3 de febrero de 2022, jueves.
"Cuando veo a una persona ansiosa, me pregunto, ¿qué
quieren? Porque si una persona no estaba queriendo algo fuera de su propio
control, ¿por qué serían afectados por la ansiedad? "
—EPICTETO, DISCURSOS, 2.13.1
La ansiedad parecía una enfermedad del Siglo XX, o al menos
eso es lo que decía la revista Time, de no sé, 1995, por ahí (en realidad el
titular decía, El Blues del Siglo XX) y resulta que venía de fondo para
ilustrar la imagen de una pintura de Edward Hopper, pintor especializado en
temas al parecer estáticos, gente mirando a nadie en particular, llenos de
soledad o de tensión o de la espera de que algo ocurra, pero que al parecer
nunca ocurrirá. Bien, esta pintura tenía a una mujer sentada en un restaurant o
cafetería esperando a alguien.
O quizá pensando en que no la esperaba nadie.
O pensando en que no quería regresar a donde pertenecía.
O pensando en la soledad que le recordó algo que miró.
O pensando en que el lunes no tendría que comer.
O pensando en sus hijos que dejó en el pueblo que abandonó.
¿O qué quiere la persona ansiosa?
¿Qué tanto mantenemos el control de las cosas?
¿A qué nivel funciona esto?
¿Todos pueden controlar su destino o sus circunstancias?
Desgraciadamente muchas ocasiones las cartas están dadas...
o los dados ya están tirados y no quiero acusar a nadie, pero ¿qué tal si esos
dados de la vida de cada uno, sí estaban cargados?
Sigamos con la mujer, Epicteto dice que para qué se dé la
ansiedad, las cosas están fuera del control de la persona, y si es así, ¿para
qué la ansiedad?
Y todo lo anterior, ¿estaba en su control?
¿Qué hacía en la cafetería?
¿Cuánto tiempo llevaba ahí?
¿Se puede medir el dolor?
¿Se puede medir el abandono?
¿Se puede medir la desesperanza?
No, no soy una persona negativa o que solo ve lo oscuro de
la vida, pero hay que ser realistas, la obra de Hopper se llama
"Automata" y es de 1927, fíjate en la moda de la mujer, el sombrero
por decir, es clave, es de su tiempo. Los autómatas estaban en el futuro de
Hopper, pero algo ya se vislumbraba en las personas, conducta, comportamiento,
todo.
¿Sentido de la vida?
¿Sentido de la trascendencia?
¿Sentido de lo que hay detrás de un lunes o martes o
miércoles o jueves o viernes o sábado o domingo para después otro lunes?
¿Sentido de para qué existir si todos los días son iguales?
¿Sentido de para qué existir si todos los días, SERÁN
iguales?
La modernidad no la diseñó nadie particular, pero ahí está,
aquí está. Y siempre estará.
Primera Fuga...
Respecto a cómo está vestida la mujer.
Que por cierto siempre me ha llamado ese concepto de ideas
diseminadas que es lo que viene siendo "La Moda", que si te fijas en
la mujer (ok, en el hombre también, claro) ella sigue esos conceptos, los usa, en maquillaje y ropa y arreglo de
cabello, todo eso son manifestaciones físicas de esos conceptos, que si te
pones a pensar los tomó de alguien, de una tienda de ropa por ejemplo; la forma
de peinarse de algún salón o así, pero todos esos tiempos llegaron de un lugar
y del ingenio de alguien, y pensar que con el tiempo la dispersión del
conocimiento con algún origen determinado en forma de un nuevo diseño, una
pequeña nueva tecnología o una nueva tela, todo colaboraba a lo
"nuevo", y así de lo que es correcto de usar porque la gente lo que
adora es el "cambio" o será que no quiere que la relacionen con lo de
"antes" y todo esto es seguido por legiones de personas pero siempre
hay un epicentro, las modas no surgen en diferentes partes al mismo tiempo,
bueno, ahora sí, pero no en 1927.
Segunda Fuga...
Respecto al año 1927.
Por ahí hay un libro que habla de todo lo que ocurrió en
1927 (bueno, más bien enfocado en el verano de 1927), el viaje de Lindbergh, el
ascenso tremendo de la bolsa, los status de vida de los más altos de la
historia de los Estados Unidos, la impresionante temporada de beisbol de los
Yankees, el fin del Ford Modelo T y la llegada del nuevo Modelo A, el ascenso
del cine parlante que vino a terminar la era del cine mudo, etcétera. Un año
interesante.
Regreso al tema original de Epicteto y la angustia.
La ansiedad siempre estará cerca de nosotros, ayer estuvo
con muchos mexicanos que siguieron el partido de México contra Panamá, y que se
sentía que el resultado los mantuvo en vilo hasta el final... como siempre que
juega México cualquier partido por supuesto.
O sea, la salud mental o la higiene mental colectiva de
medio país, estoy suponiendo, dependía de un tiro a una pelota de las piernas
de un jugador de futbol a una portería. Cuando uno de ellos metió el gol, la
ansiedad se disipó así de rápido.
O, bueno, la ansiedad también está presente de si pasaste un
examen o no, o si eres positivo o no de Covid, o si te sacarás la rifa de lo
que sea, más cuando sí compras boleto, todo eso te genera ansiedad.
Todo lo anterior dejan claro que algunas cosas sí están en
nuestro control, otras no, pero lo que sí nos damos cuenta es que la ansiedad
no solo fue parte del Blues del Siglo XX sino de nuestro no tan joven Siglo
XXI. Así es la vida.
Terminemos con la mujer de Edward Hooper.
Esperemos que haya llegado alguien por ella y haya sonreído.
Esperemos que haya llegado con una gran rosa y que ella haya
sido feliz.
Esperemos ¿por qué no? que haya tenido el mejor sexo de su
vida, de antología, con el amor de su vida (también), tanto que lo recordaría
hasta el fin de toda su posible larga existencia.
Esperemos que después de esto, los dos hayan sido felices
por siempre.
Esperemos que ella nunca supiera que Hopper la pintó.
Esperemos que ella nunca supiera que fue un autómata.
Esperemos que la ansiedad se disipe en cuanto llegue su amor
a ese café y la saque de ahí para llevarla al paraíso.
Sí, es una pintura y ella existe en ese marco de referencia.
Pero ahora ella está en mi marco de referencia y la preferí
así.
Libre de su angustia. Llegó su amado.
Asílascosas.
LEGG
No hay comentarios.:
Publicar un comentario