UN ESTADO DE ÁNIMO APROPIADO
“Enmarca tus pensamientos de esta manera: eres una persona
mayor, ya no te dejarás esclavizar por esto, ya no serás arrastrado como un
títere por cada impulso, y dejarás de quejarte de tu fortuna presente o de
temer el futuro. .”
Otra traducción.
Reflexiona así. Eres viejo, no permitas ser esclavo, ni que
seas manejado como una marioneta por el impulso antisocial, tampoco te irrites
con el destino presente ni te encojas ante el futuro.
—MARCO AURELIO, MEDITACIONES, 2.2
Bueno.
Hay una ventaja en la edad. No es lo mismo tener 20 años
frente a una situación que entonces te parecía lo peor del mundo. A la casi
triple de esa de edad ya no te importa el que piensen los demás.
Entiendes que nadie está sobre de ti o sobre ti. Que ya
hasta puedes ser subversivo incluso en temas de política u otros. Puedes opinar
lo que te dé la gana.
Nunca es demasiado tarde.
Es sólo darse cuenta que tenemos 3 veces 20 años. Eso es
impresionante, todo lo que no hemos visto. Si yo dije a mis 25 años (y sí lo
dije) que ya no era tiempo de recibir consejos sino de que los 25 años ¡era
tiempo ya de dar consejos! ¿Qué te puedo decir de mi edad actual?
Lo demás de no quejarte, pues ya lo hemos dicho, es lo que
te ocurre si te metes al estoicismo o al zen, sabes que es inútil quejarte,
mejor usar toda la experiencia en evitar meterte en problemas para no entrar en
zonas minadas de todo tipo, diplomáticas, comerciales, emocionales, familiares,
las que sean.
Y, aun así, a todos nos pasa.
Por ahí leí que en realidad no tenemos más que la misma edad
de la mejor que tienes, ¿25 años? y eso
es cierto y no lo es.
La esencia es la misma, seguimos con el espíritu juguetón,
bobo, sencillo, de risa fácil, de ironía máxima, de observación aguda, de
sarcasmo inmediato medido y amable, digo, así era yo al menos en mi juventud,
pero ya vimos y vivimos muchas tragedias y comedias por debajo de nuestro
puente.
No eres el mismo. O la misma.
El diablo sabe más por viejo que por diablo y eso ya es
mucho decir.
Lo del temer al futuro, siempre le temerás. Pero será menos
cada vez que entres en ese futuro.
Irritarse por el destino presente. Ese, claro que sí. Mmm,
¿sabes qué? Mejor síguete quejando, es tu derecho, no guardes silencio si no
estás de acuerdo.
Hay tanto de qué quejarse hoy en día.
Es parte de la vida moderna en estos pueblos en estos
tiempos en estos humores con estos gobernantes con esos caprichos.
No hay de otra.
Así que ya sabes, no eres un muchacho (pero sí lo eres y
recuerda, "si la juventud supiera, si la vejez pudiera," corolario:
"y yo tuviera el tiempo y el dinero y la energía y el control y el humor
correcto"), no seas una marioneta, síguete quejando y deja de tenerle
tanto miedo al futuro.
Ah, y cuestiona todo lo que leas en Internet. No es bueno a
veces seguir instrucciones. Pero a mí sí hazme caso.
Asílascosas.
LEGG
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