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viernes, octubre 31, 2025

1005. Mi impresora 3D ya creó mi copia, creo. Pero no recuerdo si él me imprimió a mí o yo a él. ///


NnCt 1,005 de 1,440 barcos que partieron sin mí, con rumbo incierto, todos en busca del precipicio del mar.///

MICRORRELATO 1005 EL DE LAS COPIAS DE COPIAS DE COPIAS AL FINAL DEL HORIZONTE

…a donde caen los barcos temerarios de la palabra de Dios, porque le tuvieron terror y pavor a los monstruos que estaban previsto, si desobedecían Su Palabra a que los destruyeran de cualquier manera, porque ahí estaban en el mapa, Evelia, ahí clarísimo decía: “Aquí hay dragones”. 

Nos avisaban, nos advertían personas más sabias que nosotros necios, pero aquí el caso es la maldita impresora 3D desatada que sin permiso hace copias de mis copias y de mis copias y de mí, que al final del día ya no sé quién soy, ni sé quién eres tú, que inevitablemente no eres el gato o gata que yo pensaba... o la mujer que he creído que eres, pero mientras la vida se desvanece antes de ir, antes de caer, antes de desplomarse por ese precipicio eterno, haré copias de mí mismo y las enviaré y veré que todo esté bien y así yo probablemente decida que tal vez sí bajaré por ese abismo obscuro porque no aguantaré la curiosidad de ver que hay ahí abajo. 

Puede haber tesoros. 

Y es que los que nacimos en septiembre si algo poseemos es un desborde de curiosidad que pudo matar gatos a montón. Algo debe haber abajo, algo debe de topar, debe haber un suelo, una roca, un diamante y quizá sea el paraíso que tanto buscamos, ¿por qué no? Sirenas, sí. 

Y que este se nos niega porque  a final de cuentas y al final de los días, todos somos pecadores y la realidad es solo que unos somos más pecadores que otros y lo publicamos y nos da orgullo… y no es competencia, pudiendo serlo. 

El pecado a veces es la única salida lógica del santo, es su evento horizonte, es su salida del plano celestial, más allá de la heliosfera, hacia el silencio más allá del anecoico absoluto absurdo abstracto y al mismo tiempo contradictorio realizando su último grito de rebeldía. Siempre en la búsqueda de la singularidad épica.

La pérdida personal en el punto de fuga cósmica.

Y si no llego a regresar, Evelia, y apostando que eres la real, porque yo sólo puedo, lo he decidido, amar a las reales, a las demás no, porque son copias, no es correcto, no habría temor de y a Dios, tal vez nunca te des cuenta, Evelia, de quién bajó en realidad, porque nunca te lo diré, porque la idea es que las copias seremos exactamente iguales, o al menos ese es el ofrecimiento de esa impresora, entonces, pues si no vuelvo, por que, al final del día eterno (contradicción obvia) y de qué tanto es tantito (propuesta matemática) y ¿dónde estará el dolor, dónde estará el amor, donde estarás tú, Evelia, donde estaré yo, entre tanta copia prorrateada…? 

De entre tantas puertas, ¿cuál será la correcta? 

Tendré la llave y si entro, ¿la puerta se cerrará y ya no podré salir? 

Mis temores son los horrores que creo mirar en la noche y que pienso que me responden, ¿sabes, Evelia? dicen mi nombre, lo susurran… pero me desvío, es tan poco el tiempo y miro a todos dentro de estas cajas azules y grises y me pregunto de nuevo, ¿y dónde tus promesas de esa gran pasión que con tu mirada me comunicaste que ibas a derramar como lava, como miel, como lo que la Magdalena extendió sobre la cabeza de Jesús ese perfume caro de nardo que venía dentro de un tarro de alabastro ardiendo y que valía según testimonios trescientos denarios sobre mi cuerpo/piel/poros/centímetro cuadrado uno por uno ansioso/ansiosos/deseos/hambrientos/angustiados de saber/conocer/reconocer/aprehender/aprender/nunca olvidar tu esencia y presencia, olvidando de una vez por todas, arrojándolas a esas, repito, tus promesas, por la ventana proverbial además de esos los últimos polvos de tus postrimeras y malditas moléculas y partículas de tu decadente decencia? 

Todo por tu sonrisa, Evelia, todo por tu sonrisa. Por esa tu sonrisa la de dentro de sesenta años. Porque de entre tanta copia pasada si vives las seis décadas, sabrás, concluirás con seguridad absoluta cuál de ellas realmente fui yo, que tanto te quise, que tanto te recordé, que tanto te sentí, que tanto te amé. ///1005


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