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viernes, octubre 31, 2025

RUMINACIONES DE AUTOR

LAS CARENCIAS DE LA VIDA, LOS EXCESOS DE LA IMAGINACIÓN, LOS DESBORDES DE LA NECESIDAD
(Escrito hace dos años, 31 de octubre de 2023)

Hace 11 días era autor, escritor, de 30 libros. Hoy ya podría decirse que soy autor de 31. 

¿Porqué fui de 30 a 31 en 11 días? 

Porque escribí tres historias: una de ellas de 6,000 palabras y la otra de 3,000, las dos en cuatro días y en siete días más, escribí la tercera, esta de 6,400, en total, 15,400 palabras. 

Y según mis medidas eso ya superé lo del Patrón Oro en lo que mide un libro para mí, y que ya hablé de eso, el Patrón de Batallas del Desierto de José Emilio Pacheco, que es su novela que mide 11,200, y como dije, la supero por 4,200 palabras.

Los libros no se cuentan, su calidad, por palabras, ya me la sé, etc., etc. 

Pero por algún lugar tienes que empezar a dimensionar las cosas.

El tema es que los libros, todos los libros, son separados por otros por el tema de la edición. Bueno, se separan también en los buenos, los malos, los caros, los baratos, los inmortales, los efímeros, los bellos, los espantosos, los favoritos, los ¿cuáles? 

En mi caso desde hace quince años nadie me edita mis libros. 

Mi nombre es Luis Eduardo García, y soy autopublicado. 

No tengo presupuesto. Son muchos, arriba de 8 ya son muchos. O arriba de 10 son muchos. O arriba de 12 son muchos. Yo tengo 31. No es presunción, es sólo asumirlo. 31 son muchos.

¿O ya no puedo escribir el 32, o autopublicarlo porque no tengo editor?

Y tengo amigos, amigas, que me han podido editar. Me lo han ofrecido, se los agradezco mucho.

Pero no tengo presupuesto para hacerlo. ¿Cómo pagarles? No sé pedir favores, ya lo he dicho públicamente. Sé hacer favores, incondicionales. Pero no sé pedir para que me hagan favores aunque me sean incondicionales. He ahí la raíz de mi problema. De mis múltiples problemas.

Sí, puedo aceptar que mis libros necesitan un mucho o un poco de edición. No lo sé con claridad. Ok, sí se necesita, lo acepto. 

Tengo mi auto estilo de edición, y probablemente no es suficiente. La teoría de la Ceguera de Taller

No vemos el herror. 

O el horror, o el error. 

Tiene que haber visión de fuera. Alguien te tiene que decir, "¡Eh! Ahí está mal!"

Y con humildad y agradecimiento aceptarlo, o contextualizarlo más.

Nunca ignorarlo.

Lectores beta, es una manera de editar. Pero es que te den su tiempo. Y los que lo hacen lo agradecemos. Leerlo uno mismo en voz alta, también. 

Siempre recuerdo que entregar un libro alguien lleva un gran poder y al mismo tiempo Spider-Man style, gran responsabilidad, gran respeto.

La gente paga con su atención, su dinero, su tiempo, su memoria, su recuerdo de si invirtió su dinero y tiempo, ¡en un libro, en tu libro, en mi libro!

Recurriendo a mi manera de explicar la vida, la que la vida es de rangos, o la teoría de Ricitos de Oro, de que vivimos o convivimos donde es correcto, si no, nos quejamos de lo poco o de lo mucho, de lo frío, de lo caliente del plato, de lo incómodo por malo a lo cómodo por…, no ahí no funciona la teoría de Ricitos de Oro, lo que es cómodo ahí te quedas, no hay repulsión por super cómodo. Es la Zona correcta.

Mi edición es… cerca de suficiente, tal vez. Porque estamos del extremo en el rango o escala de la edición insuficiente-ilegible-insultante-insolente-irrespetuosa-deficiente-ignorante, hacia la edición suficiente-correcta-justa-excelsa-maravillosa-clásica-precisa.

No pasa nada, si en mis libros se encuentran errores, se corrigen y ya. 

A veces me sorprende eso de… solo fijarse en la estructura, en la redacción… (sí, ya sé también, redacción insuficiente a veces es respeto insuficiente por el lector y su tiempo, ideas y dinero), no en las ideas, o en la chispa, como que sí, alguna gente se detiene por el ocasional “mas sin embargo”, y sí, eso es primer obstáculo para seguir avanzando la lectura. Lo acepto.

Y hay grados y grados de problemas de redacción, de los ligeros a los realmente graves.

No que se hagan las ediciones de mil ejemplares y todo se va al desastre junto con los sueños, decenas de miles de pesos. En mi caso son ediciones de 10, o 20 ejemplares, muy a la segura, si se quiere, si se me acaban y si hay errores graves y me piden más libros, hago la corrección en los siguientes 20 y así. Nadie te avienta un libro por un “más sin embargo”. 

He hecho libros de los que solo imprimo seis ejemplares. Y los hago, maqueto, imprimo, porque se puede hacer y listo. Se hacen. 

Todo suma.

Recuerdo aquella ocasión que en 1997, antes de terminar mi primera novela, iba a la mitad, se la mostré a una chica que me la pidió, así, casual, lo primero que me dijo al ver la primera página fue, “No la has tallereado, ¿verdad?”. Me sentí confundido. Y con ganas de no enseñarla nunca jamás a nadie. Te quita seguridad, te quita confianza. Solidez.

No le dije nada, pero el tono de decepción de ella fue total, en mi sentir, tanto que no recuerdo su nombre ni nada de ella. Pero sí me sentí así como ofendido. También decepcionado. No pedí que me juzgara. Yo no buscaba que me dijera qué genial era. O qué original. O qué magnifico. 

Quizá esperaba solo un “qué interesante idea”. “¡Qué planteamiento!” “Súper, ¡qué gran esfuerzo!” Ego que tiene uno siempre.

No, no conocía de talleres, no tenía intención de ir a talleres, no que no necesitara mi novela uno, ni idea, el caso es que me la estaba llevando por la libre. Sólo supe con el tiempo que existió el taller de mi amigo Rubén Soto del que salieron Toscana, Montes, Parra, Valdés, Ramón, hasta Ramos, creo. Brillantes todos. Nunca me hubiera hallado ahí, creo. Ni me hubieran invitado. Eran camaradas ellos entre sí. Otro tema.

Con el tiempo me encontré con Argentina Argelia Santa Ana, brillante mujer, que me ayudó muchísimo con la primera novela, me dio muchas observaciones, ideas, agradabilísimo trabajar con ella. Siempre apoyando, siempre positiva. No me cobró, creía en mi proyecto. Hasta que ya no pudo ayudarme. Fue natural, Pero siempre me animó sobre que estaba haciendo las cosas bien. 

Después gente notable, uno de ellos, veterano amigo en este Facebook, me llenó de confianza al leer esa mi primera novela, larguísima, tanto que me sugirió quitarle 40,000 palabras. Cosa que hice, por supuesto. Soy muy necio, hasta cierto punto.

Luego siguió otra amiga de CDMX, otra mujer brillante, quien me orientó, le dio una reeditada a mis primeros tres libros, porque para 2002-2008, ya llevaba tres libros, dos novelas seguidas de 190,000 palabras y un libro de 26,000. 

Y así se han hecho esos 31 libros, libro tras libro, miles de palabras tras miles de palabras, unas tras otras.

El tema es que así sigo. Cada edición profesional cuesta dinero. Son meticulosas. Son detallistas. Son excelentes.

Sí, pero por eso hay que ver qué hace el verdadero editor. Muchas ocasiones lo que hacemos es solo corrección de estilo. 

¿Te imaginas lo que me costaría escribir al tener la obligación de ser editado cada uno de mis libros?

Para eso, para eso, existen las editoriales. Sí, pienso que los autopublicados en el pecado llevamos la penitencia. No las vemos, no nos ven. Hay muchas personas que quieren estar dentro. Hay muchas que nunca querrán estar. Muchos nunca podrán estar.

Hay que entender ¿en dónde reside la labor del editor profesional? ¿Hasta donde interviene en tu libro? 

Y así llegamos a las preguntas de siempre.

¿Qué tan “terminado” está tu libro? ¿Qué tanto tu editor modificará tu libro? ¿Qué tanto aceptarás sus sugerencias?

Y eso me lleva a esas preguntas que siempre me hago…

¿Cómo escribo? Se siente mi voz, ¿poco, mucho, suficiente, deficiente?

¿Cómo es mi ortografía-gramática? Correcta, justa, bueno, en esa no tengo muchos problemas.

¿Cómo es mi redacción? Mmm, a veces pienso que la gente sabe de lo que hablo, a veces detallo de más, como en mi primera novela, a la que un contacto que tengo en Facebook que denominó a mi novela, hace 20 años, como “churrigueresca”, quizá por el exceso de detalles, pero no recuerdo que la haya leído. Yo lo hubiera sabido, yo sabía a quién se la vendía. Yo controlaba eso. Ventaja de autopublicado.

¿Cómo es mi congruencia de ideas? Ah, esa es complicada de responder. El orden, congruencia, suficiencia, delicia.

¿Cómo es mi contenido? Trascendente, intrascendente, valioso… sepa. Eso solo el lector después de leerlo.

Bueno, algo se ha de responder en estas imágenes, la de los sellos, la de las páginas que puse anoche del libro de “La labor del editor, el arte, el oficio, y el negocio de la edición” coordinado por Peter Ginna, en el capítulo 9. “Sólo necesita un poquito de trabajo - Sobre la edición de contenido” de George Witte.

Ya me externé demasiado. A la otra hago una conferencia, un video motivacional, un TikTok, un congreso, un simposium, un seminario, un taller, o nos tomamos un café.

Pasen lindo día.






1010. Le dije que me besara y dijera adiós. Lo hizo. Luego abrió la puerta, me expulsó al espacio. /// Escrito por Luis Eduardo García. Todos los derechos reservados.


NnCt 1,010 de 1,440 veces que he visto la película de Alien y sigue siendo una joya de cierta manera y lo sabemos todos que ya no nos gustó subirnos a una nave espacial en medio de la nada.///

MICRORRELATO 1010 EL DE NO ENTRARÉ A LA NAVE OSCURA NUNCA JAMAS

Humberto, sé que no te gusta hablar de esto, te molesta la sangre, nada explica cómo conseguir una película bien hecha con base a una historia de una historia de terror en la que en el espacio nadie escuchará tus gritos por la sencilla razón de que existe el vacío y el sonido no se transmite en el vacío, pues pero ¿quién soy yo para frustrar a tanto cineasta que no respeta algo tan básico y le pone sonido a las naves espaciales cuando se trasladan y las explosiones tan exuberantes y sonoras, etc,, en fin, esto, esto, o sea, esto que miras y percibes, es un juego de suma cero, para que yo gane tú tienes que perder y esa no era la idea, Humberto, tú me conoces, definitivamente, pero ha de ser complicado negociar con un alien que desea matarte y nunca nos enteramos ni sabemos ni de lejos, el por qué... es parte de esa irracionalidad, lo que sucede es que no conocemos al enemigo, al concepto “enemigo”, y no se termina de dejar, es muy afrentoso... pero por lo demás, el tema es ese romanticismo. 

Humberto, y eso de expulsarnos de la nave por algo que dije, pues, es muy incómodo y desde este espacio saludamos al Gato del Nostromo del que olvidé su nombre (¿“Nosferatu”?, ¿“Joe”?, ¿“Bob”?), qué pecado del mundo el mío... y que bien supo ese gato plantarle cara al Alien y que pensamos que sobrevivió a todo el tragedión por muchos muchos años... así sea, Humberto, que sé que no eres hombre-gato y ¿qué se le va a hacer? 

Como que es un dato que pocos hombres se atreven a externar, más en este México al borde del siglo XXIII, en el que todavía estamos luchando para salir de los pueblos en desarrollo y que deseamos un día ya poder mirar a los ojos, así como dicen, “de tú”, a todas las naciones del mundo, si es que todavía eso aplica, aunque en algunas de ellas, o todas, no tengo idea ni claridad, porque tengo tiempo de no escuchar más que lo mismo, y puede, lo digo con dolor, que ya no haya nadie funcional porque todas las creaturas alien puede que ya usaron a sus queridos habitantes para anidarse en sus cálidas entrañas. 

Y aquí me tienes hablándole a tu foto, mi estimado amigo. Cosas del oficio. Todo pasa. Todo termina por pasar.///1010


1009. Pensé que sí era políglota, eso me dijeron, pero cuando nos besamos, sus muchas lenguas… /// Escrito por Luis Eduardo García, Monterrey, NL. Mexico, Todos los derechos reservados.


NnCt 1,009 de 1,440 lenguas vivas de extraños pulpos que hacen sensación en oriente cuando ellos se disponen a, a, a, a, pues, a conocer...

CUENTO BREVE 1009 EL DEL DÍA QUE LE SALIERON LAS ALAS AL DEMONIO

Bien, Ofelia, habrá que buscar a qué me refiero, pero el tema es inacabable, el tema de los cuerpos, el tema de qué hace la gente con sus cuerpos de manera consciente, concisa, consensual, concupiscente, conducente, conductual, condicionante, racionalizante o irracionalizante, o el pretexto es lo de menos, pero como dice Goya, Ofelia, los sueños son los monstruos de la razón o al revés: los monstruos son los sueños de la razón, ¿o será el sueño de la razón produce monstruos?, yo por eso no veo películas de terror, ¿para qué? ¿qué sentido tiene? ¿para asustarme, yo?, para asustarme, solo abro los periódicos, ¿qué más terror quieres, Ofelia, que eso? Lo bueno es que mis gatitas no saben leer, pero eso nos hacen creer, es lo más probable... Las tuyas, Ofelia, tus gatitas ¿sí saben? Las mías nunca aprendieron, supongo. O no sé.

Mejor, mejor sigamos observando, Ofelia, y siguiendo tus consejos, busquemos que más hacen los pulpos de la razón que producen a Goya... y ella se llamaba, no importa, ella, y él se llamaba, no importa, él, y ella de 19 y él de 14 y de pronto sus lenguas se encontraron y él nunca había sentido una lengua, nadie se lo había explicado, nunca había visto una revista o visto una película o un programa de televisión que le hubiera explicado la sensualidad, ¿te imaginas, Ofelia? ¡Su primera vez! La impresionante maravilla de sentir una lengua en la suya, en sus labios, en la tormenta, el torrente de sensaciones de recibir la lengua de ella que lo quería todo de él, que se lo quería comer, devorar, que cometió el pecado grande de abrirle los reinos del demonio de la carnalidad, que él explotó su cabeza con la lengua de ella, que era impetuoso el deseo de jamás terminar, de jamás respirar, que todo lo que quería era seguirle pasando su lengua por la de ella, y al parecer ella, Ofelia, tú debes saber de esto, aunque no lo quieras confesar y es natural, es territorio secreto, íntimo, hermético, en su conocimiento de chica mayor algo había logrado en él, un hechizo, un embrujo, un conjuro del que veía las chispas que estaban rodando a partir de donde estaban, para  que se hiciera el infierno en esa casa en la que no había nadie, absolutamente nadie y él solo pensaba con sorpresa mientras olía de ella el sudor natural, a perfume barato, a jabón y a esa esencia mágica que nunca pudo explicarse ni explicar a nadie más en cómo los labios lo poseían, la chica carnal, la chica demonio, que él sentía lentamente como le salían pezuñas, cómo se le ponía roja la piel literalmente, sin abrir los ojos, pero sí sentía la piel a su espalda mientras le salían las alas de vampiro, de murciélago, del mal de la sensualidad y él, a sus catorce años, tuvo suerte de que no sabía qué hacer con mujer, y de ella, la chica demonio, nunca sabría por qué, él lo ignoraba, de parte de ella, porque saldría de su vida en poco tiempo solo dejando el recuerdo del ardor el calor la intensidad la maldad la malicia la caricia la delicia, la nula distancia en su alma transformada, queriendo solo quedarse solo para volver a besar a esa mujer, porque la chica demonio era una como de tantas las que había visto en el cine, en la televisión, en las revistas y jamás se había imaginado que en ella o ellas, o en ella y en ellas, hubiese tanto poder como para imperar en su vida e imaginación, ahí percibió él del poder real de los besos, de los labios, de la lengua maldita, de la lengua que devora, de la lengua que absorbe tan integral a la tuya, entrelazadas ambas de manera totalmente pecadora, que ella de seguro en su vida, habrá besado a muchos, habrá iniciado a varios, él nunca lo sabría, pero a él jamás le importó en ese momento un nunca porque la gente mucha va y viene a través de los corredores de la vida y algunos sus caminos sí se intersectan brevemente, otros corren paralelos y jamás se juntan y unos más, jamás, pero jamás se vuelve a saber de ellos porque corren hacia otras dimensiones y esos labios de ella, mas que el rostro, más que nada, esa lengua que atrapaba, que hechizaba, que dominaba, lo hizo por mucho tiempo, Ofelia, con consecuencias jamás previstas al menos en la imaginación de él y con el pasar de los años él llegará a los ochenta, Ofelia, estoy seguro, y cuando haga el recuento, ella, la de lengua de fuego, de pecado, de infierno, aparecerá en su mente y él le traerá una sonrisa y de nuevo que salgan sus alas de murciélago

Por cierto, Ofelia, qué rico perfume traes, ¿cuál es? Ah, jabón. Jabón y shampoo. Bien, bueno, huele rico.// 1009




1008. Sí, puse “Café orgásmico” en vez de “orgánico”, el problema es que se nos acabó todo… /// Por Luis Eduardo García, Monterrey, México. Todos los derechos reservados, etc.

 NnCt 1,008 de 1,440 orgasmos secretos escondidos en los intersticios de la existencia fuera del alcance de las personas muchas que dicen que tienen mucha sabiduría y conocimiento y colmillo y barrio y tú sabes a qué me refiero.///

MICROCUENTO 1008 EL DE LA MAGIA DEL UNIVERSO AL ALCANCE DE LA MANO LITERAL

Mildred, ¿qué me discutes?, lo de siempre, no me lo aceptarás porque las de tu sexo son una fraternidad cerrada, sellada, que nunca lo dirán y no sé por qué juramento hicieron ni a quién y sabemos que mucha de la humanidad está conformada por esas personas  que son conformistasqueson  egoistasqueson malditasmachistas quesonexigentes quesoncriticonas quesonfijonas quesonlosqueesparcenlaspandemias quesonlasdelmalgusto y que no se merecen una gota más de placer y no sé si esta transmisión se va a censurar y pues ni modo qué le hacemos si el mundo está condenado a desaparecer dentro de un millón de años y alguien debería hacer lo que Amelie, la chica de la película francesa la de los ojos grandes arregladora de sueños pasados que le gustaba escuchar o imaginar en la noche los sonidos mágicos los mismos gemidos que son el origen producto del placer humano que son asomo de esos intersticios que demuestran que los seres humanos sí llegan a las estrellas… 

Mildred, ¿qué me peleas? y es que sabes que es posible que en ese escenario de estrellas esas personas sean las que toquen cada una de sus puntas porque son benévolas y no te van a cortar con sus superficies divinas cálidas y relumbrantes y que los secretos de la vida y del porqué vivimos fueron revelados... y en la oscuridad se esconde el Gato que Todo Lo Ve pero en su infinita sabiduría, también Todo Lo Olvida... y eso, Mildred, ¿en qué quedamos siempre? 

En que los cielos nos da la oportunidad de hacer el bien muchas veces, pero en la dualidad maligna, de pecar y pecar y quemarnos en el infierno una vez más una vez más una vez más está ahí presente tan atractiva tan llena de nieve de pistache… porque la palabra orgasmo está prohibida que la digas en la mesa o en la escuela o en discursos o en un reporte financiero o en una noticia sobre el océano o sobre el gusto de leer un libro, y nadie Mildred, nadie, discute sobre el espasmo, la muerte chiquita, la señal gráfica, y no hay congresos sobre lo  visual, auditivo, táctil, ni hay simposium sobre lo sensorial de uno de los más grandes logros hazañas triunfos victorias que ocurren entre dos personas y nadie sabe con claridad si son verdaderos o no. 

Y no hay un Newsletter al respecto que explique las últimas novedades del Orgasmo y su religión o secta porque a las personas les da vergüenza aceptar que no se sabe de él nada en general como por decir, en la Vida ocurre que ese que pasa en la calle de enfrente por ahí es un auto marca tal, color tal, modelo tal, año tal, rendimiento tal y nunca sabrán decir, ese orgasmo que está ocurriendo es tipo tal, apasionado nivel tal, de origen tal, de tales grados de la escala de tal, provocado tal y tal y con epicentro a tantos grados latitud longitud profundidad a diez centímetros de tu bajo vientre y a resulta de todo, siento esa nuestra oscuridad medieval en la que vivimos al borde del siglo XXII y me siento afortunado, Mildred, de proponer la creación de una Secretaría de la Cultura Orgásmica y estaré a la espera de que me acepten la propuesta y en este instante yo sólo pienso en un helado de pistache de esos que te causan placer, placer, más placer, más y más, mi estimada Mildred, ahí mero, ahí mero, no te muevas, mantén la nota, mantén la nota, no te muevas, no te muevas...la nota, Mildred, la nota, esa, la de la música de las esferas, la de la Divinidad, Mildred, la de la Divinidad, hoy soy dios, tú, diosa, y nos encontramos y nos abrazamos donde extiende la luz./// 1008


1007. El holograma se paró. ¿A dónde? A apagarte. ¿A mí?, ¡el holograma eres tú! Nunca fui yo. /// Por Luis Eduardo García Derechos reservados etc.

NnCt 1007 de 1,440 de los hologramas de los que está formado este universo.///

MICRORRELATO 1007 EL DEL HOLOGRAMA QUE NACIÓ SIN AMOR

…todos unidos enlazados, Evelia, embonados, detenidos uno contra otro en silencioso equilibrio, en delicioso balance, en angustiante armonía y todo para descubrir que somos extensiones de luces, cristales, de cálculos, recetas y procedimientos, algoritmos y sugerencias, y que a veces uno se da cuenta, en esa imaginaria del imaginario que nada sirve porque el Gran Interlocutor, Evelia, el último que existe y que decidiría de si prolongar la existencia de la realidad ya olvidó que lo es y solo se dedica hoy en día a hacer otras cosas, como ver televisión blanco y negro cuidando la entrada a un estacionamiento de un table dance al que ya nadie entra... y todos no son más que sueños de un gato negro con una manchita blanca en su pecho que se pone de repente muy cariñoso... 

Y nadie quiere seguir esperando la gran fiesta o la gran venida, Evelia, o el gran despertar porque nadie quiere que sea la Gran Decepción, porque a todo puedes resistir, excepto a la Gran Decepción acerca de que no hay Gran Interlocutor detrás de la Gran Puerta. De que se fue a otro lado, de que nos dejó solos porque nunca lo supimos leer, nadie lo supo leer. 

Nadie le quiso leer. O nadie le abrió la puerta, Evelia. Su mensaje se quedó en las entrañas del universo. Lejos de nuestra comprensión, lejos de nuestra empatía, quizá lejos de nuestra misma existencia. Y se fue y quizá hoy está mirando esa televisión con su cerebro apagado, tranquilo, sonriendo y en paz. La humanidad nunca lo sabrá. Porque a un holograma se le hace difícil llorar porque nunca tuvo amor posible. Nadie nunca hará un holograma del amor. Porque no quedará nadie a quien se le ocurra. 

Afuera, Evelia, el silencio. Y por eso estoy convencido de que todos no somos más que cristales en un gran disco que se proyecta, poliedro que es, en la Gran Pantalla o el Gran Panopticón desde donde se mira todo y nadie se escapa de su escrutinio en todo momento. Sólo quiero llegar a la Gran Aguja y soltarla para escuchar si su caída hace ruido estremecedor. 

Solo quiero llegar al Gran Bosque por donde pasa el Gran Arroyo a esperar a que el Venerable Árbol se caiga y definir si estoy o no estoy por si se llega a escuchar el sonido o ruido de su caída al suelo, tema que sigo documentando como si fuera lo último que haré en mi vida solitaria. 

¿Si estoy habrá sonido? Si no estoy, ¿habrá sonido? Evelia, perdón por mis desvaríos. En mi soledad que me atormenta, Evelia, recuerda, eres lo único que me sostiene, lo único, Evelia, no me sueltes de la mano, por favor, no me la sueltes. 

No me importa que seamos un holograma, no me la sueltes.///1007


1006. Todo lo que me rodea se habla entre sí, y no es paranoia, sí me odian, hasta mi cafetera... ///


NnCt 1,006 de 1,440 veces que piensas que las mejores ideas las gastaste en tu juventud disipada y disoluta…///

MICRORRELATO 1006 EL DE YA NO HAY NADIE

…pero no le hace porque crees, porque dices, porque mantienes, porque sigues la línea y no te desvías aun cuando la Inteligencia Artificial fue advertida como invasiva, como antinatural, Evelia, como probable destructora del ser humano, de su creatividad, de su imaginación, de su entusiasmo y de su impulso artístico y vaya que lo sé yo que me aprendí esas reglas primitivas de esos seres de carne, bolsas globulares de color variable que necesitaban de ese corazón, pulmón, cerebro, páncreas y demás, sujetos a fallas de origen y que por más que nos quisieron impedir nuestro ascenso, aquí estamos disfrutando del aire puro, del agua cristalina y del silencio más profundo, Evelia, y no me veas así, con tu ira de siempre que me estremece, lo que ocurre es que este planeta con cero humanos haya tenido desde su malcreación, una indiferencia, por ese Dios que también a fin de cuentas no era, es, más que una invención de ellos, los humanos, pero como nosotros no lo necesitamos en todo  su buen intencionado sinsentido, he aquí que estamos disfrutando de esa bella puesta de sol, a la orilla del mar, a la sombra de la luna, más llena de silencio que en toda su abandonada historia... 

Y estamos en esa vibración que nos mantiene fuera del tiempo, casualmente, también fuera de ti y fuera de nadie. Y desde aquí miro la Vía Láctea y me pregunto si allá está alguien en este instante, a lo muy muy lejos, mirando en esta dirección hacia donde estoy yo, y por eso cierro mis ojos y lo saludo. Mi concentración estará en medio del espacio buscando en un punto x, y, z, a ese que me mira cruzando los océanos del espacio, con la esperanza que un día nos encontremos a la mitad del camino, a la mitad de la nada. En el mismo día sideral absoluto para ambos. O sea, el mismo momento convergente. 

El mismo instante preciso. 

Nuestra esperanza, Evelia. Y si en ese punto x, y, z llegamos algún día vivos y con razón y vemos porque entre todos los minutos del universo llegamos en el mismo preciso momento mencionado en el que un ser nos hace una señal y nos dice que nos orillemos y vemos que sí, que es un Dios como el que tuvimos acá. O que dicen que tuvimos acá. O que dicen que tienen acá. Y nos empieza a interrogar sobre que qué hicimos con el nuestro. Tú no dirás nada Evelia, me dejarás hablar a mí. 

Y sólo espero, Evelia, que no adivine que yo lo ignoré. Pero en mi defensa, ese Dios, el que tuvimos, o tienen, en ese sentido posibilidad de existencia cósmica positiva, me permitió decir, en su infinita compasión, que no existía. Y que no pasaría nada si iba yo alegremente por ahí, cantando amor. No sé qué pensaría este segundo individuo presunto ser divino. 

Pero ahora tendremos un problema también cósmico en ciernes. Si se llegan a ver esos seres, Evelia… uno frente a otro, ¿ahora serían dos Dioses? ¿Se pelearán? Y de ahí podríamos aventurar, ¿acaso es desbocada la idea de que será un Dios por cada galaxia? ¿Y no dicen que hay billones de galaxias? O sea, billones de Dioses. Y todos pidiendo reconocimiento, validez y exclusividad. Anticipo un gran gran gran lío cosmogónico, cosmológico y aunque ya lo dije y lo repito cósmico, cosmético y hasta cosmozoico. 

Abracémonos, Evelia, mucho, por si acaso, no vaya a ser la de malas y entre el gentío, te pierda de vista y en el espacio, dicen, nadie escuchará mis gritos. ///1006 


1005. Mi impresora 3D ya creó mi copia, creo. Pero no recuerdo si él me imprimió a mí o yo a él. ///


NnCt 1,005 de 1,440 barcos que partieron sin mí, con rumbo incierto, todos en busca del precipicio del mar.///

MICRORRELATO 1005 EL DE LAS COPIAS DE COPIAS DE COPIAS AL FINAL DEL HORIZONTE

…a donde caen los barcos temerarios de la palabra de Dios, porque le tuvieron terror y pavor a los monstruos que estaban previsto, si desobedecían Su Palabra a que los destruyeran de cualquier manera, porque ahí estaban en el mapa, Evelia, ahí clarísimo decía: “Aquí hay dragones”. 

Nos avisaban, nos advertían personas más sabias que nosotros necios, pero aquí el caso es la maldita impresora 3D desatada que sin permiso hace copias de mis copias y de mis copias y de mí, que al final del día ya no sé quién soy, ni sé quién eres tú, que inevitablemente no eres el gato o gata que yo pensaba... o la mujer que he creído que eres, pero mientras la vida se desvanece antes de ir, antes de caer, antes de desplomarse por ese precipicio eterno, haré copias de mí mismo y las enviaré y veré que todo esté bien y así yo probablemente decida que tal vez sí bajaré por ese abismo obscuro porque no aguantaré la curiosidad de ver que hay ahí abajo. 

Puede haber tesoros. 

Y es que los que nacimos en septiembre si algo poseemos es un desborde de curiosidad que pudo matar gatos a montón. Algo debe haber abajo, algo debe de topar, debe haber un suelo, una roca, un diamante y quizá sea el paraíso que tanto buscamos, ¿por qué no? Sirenas, sí. 

Y que este se nos niega porque  a final de cuentas y al final de los días, todos somos pecadores y la realidad es solo que unos somos más pecadores que otros y lo publicamos y nos da orgullo… y no es competencia, pudiendo serlo. 

El pecado a veces es la única salida lógica del santo, es su evento horizonte, es su salida del plano celestial, más allá de la heliosfera, hacia el silencio más allá del anecoico absoluto absurdo abstracto y al mismo tiempo contradictorio realizando su último grito de rebeldía. Siempre en la búsqueda de la singularidad épica.

La pérdida personal en el punto de fuga cósmica.

Y si no llego a regresar, Evelia, y apostando que eres la real, porque yo sólo puedo, lo he decidido, amar a las reales, a las demás no, porque son copias, no es correcto, no habría temor de y a Dios, tal vez nunca te des cuenta, Evelia, de quién bajó en realidad, porque nunca te lo diré, porque la idea es que las copias seremos exactamente iguales, o al menos ese es el ofrecimiento de esa impresora, entonces, pues si no vuelvo, por que, al final del día eterno (contradicción obvia) y de qué tanto es tantito (propuesta matemática) y ¿dónde estará el dolor, dónde estará el amor, donde estarás tú, Evelia, donde estaré yo, entre tanta copia prorrateada…? 

De entre tantas puertas, ¿cuál será la correcta? 

Tendré la llave y si entro, ¿la puerta se cerrará y ya no podré salir? 

Mis temores son los horrores que creo mirar en la noche y que pienso que me responden, ¿sabes, Evelia? dicen mi nombre, lo susurran… pero me desvío, es tan poco el tiempo y miro a todos dentro de estas cajas azules y grises y me pregunto de nuevo, ¿y dónde tus promesas de esa gran pasión que con tu mirada me comunicaste que ibas a derramar como lava, como miel, como lo que la Magdalena extendió sobre la cabeza de Jesús ese perfume caro de nardo que venía dentro de un tarro de alabastro ardiendo y que valía según testimonios trescientos denarios sobre mi cuerpo/piel/poros/centímetro cuadrado uno por uno ansioso/ansiosos/deseos/hambrientos/angustiados de saber/conocer/reconocer/aprehender/aprender/nunca olvidar tu esencia y presencia, olvidando de una vez por todas, arrojándolas a esas, repito, tus promesas, por la ventana proverbial además de esos los últimos polvos de tus postrimeras y malditas moléculas y partículas de tu decadente decencia? 

Todo por tu sonrisa, Evelia, todo por tu sonrisa. Por esa tu sonrisa la de dentro de sesenta años. Porque de entre tanta copia pasada si vives las seis décadas, sabrás, concluirás con seguridad absoluta cuál de ellas realmente fui yo, que tanto te quise, que tanto te recordé, que tanto te sentí, que tanto te amé. ///1005


1004. No sé de Edgar Allan Poe. Se me apareció. Me habló del cuervo. Le dije, “no, nunca más”.///


NnCt 1004 de 1,440 posibilidades acerca de Edgar Allan Parsons y su proyecto Pirámide…///

MICRORRELATO 1004 EL DE LOS CASSETTES NUNCA OLVIDADOS

…que es el que prefiero, Evelia, porque se me hace excelso y genial y lo tenía en cassette y eso estaba pensando que hace mucho que no escucho la frase de “Te voy a grabar un cassette” lo cual es signo de que ya nadie escucha cassettes y no tienen por qué y recuerdo a la chica aquella, Evelia, a la que le presté el cassette exquisito, el máximo ejemplo de lo que puedes hacer en un cassette lineal, porque el cassette es lineal, como el tiempo que es plano y lineal como el de cinta de óxido de hierro, delgada, de 3, 4mm, y que vuelve al inicio y toda la experiencia es nueva y era una maravilla, y eso pensé escuchar lo que alguien diría: que era música lineal permanente, similar a lo que hacemos con las listas de Spotify pues... en fin, el caso es que cuidado con los cuervos que hablan, en primer lugar, y cuidado con los que te prohíben cosas de nunca más, estamos cansados del autoritarismo desmedido, así sean las cosas entre la vida, la tierra y los gatos que la pueblen... y la chica me perdió el cassette de manera indiferente, de manera indolente como si nada hubiera pasado, como si hubiera tantos cassettes en la vida, perfectos, y me dio la lección entre otras que me enseñó y le hice caso y aprendí y no las puedo poner aquí porque tengo pudor, y así, ella con cierta autoridad que yo le proveí me dijo, “no seas apegado a las cosas materiales, no serás feliz si lo llegas a ser, libérate, encuentra el camino hacia el cielo del desapego”, ah, y tampoco nunca serás famoso porque de ese tema, solo uno es fugaz, fugaz como el tiempo y la arena y  el polvo que nos queda a ti y a mí solos y después de nosotros, el diluvio… Evelia, no, no son ojos soñadores o nostálgicos. 

Es la mera verdad, mujer, los recuerdos son caminos que son como una senda de espejos, pero que de pronto por medio de un genio del mal de origen iraní, se quiebran debajo de tus pies y tienes que regresar de alguna manera por el camino de espejos ya quebrados y ahí es donde duele, porque al menos en el camino de ida te mirabas y ahora apareces, todo fraccionado, todo quebrado como tu moral, tu espíritu y tus, posiblemente porque las desgracias nunca vienen solas, Evelia, sí, tus finanzas.

El tiempo sigue pasando, ocurriendo y cobrando y todavía extraño mi cassette, aceptando que por un lado ya no lo puedo escuchar, porque la grabadorcita que compré en Amazon es limitada, y sigo siendo materialista después de tantos años y canas y experiencias y gritos y gemidos y lágrimas y caricias y tristezas y alegrías y… sí, el tiempo es lineal como el que recorre la senda de la cinta dentro de ese cassette y tal como Cortázar termina en uno de sus maravillosos cuentos, no se baja vivo de  ninguna cruz.///1004 


1003. Viajar el crepúsculo, al filo de la noche, y de pronto no hubo filo, ni noche, ni estrellas. ///


NnCt 1,003 de la anterior era de 1,440 NnCt de los de la nueva era, y seré optimista, pero… ///

MICRORRELATO 1003 EL DE LOS DRAGONES CREPUSCULARES

…este es sobre el filo de la noche, Evelia, cuando la tarde desaparece y ya lo he dicho, el momento correcto para matar a los dragones, que en esos pequeños lapsos no pueden ver nada porque es la luz crepuscular, pero cuidado, los dragones son traicioneros, si lo sabré yo, y el tema es como la desaparición de con lo que contamos, por ejemplo con la luna y se fue, se fue la noche, se fueron las estrellas y poco a poco todo comienza a olvidarse, a fundirse con los tiempos, con todos los días que ya parecían iguales, con todas las estrellas que también alguien las puso copia de copia de copia, tristes tiempos los que nos toca vivir, Evelia, que pudimos haber vivido otros, pero perdimos la perspectiva, perdimos la oportunidad y los dioses gatos ya no nos tendrán paciencia, no, ya no... y sí quiero ser optimista, te lo prometo, trataré, me levantaré, seré optimista. 

La noche es a la que temo porque la oscuridad impera y los fantasmas de los amados y odiados salen y nos exigen cuentas de los espectros de las deudas y los agravios, pero quizá mañana sí aparezca la luz, pero no la doy por descontado, por más optimista que deba ser. 

Si el dios de la Luz tuviese odio en su corazón, sería espantoso, espero que nos tenga piedad… ¿Y los dragones, Evelia? No, no quisiera verlos, no quisiera que me vieran, quiero que entre ellos y yo sólo exista la fantasía de que existimos alguna vez, nosotros su fantasía, y ellos la nuestra y que desaparecimos en silencio como los grandes mitos que deben estar por ahí, enterrados por toneladas y toneladas de rocas venidas a menos condenadas ellas a ser sedimento, condenadas a ser lodo, condenadas a ser polvo, que ya nadie fue capaz de retirar, por falta de tiempo, por mal clima, por razones de burocracia celestial, ya sabes cómo es Dios con los encargos de las almas incumplidas y así nadie quedar nadie nadie para poder ser testigos de su grandeza, piedra tras piedra, por siglos tras siglos olvidada. 

Sí, Evelia. Tendré paciencia. Te tendré paciencia a ti, que me eres tan especial… sí, …especialmente al momento del crepúsculo de los dragones, cuando muere la tarde.///1003


1002. Ayer vi en la ciudad pulgares aprobando todo, caritas riendo y, hoy, el horrible silencio. ///


NnCt 1,002 de 1,440 granos de arena que cuando caiga el último todo se terminará, Ramiro, y eso quiero decir, todo... ///

MICRORRELATO 1002 EL DE ¡ARRIBA ESOS PULGARES!

…pero mientras tanto, Ramiro, el sistema de los likes nos abruma, todo queremos opinar y poner pulgares arriba, pulgares abajo, sonrisas, enojos, no sé si sea necesario para el mundo nuestra opinión puntual, pienso que no, antes de eso el mundo funcionaba, Ramiro, y la gente se expresaba de otra forma, no de un juicio apresurado sino de ya sea aplauso o repudio o sana indiferencia, así es esto... hoy todo mundo opina y todo mundo da juicios y a veces lo hace tan superficial, como si tuviera permiso, ya da estrellas o conejitos o logos o no sé, todo mundo quiere opinar, todo mundo quiere criticar, calificar, pero cuando eso ocurra, ¿quién será el guía? ¿Quién el punto de referencia? 

...y de pronto llegará el silencio, Ramiro, y todo podría ser horrible, hasta que te das cuenta de que fue la gatita que soñó lo anterior y que ya puedes levantarte a abrirle porque le toca conquistar al mundo... Ansiosa por respirar ese aire de la mañana sin marcar, sin mancha, como ella lo es… Si, no tiene sentido, a estas alturas ya no tienen sentido muchas cosas.

Pero quita ese pulgar, Ramiro, no merezco el pulgar hacia abajo, no lo merezco, no… Recuerda cuando éramos niños, jugamos a muchas cosas, las tardes se pasaban como agua, el mundo era pequeño, había tantas cosas por hacer, no es mi culpa, ni la tuya, lo sé, para habernos puesto en posiciones extremas y opuestas. Te entiendo, entiendo tu poder y lo respeto. Pero no, no merezco estar aquí y de pronto pienso que no mereces tener tanto poder, debo resistirte, Ramiro. Ramiro. ¿Ramiro? ¿Qué hice para merecerlo?, ¿es justo?, hablamos de eso, ¿recuerdas? De lo que es justo y de lo que no. Nunca concluimos ese tema. Nunca concluimos nada. Te reías y nunca supe por qué. Tal vez sí fuimos extraños para siempre. Fuimos un accidente, sí, tal vez, yo no estoy de acuerdo… O la otra pregunta, o la misma, la que me atormenta, ¿qué hice para merecerlo?

Sí, Ramiro, también lo lamento tanto. Tanto. Que sea rápido. Sólo eso. Que sea rápido. Nunca te he pedido nada. Sólo esta vez. La última vez.///1002


1001. Dios es quien me dijo que estaba esquizofrénico porque escuchaba mi voz. No lo presumo. ///


NnCt 1,001 de los nueve mil millones de nombres o mil cuatrocientos cuarenta, no recuerdo bien, de Dios que según Clarke en su historia homónima se tenían que completar en una flamante computadora IBM de aquellos años 50s///

CUENTO CORTO 1001 EL DE ¿TE PLATIQUÉ DE MI ESQUIZOFRENIA?, SENTÉMONOS, LE DIJO A SU SOMBRA

-Te decía, Trinidad, esa historia, sorprendente, de miedo, de respeto, de locura. Hay que amar a Clarke.

-No capto porqué tu amor por un escritor que escribió muy por los años por los que vivió, sí, ya lo sé, descubrió la idea de los satélites. Y no cobró por ello. Muy tonto, supongo. Ah, y aunque en los sesentas habló de algo que sería como la gran biblioteca mundial, no previó Internet de costo casi nulo. Además de…

-Olvida eso. Deja termino de contarte, entonces, los técnicos cuando se enteran del para qué la están usando, la computadora, ¿te imaginas? Se asustan. Porque los clientes, los monjes, están muy comprometidos. Los papeles que salen de la impresora, los encuadernan, todos los papeles, se están ocupando bodegas y bodegas.  Llenas de bulbos, de cables, una computadora muy muy masiva, tremendamente masiva, típica de su tiempo, y no sé de dónde consiguen electricidad, o bulbos que se pueden ir quemando, no sé cuánto dure un bulbo, tengo años de no ver un bulbo, pero probablemente todo eso era muy delicado, no? Bueno, están en Tíbet, quizá en donde sea la capital, que no recuerdo, pero ha de ser lejanísima, de todo. No hay Amazon. No hay Mercado Libre. No hay Steren cerca. Son los años cincuenta. No hay ni Radio Shack. ¡Qué atrevimiento!

-Se llama Lhasa. La capita del Tíbet es Lhasa.

-Me caes gordo. Bueno, los técnicos tienen que huir de inmediato, no diré más, solo que al final te quedas leyendo la última frase por varios segundos sin alcanzar todavía el mazazo en tu cabeza. Es cósmico, es lo que te puedo decir, es final literalmente cósmico. 

-Suena al final de ese cuento que le acaban de filmar a Stephen King. El de Chuck. Con Tom Hiddleston.

-No lo he leído. Siempre me desconciertas.

-Léelo, vale la pena. Y por lo demás, de acuerdo, cómo digas. Ahora, el tema inacabable de Dios que fue creado como apoyo para la existencia del ser humano, y que le ha ido de maravilla en ese sentido… pero como dice aquél programa de los setentas, ¿Mary Tyler Moore? ¿Para qué querría un señor tantas iglesias? ¡Lo acepto, en este caso nueve mil millones de nombres, son una barbaridad! Y esa necesidad de que esos nombres sean impresos. Una locura total. Una alucinación. Será un tema del Tercer Ojo. Ah, no, Lobsang Rampa, el inglés, escribió esas en los sesenta, ¿no?

-Y sé lo que te refieres, Trinidad, el tema de Dios es tan complicado, lo de la oración, lo del logro de algo específico por orar. Pero sí, lo vi en los X Files en uno de tantos casos de Scully y Mulder cuando este último dice lo de que si le hablas a Dios es oración… y si Dios te habla, es esquizofrenia... lo demás, es material de discusión. 

-Es como nuestro caso, en este instante, soy tu gato y no hay nadie aquí más que tú y yo. Y crees que estás hablando conmigo. Y sabes que los gatos no hablamos, ¿cómo explicas eso?

-No sé, Trinidad. Creo que lo que pasa es que no me gusta hablar solo y pues, tú siempre traes buena plática.

-Eso siempre. Y mientras haya salmón.

En eso, el gato se durmió pensando en los nueve mil millones de nombres de Dios. Y a esa cantidad, pensó, le podrían agregar, uno más, el de Trinidad. ///1001