Si lo tuyo es colaborar --- > Buy Me a Coffee

viernes, noviembre 07, 2025

1016. Estoy en mi minicuarto. ¡El agua está entrando! ¡Se descuidaron! ¡Tener que secar todo! /// Luis Eduardo García, todos los derechos reservados.

NnCt 1,016 de 1,440 cuartos de esta zona que solo son como ataúdes japoneses glorificados con aire acondicionado y sin espacio para levantarse siquiera.///

NO TAN MICRORRELATO 1016 EL DE LA EXPLORACIÓN DE MIS LÍMITES CORPORALES

Hilda, todo porque ya no hay espacio porque, o lo contaminaron todo o lo llenaron de agua y hay espacios donde uno se puede quedar sin problemas conectado y seco, con la biblioteca enorme de los dieciocho libros que podemos leer una y otra vez hasta cansarnos, lo que es maravilloso, porque el conocimiento está a nuestro alcance, el conocimiento que siempre ha probado ser resbaloso, diluido como agua en tus manos que deseo besar y lamer tus dedos, del que no sabemos que sea el correcto o que sea el suficiente, o el que deseamos que nos diga qué son esas sombras en la luna, qué son los sonidos del bosque, si son de ranas diminutas verdes exponencialmente venenosas, o el que nos quite o reduzca o dé luz a lo misterioso que hay en la oscuridad porque sí algo hay en la oscuridad, Hilda, se escucha que algo ahí repta, repele, repugna, respira, que algo tiene ansiedad ahí dentro y hambre, mucha hambre y desesperación que le causa rabia probablemente y es uno de mis mayores temores, que todo lo que imagino aunque sean segundos sea verdad o se haga verdad por una magia que yo posea desconocida, cómo lo que me pasó hace cuarenta años cuando iba a ver a Carmen a su casa y pasaba por el parque de Mississippi Poniente, el feo, el solitario, el que está cerca de donde dicen que hubo un cementerio de chinos, cerca de donde Salvador o Sebastián no recuerdo el nombre y que era de los peores villanos del CUM que hubiera escuchado y creéme Hilda, sé de los Bullyes malditos del Regio, sobre todo Bortoni el Oscuro que cuando caminaba salía humo negro a su paso, tétrico, lóbrego, umbroso, malvado, mefítico, tenebroso y así era Sebastián, que me dijo que de pasatiempo se cortaba las venas con navaja de rasurar Gillette, de las antiguas y me sonreía, y me dijo que para salir del paso con Carmen a la que consideraba todavía su novia y yo ni sabía, Hilda, ni sabía, de haber sabido ni me metía con la loca, así hubiera descubierto sus estándares, claro que yo cumplía con ellos y en eso no había nada que yo pudiera salir bien en esa comparación insana, e Hilda, sí me lo dijo, que si nos la jugábamos al ajedrez, y que el que perdiese se fuera para siempre de la zona, no sé qué tamaño sería la zona, no entendía nada. 

Obvio, gané porque nunca supe más de él, pero a resultas de lo que ocurrió debí haber ganado, Sebastián, tú ganaste, ¿dónde estás?, ¡tú ganaste, maldito, me echaste a perder la vida, maldito Sebastián!

Pero, Hilda, no te vayas, no te quería decir de esto, perdona mi exabrupto, no, quédate, lo que te quería decir de ese parque, porque no queriendo había en medio un Árbol del mal al centro, al lado de una viejita tienda que nunca vi funcionando, no sé cómo es que sabía que era un Árbol del mal, pero lo era, y así fue, invoqué que algo, un ser, un muerto, no sé qué creatura, se abría paso dentro del árbol, un ser del que primero vi que aparecía su mano de un agujero donde hubiera habido una rama queriendo salir, luchando con todo para salir, posiblemente ese brazo estaba lleno de sudor y de tierra de árbol, y posiblemente hubiera estado enterrada ahí, pero algo pasó y precisamente cuando pasé quiso aparecerse, sí, demasiada sincronía, fue mi culpa y la de Sebastián probablemente y me encantaría decirte que realmente fue lo que pasó después, si salió un cuerpo del árbol ese, pero tuve tanto terror que mejor me quedé en la duda, Hilda, pero no sé, porque corrí muchísimo y en eso llegué a casa de Carmen a quien yo me la había ganado al Sebastián maldito!! ¡Ojalá te estés pudriendo en el infierno, te lo deseo, maldito perdedor!

Pero, Hilda, no te vayas, ya me calmé y el tema es que algo se rompió o se tronó o falló en este refugio y entró el agua y no sé qué ocurrirá, ni cuanto nos tardaremos en secarlo todo... Los gatos como siempre nunca se enteran de nada porque ellos viven en los niveles superiores y ahí nunca pasa nada, pero Hilda, te prometí un lugar donde vivir porque el tuyo, Hilda, está demasiado lejos y así no puedo, nuestro amor tiene un límite geográfico y temporal. No puedo ir a tu lugar en donde vives porque lo que tardo yo en llegar hasta tu casa rodeada de montañas, lo que tardo en regresar desde tu casa rodeada de montañas, pues, antes de llegar contigo a que me abras la puerta, con tu ventana abierta con esa hermosa vista desde tu casa rodeada de montañas y en eso mirar tus propias montañas y vados y colinas y cavidades y valles y montes, ¡porque Venus lo quiso! y así sentirte, acariciarte, sentir las oleadas diabólicas y angelicales del más profundo de los deseos, la lujuria y la necesidad absoluta de posesión y desnudarte y amarte, y cuando llegase a ese momento antes de siquiera pensar ese deseo, de tan lejos tu casa con esa vista de las montañas de la cual está rodeada, ya me tendría que estar regresando, en ese tiempo negativo, porque se comprende que los dioses del amor son burlones, traicioneros desleales. Y este tu espacio, Hilda, o el mío, seco, cálido, amoroso, que podría oler a esencias de sándalo y a oleadas húmedas, olas de tormenta de tu sexo, no aguantamos mucho por mucho tiempo y porque nos hemos prometido que seríamos medidos, pero las acrobacias, Hilda, las acrobacias son para hacerlas a todo galope, pero en mi pequeño espacio, en el que a duras penas caben dieciocho libros de un conocimiento del que no sé qué es cierto, y que no me convence, y esas nuestras acrobacias en mi lugar, refugio, es como planeadas y como si fueran telegrafiadas lo cual eso mata la aventura y la aventura muerta mata al amor y pues si ya no hay amor, Hilda, no quiero importunar, pero, ¿no tendrás alguna amiga cálida por este mi rumbo en donde solo caben dieciocho libros? Antes de que salga el afecto, Hilda, antes de que salga el amor, porque el amor todo lo traba, Hilda, todo lo traba. Recojamos pérdidas, seamos sabios, seamos amigos por siempre y alegrémonos que la tormenta no llegó. Sabía que serías comprensiva, cielo, perdón, Hilda. Lo sabía. 

Pero Hilda, no te vayas, , solo decirte que de Sebastián no sé nada, chance ande jugando por ahí golf con sus amistades del Sierra Madre en algún torneo de beneficio de no sé qué terremoto o inundación o incendio y haya dejado de cortarse los brazos con las Gillette. Al final aprendí que creces, maduras y perdonas. Ya lo perdoné. Creo. Te aviso, me falta por crecer y madurar. Sí, me buscas. Comprensiva, eres comprensiva. Soy afortunado por tenerte de amiga. Hilda. ¿Hilda?/// 1016


1015. Espera en el café. Nada afuera. Ya diez meses. Y no hay Splenda. Alguien tendrá que salir. // LuisEduardo García, todos los derechos reservados.

NnCt 1,015 de 1,440 cajas, toneladas de Splenda del mundo dulce amable, por los ositos cariñositos del Fisher Price, por tanta cosa bella y agradable del Universo dulzoso, te rogamos señor.///

MICRORRELATO 1015 EL DE TODO LO QUE NECESITAS ES EDULCORANTE CANCER-FREE

Ofelia, ¿estás ahí? Toca la clave para saber si eres tú… perfecto, sí eres tú. Bueno, te comentaba Ofelia, mis reflexiones, espero que no me grabes, es complicado llegar a esto y que luego te expongan y sea un tema de vulnerabilidad en el futuro, que por la dulzocidad del mundo es la que importa porque la vida es como ese mundo de juguete donde el mal no existe, ni lo que es, lo que haya sido, lo que será, emanado del mal ni de su creador... así el tema es cuando te habitúas a un sabor y no lo hagas, joven que me lees, Ofelia, ¿nos estará leyendo alguien? Supongamos que sí, Ofelia, que es un lector que se viste medieval, de 23 años, que no tiene acceso a temas de electrónica, que confía en lo que le dicen sus mayores y que su alma cuando ya no esté se la llevará Jesús a un lugar mejor que éste… Y le diré, No, joven, no seas codependientoso de una sustancia como es el Canderel, perdón, el Splenda, ¿ves? Ofelia, lo tengo marcado dentro de mí, ni modo, esa es la historia y en momentos la desesperación es tan grande que irás a la oscuridad a reptar incluso para buscar más de ella, porque el café, el rico café, solo se encuentra en su dimensión correcta, con el Splenda en su dosis y esa noche que me aventuré en la oscuridad, empezaba la tormenta y en un rayo, el único rayo solitario, vi como dos mil ojos me miraban, Ofelia, y no eran amigos, no, esos mil gatos no eran mis amigos, por eso volver con el Splenda para mí y mis amigos iba a costarme, mucho iba a costarme... Pero es que yo soy generoso, Ofelia, la generosidad es para mí ciega, hago el bien sin ver a quien, yo sí creo en evitar la Tragedia de los Comunes, yo sí creo en el Gen Egoísta, debo ayudar a las personas en la mañana, y que me conozcan a la luz, para que en la noche, cuando andemos sin luz, no me golpeen. Esa gente es rabiosa, resentida, te ve diferente y les crea envidia, soy el Otro y Jean Paul Sartre dice que el infierno son los Otros y yo soy su infierno, lo decía, creo, en algún momento finisecular, Plastilina Mosh. La maldad de la gente se da cuando el corazón deja de ver, lo sabes, Ofelia, deja de sentir, es una tradición o un mandamiento o un artículo transitivo de la Nueva Constitución de esta la Sexta Transformación Ahora Sí, esta es la Buena, pero valió la pena porque el café no me sabe a nada sin dulce y sí, sé que seré escupido del cielo de inmediato porque soy tibio, Ofelia, y me lo advirtieron, mil mujeres me lo dijeron, me taladraron el cerebro con ese tema, no, no son mil mujeres, ni cien, pero no puedo darte el dato exacto, lo desconozco, sí, pueden haber sido tres, o trescientos, el detalle doloroso, infernal es que el cielo nos escupe, por tibios, porque nunca nos comprometemos, ni a los hijos ni a los padres ni a la nación, pero, Ofelia, me gusta el café casi ardiendo.

 No, Ofelia, no me molesta usar la palabra “casi”. No, no siento que denigra o desmerece lo que sigue. Es solo que toda la aseveración sí merece el “casi” y Ofelia, hoy no deseo pelear, ya estoy cansado de pelear y te lo juro, seré buena persona, Ofelia, diles que ya no me peguen, parafraseando a Rulfo, diles que ya no me peguen por pedir lo que me merezco, Ofelia, solo quiero Splenda, la vida es ya demasiado dolorosa sin Splenda, dame Splenda, Ofelia, dame más Splenda. ///1015


1014. La mujer del látigo, debo evitarla, ya me cansé de ser el único semental. No es divertido. /// Luis García es quien tiene los derechos reservados de este Blog y sus entradas.

NnCt 1,014 de 1,440 puntas de un látigo que castiga y lacera y maltrata y causa dolor demasiado.//

MICRORRELATO 1014, EL DE EL LATIGO Y EL SEMENTAL REJEGO

Fanny, be tender con mi love, te dije, Fanny, pero eres terca, y yo bromista. Es un tema, te dije Fanny, que para algunos cae en el rango de lo deseado el cual no es mi caso y me lleva a analizar el tema de los rangos universales que atraviesan en todos los sentidos todas las dimensiones, similar al tema de la rana hervida, o el del veneno que está en la dosis, o sea, Fanny, que todo es de rangos, que debemos de estar en el "área segura" para poder avanzar en la vida, Fanny, por decir en un eje de -10 a 0 y de ahí a +10 y que sepas que la "zona segura" es que fluctúes en toda las conductas posibles en el famoso ni muy muy ni nada nada, dicen, así que si nos aseguramos de estar siempre en el segmento de -5 al 0 y de ahí al +5 pues ya la libramos, bueno, nos aseguramos nosotros de estar ahí y que no haya causas externas que nos saquen de esas casillas, por ello no habrá estancias desagradables en los extremos, no habrá locos extremistas que nos empujen o estiren en las zonas prohibidas, no habrá conductas inesperadas ni habrá lecturas disímbolas o fuera de la escala, gracias a Dios y a todos sus rangos que él también se comporta dentro de los mismos rangos, esperemos, Fanny, porque un Dios con poderes ilimitados no puede andar ahí, sin control, no puede andar ahí con caprichos, no puede andar ahí poniendo a prueba ni a Abraham, ni a Job, ni a Noe, ni a Lot, ni al mismo Jesús, lo cual nos pone a pensar que ese Dios, realmente le encantan los experimentos, Fanny, ¿hará lo mismo en los demás multiversos? Puede ser un Dios multiversal, nadie me ha dicho de lo contrario, Fanny, que diga, “en este universo haré lo que quiera, en el otro no, para que me hagan su líder eterno, y en aquél seré, ¿por qué no? Un Gato, sí, un Gato…” 

Por eso, Fanny, ve como los gatos son como creaturas fuera de este mundo que se ríen de los rangos y de las escalas y de la misma dirección de ellas, tal como lo hace el Gato de Cheshire, el de Alicia, claro, que hasta puede desaparecer y sólo quedaría, su... sonrisa... y Fanny, no es sencillo ser usado semental para tener bebés, no, nada, Fanny, a uno lo usan, uno es el objeto, lo divertido del sexo es que sea espontáneo, casual, misterioso, malicioso, pero cuando te obligan para tener bebés se pierde lo anterior, más cuando hay un látigo de por medio, más cuando hay orden, más cuando hay castigo, o una gran amenaza de perdido, espada de Damocles, no, cuando el placer se convierte en temas de horario o cita se vuelve trabajo, se vuelve obligación, Fanny, y por eso me niego, Fanny, a penetrarte y fecundarte y tú bien sabes que no lo haré aunque me pegues con ese látigo que sabes manejar tan bien… y así Fanny, no soy ni seré la rana hervida que la están hirviendo sin que sepa qué le está ocurriendo y no me saldré de mi rango de confort, de mi -5 a 0 a +5 de ese modo no aceptaré ya nada de ustedes más, ya son varios años y hagan lo que quieran, no me pueden amenazar con los niños, si es que todavía son niños y que jamás los volví a ver a ninguno de ellos o ellas, en conclusión, esos bebés no los siento míos, no siento nada por ellos ni por todas las mujeres que fecundé obligado por tu látigo porque entiende, Fanny, llega el día que dices ¡basta! Fanny, así las cosas… 

Bueno, no sé, Fanny, no sé, deja lo pienso, ahora deja la comida ahí y sé que tu turno es el martes, así que por favor, si, vuelve el martes, sí, pasado mañana, quizá para entonces ya habré cambiado de humor. Los rangos, Fanny, piensa en los rangos. Todo está en los rangos. Dios está en ellos, uno de ellos, al menos, o el mismo super Dios, el dios de todos los dioses, está en ellos. 

Y Fanny, no olvides a los Bee Gees, y sé tierno con mi amor.//1014  


1013. Calores que nos devoran, el infierno estaba lejos, Mercurio salió de órbita. Mi piel hierve. /// Escrito por Luis Eduardo García y that's enough.

NnCt 1,013 de 1,440 grados de calor que difícilmente sentiremos porque estaríamos muertos desde hacía mucho.///

MICRORRELATO 1013 EL DE TU CÁLIDO AMOR Y TUS TENAZAS TAN RUGOSAS.

Pero bueno, Marina, a los 48 grados de ahorita con el solazo actual uno se da una leve idea de lo que es un calor de 54 grados que es el que dicen que hay en Mexicali, pero bueno, es parte del show, tal como decía Laura Pacheco, aquí nos tocó vivir. Es lo que pensaba ahorita cuando se sentían los calores ¿en qué momento los ancestros decidieron emigrar por temas de subsistencia, llámese dinero, salud, sobrevivencia, falta de agua, o de plano, calor? ¿en qué momento se toma la decisión? ¿Al llegar a qué grado en tantos cuantos días? Lo de la rana hervida, ¿es real? Alguien está probando nuestro aguante? Marina, te lo he dicho antes, ¿somos un experimento? Tengo cierta creencia al respecto. ¿Alguien nos programó para un viaje a una estrella cercana? Tengo mis dudas… 

O ¿es Dios quien está detrás? Y perdóname el desafío a tus creencias. No es desafío, lo prometo. ¿Algo que algún personaje bíblico estúpidamente lo retó y la estamos pagando? ¿De eso se trata? ¿O son los dos dioses contrarios antagónicos, Bien contra el Mal, que están jugando por nosotros? Y nosotros en medio. Yuval Harari lo ha dicho, te conté del libro, el de Sapiens, pero nunca me haces caso, menos con este calor. Son excusas a veces pienso para ganar no sé, argumentos o tiempo. Alguien ganará y no sé quién, no sabemos, nadie lo sabe, Marina… Y digo, en el caso de Mercurio es obvio, ¿no? 

Ahí de seguro ganó el Diablo. Y es que, Marina, todo es un pequeño equilibrio. Siempre estamos al borde de caer a los dos precipicios y siento a veces que soy el único que se preocupa. Y aquí en Tierra estamos en ese compás de espera en el que no queremos ni los calores, ni los infiernos, solo queremos una noche tranquila en la que esté tu café, Marina, o bebida y programa que estás esperando toda la semana y en una esquina oscura, los gatitos que sigan queriendo conquistar al mundo... que sé que los amas, Marina, pero te cuento también que tengo esa pesadilla recurrente, la… esa extraña, la que tengo una conversación contigo en otro lugar y veo sombras difusas y movimientos extraños y sí, me has dicho de ese lugar, Marina, y tal vez no eres Marina, pero me da esa sensación de que lo eres, pero solo sé que estoy en observación mientras me envían a otra misión, así les llaman, ¿tú crees, Marina? y sé que tienes permiso de 90/100 para poder saber de todas las seguridades y por eso te puedo decir de mis mil enfrentamientos con esos, con los humanos terribles que dominan la superficie allá arriba y que poco a poco iremos ganando a través de los vientres de nuestras hembras que desovarán en tormenta por toda su superficie llena de maldad, por eso te prometo Marina, que un día todo este como ellos le llaman, Planeta Tierra, en su superficie, será nuestro, te lo prometo, y así sueño, Marina, despierto buscándome seis patas, mil ojos, mandíbulas, algo como un exoesqueleto así como una Metamorfosis de Kafka mas moderna si es que me lo permites decir tal herejía y volviendo a ti, Marina, sé de tu debilidad, sé de ti lo que has querido que sepa y no habrá nunca nada que me detenga para obtener tu amor, ni las llamas del sol, ni las del mismo infierno, corazón cálido, mío, mío, mía. 

Por los siglos cálidos calientes ardientes por venir por arriba de esta superficie y por debajo, también, Marina, tantos túneles por conocer, te gustarán los túneles, Marina, te fascinarán los túneles, lo sé, sé que te gustarán, siempre te gustarán. Siempre.///1013 


1012. Tanto tiempo y de pronto solos, nos quitamos el cubrebocas. Nos poseímos al instante. /// Derechos reservados Luis Eduardo García

NnCt 1,012 de 1,440 días que esperé con el cubrebocas sin poder quitárnoslo nadie so pena de excomunión y que cada uno de esos 1,440 días te miré y te desee, te imaginé sin cubrebocas y me estremecí pensando que como sea Dios se va a enojar mucho con nosotros.///

MICRORRELATO 1012 EL DEL CUBREBOCAS DEL DESEO

Y, Sonia, sólo había visto tus ojos y tú a mí y nos tropezamos un día en ese pasillo de la clínica, fuiste a hacerte análisis y yo también y nos condujeron a través de mil pasillos mil puertas, mil personas vestidas de blanco todas con cubrebocas oficiales que imponían su marcialidad,  y que nos miramos, y sí, entiende, solo nos veíamos de arriba de la nariz hacia la frente y tú hermoso cabello negro, tus cejas bellísimas y tus ojos negros, y sí, acepto, llevabas pestañas postizas, peo no importa, se acepta, sí, aumenta el impacto estético y es posible que nos haga ver a los hombres cosas que no alcanzamos a discernir y algo pasó entre los dos, algo milagroso como si se hubiera visto un arcoíris de noche, rompimos la inercia y de pronto me pasaste un papel sin que nadie mirara y era tu Facebook y tu cel, tu WhatsApp y me dijiste, con mucho cuidado, discreción, solo discreción, y así empezaron las sesiones de conversaciones en las mañanas que era el único tiempo que podías y así nos dijimos de cosas, frases, textos y sextos en los messengers apasionados y con el tiempo sin saber cómo habíamos llegado a tanto, me imaginé tus labios, me excité con tus besos, me llevé al cielo imaginando tu sonrisa, y todo porque nadie quería que nos quitáramos los cubrebocas y el misterio seguía, la maravilla de la sensualidad cubierta misteriosa, así que el gran día que la Pandemia se anunció que ya se iba, como Día de la Victoria todos celebrando, en la alegría de ese milagroso día ocurrió que como nadie veía a nadie en particular, pude robarte y te llevé a la oscuridad de un almacén toda nerviosa y yo todo nervioso y ahí con una tenue luz te miré a tus dulces ojos fabulosamente delineados por una sombra que ya la Luna la envidiaría y la quisiera para que fuera su propia y donde lo primero que hice fue quitarte el broche de detrás de cada oreja con delicadeza, con todo nerviosismo, uno, torpe como es, con la inexperiencia, nunca podrá dominar el arte de saber cómo quitar los broches de detrás pero lo hice con dificultad y así pude por fin, lentamente, controlado, lo hice, bajarte el cubrebocas y maravillarme de la vista, y ya sin nada en medio de nosotros quise pude e hice: llenarte de mis besos y fue a los minutos cuando entró más luz, y vi tus labios hermosos y  entonces sí vi tu rostro completo, pero de pronto algo pasó… y con tristeza tuve que aceptar que no te reconocí y vi al mismo tiempo tu decepción al mirar la mía propia y en ese instante nos invadió una sensación de extrañeza, de ser ajenos y así nos llenamos de pudor y decoro y en silencio busqué en el piso mi cubrebocas y me lo puse, dándote la espalda para darte espacio y que tú hicieras lo mismo y salí con él, haciendo tú lo mismo y nunca pudimos mirar atrás... en la esquina, un gato negro se relamió sus bigotes y salió a buscar comida... 

Cuando ya pasó la Pandemia, pasaron los años, en un centro comercial, sólo caminando, te vi, tus ojos, tu rostro, debiste ser tú y al rato convencido de que sí eras me preguntaba, Sonia, ¿por qué no te reconocí al principio? ¿Por qué me rehusé a detenerme o a seguirte? ¿Fue tanto mi miedo? ¿Por qué no me detuve?¿Por qué nos decepcionamos? ¿Fue tanta la idealización? Nunca lo sabré, Sonia, nunca.  

De pronto, Sonia, que ya no me escuchas, sólo querría decirte que sin ti, siento que estoy en una oscura cueva del tiempo, en la que solo cuento como van creciendo sus estalactitas, gota a gota, siglo a siglo, cada uno de todos los días. Saliste de mi narrativa vital como en disolvencia repentina y te llevaste tantos secretos en tu corazón y uno de ellos era mío.///1012


1011. En la noche miré por el espejo, era ella, mi gran amor. Tanto tiempo, fantasmas los dos. /// Escrito por Luis Eduardo García, derechos reservados todos y cada uno de ellos posibles y probables.

NnCt 1,011 de 1,440 suspiros que espero y desespero para ser respirado y aspiro a que nunca expire tu amor que una ocasión esperé y esperé en vano.///

MICRORRELATO 1011 EL DEL TREN EN VANO Y UN GATO NEGRO

Tal como el tren que vino por mí en la soledad de la estación, Ana, y yo sólo con una maleta y dentro solo un cambio de traje con la idea de que ya nunca volvería de subirme a ese tren y que yo creí, romántico que sólo era uno, que vendrías a detenerme y ya en ese instante sonaba el silbato del tren y mi corazón también redoblaba como tambor a punto de romperse y fue de impacto entender comprender realizar que nunca llegaste ni llegarías y me tuve que salir, pero antes vi que todo se pausó, de una rara manera me sentí que me quedé en medio y me llené de una inmensa angustia y ansiedad, solo sentía el viento en la mejilla y mi barba, pensé ocioso que debí haberme rasurado, pero a veces siento que eso es inútil, que era algo que te gustaba, Ana, sentirme suave, era una broma de los dos, yo te decía lo mismo, que a mí me gustabas, ya sabes de qué hablo, y al hacerlo yo, pensaba en nuestra broma, pero Ana, tantos días en silencio, yo no quise irme, pero me sentí obligado, tus preguntas, tus molestias, una vez más con lo mismo y sí, me enojé, y dije, no, ya no voy a estar contigo y eso te pesó, y te molestó, yo no sabía que el hecho de que yo, el hombre, me negara a tener… intimidad, ¿prefieres que le diga así?, pues sí, me negué, pero tú pensabas que negarme era lo peor del mundo y no es lo peor del mundo, uno como hombre, bueno, no es que yo diga, hay acción, y después no hay acción, y después sí hay, y que sea yo el que lo decida, y he pensado que, sólo te molesta que yo haya sido eso, quien lo decidió, Ana, quizá ahí cometí mi error, y esta gente que pasa a mi lado, no la conozco, no significan nada para mí, la única que significó algo para mí, eres tú, Ana, pero tal vez me equivoqué, y sé, Ana, que no me lees los pensamientos y que nunca te diste cuenta que lo hice sin pensar, pero ya que importa, ya cuando los eventos se dirigieron hacia el precipicio y solo pensé en mi silenciosa angustia y ansiedad que me duró por mucho mucho tiempo... uno es egoísta y sí, Ana, fue demasiado el tiempo, el silencio, la separación, de tanto pensar entre café y café y humo y humo y vapor y vapor… te pensé demasiado, no sé cuánto, quizá fue enfermizo, es lo correcto de la despedida de una mujer del hombre, del que fue su hombre, del que fueron uno, del que fueron años, porque nunca terminamos bien lo que empezamos y regresó a las vías de este tren de ensueño y los Rolling Stones cantan a un lado al Tren en Vano, rezando a Robert Johnson en su blueseo triste y amargado a punto de lágrimas...  cuando te sientes fracaso total y no sabes qué hacer, Ana, y el único responsable soy yo mismo. Un perro aúlla. El cielo es gris. El traje que guardo en la maleta es gris. No es el mejor traje. Y el piso está húmedo. El frío me invade. 

En eso un gato negro se abstuvo de pasar frente a mí, me sacó la vuelta, él también dudo al verme, creo, al mirar la transparencia de lo que soy, lo patético, pero me miró, se tomó el tiempo, compasivo en su único día en su vida de serlo, pensando que ya era demasiada mi mala suerte... no más, dijo, no más.... y todo, al final de la noche, Ana, que no podíamos ser más, porque, éramos fantasmas, Anna, literal, lo sabíamos, éramos fantasmas que no debimos ser corpóreos jamás, aunque en esos momentos sí te sentí y me sentiste lo más profundo posible, Ana, y así, saliendo el sol te das cuenta, me doy cuenta, que no hubo tren, no hubo silbato, no hubo nada, no hubo cielo gris, ni perro aullando, solo vapor que nada deja ver, vapor frío que te hace pensar que algo salió mal, desde mi propio nacimiento, mi propia muerte, mi propia ausencia y no existencia, Ana, y que en alguna parte de la vida o de la muerte algo salió mal, y ahora solo pienso más en los otros gatos negros que olvidaron su compasión, y que a veces descubro que me miran y se sonríen con malicia entre ellos en la complicidad de la oscuridad en esos pasillos húmedos y densos por los que me toca buscar la puerta perdida que me sacará de este limbo difuso, doloroso, espantoso, solitario, oscuro y eterno en el que tú ya nunca estarás.///1011