trabajo no es quejarnos o
lamentarnos de nuestra difícil situación, sino hacer lo mejor que podamos para
aceptarlo y cumplirlo. ¿Todavía hay espacio para la flexibilidad o la ambición?
¡Por supuesto!
La historia del escenario está plagada de historias de
pequeñas partes que se convirtieron en papeles protagónicos y personajes
imborrables que se expandieron en futuras adaptaciones.
Pero incluso esto comienza con la aceptación y la comprensión,
y el deseo de sobresalir en lo que se nos ha asignado.
***
Del Libro "El Diario Estoico, 366 meditaciones sobre
sabiduría, perseverancia, y el arte de la vida", "Destacando nuevas
traducciones de Séneca, Epicteto y Marco Aurelio", de Ryan Holiday, 2016.
Traducido sin permiso, por alguien que sabe que Shakespeare, sí, ese mero, el que escribe obras, sí, el famoso, escribió:
"Todo el
mundo es un escenario/ Y todos los hombres y mujeres meros actores/Tienen sus
salidas y entradas /Y un hombre en su vida interpreta muchos roles...".
La vida tiene muchos bemoles y no sé cuál sería el
antagónico o el antónimo de bemoles, pero me expliqué. Como dijimos en el
anterior acerca de la fortuna de lo de Carmina Burana, algunas veces arriba,
otras abajo, también está así una canción de aquél grupo llamado Blood Sweat
and Tears, llamada similar, o sea, nada nuevo bajo el sol. Sigan su camino
señores que la sabiduría está en todas partes, cuestión de mirar debajo de las
piedras correctas.
Marco Aurelio no quiso ser emperador, se entiende, es algo
así como ser el hombre más poderoso de Roma cuando Roma era la más poderosa del
mundo conocido, de hecho yo tampoco hubiera querido ser el hombre más poderoso,
muchas responsabilidades, mucha tierra que recorrer, desfiles, mujeres, juego,
drogas, vino, y lo demás pura perdición. Quizá preferiría ser el 5to o el 6to,
no soy tan ambicioso, como sea te jubilas a los 48, como si fueras de los de
Telmex, de los de antes, eso de ser alto directivo del mundo romano como que no
se me da, estos rangos menores por lo mismo traen menos responsabilidades, mas
vacaciones, más aguinaldo, dicen. Nada de "Sic Transit Gloria Mundi",
las "Glorias del Mundo son Transitorias", esas son para el número 1,
para el número 5 o 6, nadie dice nada, afortunadamente.
¿Ven mi modestia? ¿Hasta dónde puede alcanzar? Me sorprendo.
A eso se refiere Epicteto, ¿o fue Marco Aurelio, quién escribió esto?
Sí a mí me toca ser Secretario o Director, muy humildemente
lo acepto, ese es el rol que se me asignó, así lo quiere Dios, así lo quiero
yo, que sea su voluntad, ¿quién como yo puedo oponerme a tales designios? Me
pongo la bandera como Sor Juana, me envuelvo en ella y casi me tiro, por eso,
es solo el drama, sí, digo, yo acepto, el peor de todos, no alejen de mí mucho
este caliz que esta es la voluntad de dios o de los dioses. O la de Láquesis,
caramba, que aquí no se discriminan los dioses por más desconocidos que sean,
pos estos. Asílascosas.
#diarioestoico
No hay comentarios.:
Publicar un comentario