7 de febrero de 2022
“Muchos son dañados por el miedo mismo, y muchos pueden
haber llegado a cumplir su terrible destino mientras temían al terrible
destino”.
—SÉNECA, EDIPO, 992
Es complicada la mente humana, las mentes humanas son
poliédricas multifacéticas.
Muchos lados y muchas caras en cada lado.
Muchos momentos, humores, estados de fragilidad y
vulnerabilidad.
Veamos. Viene el hecho en un período de tiempo. No sabemos
cómo puede llegar, si con resultado positivo o negativo.
¿Es un tema de probabilidades? ¿Esas se pueden medir? Cuándo
estudias para un examen y el pase es 7, estudiaste mucho, ¿fue tu momento? Las
probabilidades son por decir, 80-20 que pasarás.
No estudiaste, ¿el examen fue difícil? Es 20-80. Ni sueñes,
no pasarás. Debiste estudiar, más suerte para la próxima vez.
Quizá fueron los nervios los que te traicionaron, el miedo
tremendo a no pasar fue el que ocasionó que no pasaras el examen.
De eso es lo que habla Séneca, el temor del destino, del
temor o terror total a ese destino. Y se cumple la profecía. Saldré mal.
Hay dos cosas aquí o tres.
El destino, y su subconjunto: el destino malo.
Luego tenemos al terror y su subconjunto: el terror a que se
cumpla el destino malo. Y sus consecuencias.
El destino es lo que la gente interpreta como la que ya está
escrito, la derrota, la victoria, el empate. No hay más.
Pero lo que uno desea saber o intuir son las consecuencias a
partir de ese destino: ¿seré feliz, desgraciado, pobre, derrotado?
Al destino malo se le teme.
El destino malo, pensar en él, anticiparlo, da miedo, de
alterar el pulso, la presión.
Ahora júntale el saber las consecuencias y no tener el valor
de afrontarlas. Ni Dios con la fuerza de los santos te salvará si el destino
resulta con la derrota o la pérdida. Eso crees.
Y eso causa terror. Porque con las consecuencias, la
realidad será de lo más terrible.
Alto, cambio de narrativa.
Ahora, si estás preparado, el destino no es más que un
tablero de apuestas en el que jugarás con los dados cargados hacia a ti, a
menos que sean los eventos totalmente al azar. O inesperados. Pero no es a lo
que se refiere Séneca.
Ahora, hay el tipo de eventos y sé que de estos hay decenas
de miles de millones de eventos, y de ellos hay muchos que sé que hacen que la
gente se muera antes de morirse, hasta 1,000 veces.
Es terrible.
Pero bueno, Séneca. No lo olvidemos.
"Muchos son dañados por el miedo mismo, y muchos pueden
haber llegado a cumplir su terrible destino mientras temían al terrible
destino”.
Como ya hemos leído aquí, preparémonos para lo peor y
esperemos lo mejor.
El destino algunos piensan, ya está ya espera. Otros dicen,
¿el destino? El destino lo hacemos con nuestras decisiones a cada minuto.
No te dejes sorprender. Cambia tu destino. Estudia más.
Imaginate lo peor. Preparate para ello. Lo más probable es que no salgan las
cosas tan mal. Y si lo salen, ¿qué? Nadie se muere. A menos que sea algo
mortal, y si así fuera, ¿qué más peor te puede ir? Y no bromeo con eso.
Toma el control de tu vida. Desde hoy, hasta el final de
ella, en lo posible.
No tener miedo. Es difícil, complicado, sencillo, imposible,
no lo sé. Pero ¿qué tal sí para pasar esa prueba del destino solo requerías de
un poco más de valor? Sólo un poco más.
No temas al destino malo. Prepárate. Piensa. Actúa. Nunca
rendirse.
Asílascosas.
LEGG
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