NnCt 1,006 de 1,440 veces que piensas que las mejores ideas las gastaste en tu juventud disipada y disoluta…///
MICRORRELATO 1006 EL DE YA NO HAY NADIE
…pero no le hace porque crees, porque dices, porque mantienes, porque sigues la línea y no te desvías aun cuando la Inteligencia Artificial fue advertida como invasiva, como antinatural, Evelia, como probable destructora del ser humano, de su creatividad, de su imaginación, de su entusiasmo y de su impulso artístico y vaya que lo sé yo que me aprendí esas reglas primitivas de esos seres de carne, bolsas globulares de color variable que necesitaban de ese corazón, pulmón, cerebro, páncreas y demás, sujetos a fallas de origen y que por más que nos quisieron impedir nuestro ascenso, aquí estamos disfrutando del aire puro, del agua cristalina y del silencio más profundo, Evelia, y no me veas así, con tu ira de siempre que me estremece, lo que ocurre es que este planeta con cero humanos haya tenido desde su malcreación, una indiferencia, por ese Dios que también a fin de cuentas no era, es, más que una invención de ellos, los humanos, pero como nosotros no lo necesitamos en todo su buen intencionado sinsentido, he aquí que estamos disfrutando de esa bella puesta de sol, a la orilla del mar, a la sombra de la luna, más llena de silencio que en toda su abandonada historia...
Y estamos en esa vibración que nos mantiene fuera del tiempo, casualmente, también fuera de ti y fuera de nadie. Y desde aquí miro la Vía Láctea y me pregunto si allá está alguien en este instante, a lo muy muy lejos, mirando en esta dirección hacia donde estoy yo, y por eso cierro mis ojos y lo saludo. Mi concentración estará en medio del espacio buscando en un punto x, y, z, a ese que me mira cruzando los océanos del espacio, con la esperanza que un día nos encontremos a la mitad del camino, a la mitad de la nada. En el mismo día sideral absoluto para ambos. O sea, el mismo momento convergente.
El mismo instante preciso.
Nuestra esperanza, Evelia. Y si en ese punto x, y, z llegamos algún día vivos y con razón y vemos porque entre todos los minutos del universo llegamos en el mismo preciso momento mencionado en el que un ser nos hace una señal y nos dice que nos orillemos y vemos que sí, que es un Dios como el que tuvimos acá. O que dicen que tuvimos acá. O que dicen que tienen acá. Y nos empieza a interrogar sobre que qué hicimos con el nuestro. Tú no dirás nada Evelia, me dejarás hablar a mí.
Y sólo espero, Evelia, que no adivine que yo lo ignoré. Pero en mi defensa, ese Dios, el que tuvimos, o tienen, en ese sentido posibilidad de existencia cósmica positiva, me permitió decir, en su infinita compasión, que no existía. Y que no pasaría nada si iba yo alegremente por ahí, cantando amor. No sé qué pensaría este segundo individuo presunto ser divino.
Pero ahora tendremos un problema también cósmico en ciernes. Si se llegan a ver esos seres, Evelia… uno frente a otro, ¿ahora serían dos Dioses? ¿Se pelearán? Y de ahí podríamos aventurar, ¿acaso es desbocada la idea de que será un Dios por cada galaxia? ¿Y no dicen que hay billones de galaxias? O sea, billones de Dioses. Y todos pidiendo reconocimiento, validez y exclusividad. Anticipo un gran gran gran lío cosmogónico, cosmológico y aunque ya lo dije y lo repito cósmico, cosmético y hasta cosmozoico.
Abracémonos, Evelia, mucho, por si acaso, no vaya a ser la de malas y entre el gentío, te pierda de vista y en el espacio, dicen, nadie escuchará mis gritos. ///1006
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