PIENSA ANTES DE ACTUAR

 14 de febrero de 2022, lunes

(Incluye cierto episodio, contado de cierta manera)

“Porque ser sabio es sólo una cosa: fijar nuestra atención en nuestra inteligencia, que guía todas las cosas en todas partes.'

—HERÁCLITO, CITADO EN DIÓGENES LAERCIO, VIDAS DE LOS FILÓSOFOS EMINENTES, 9.1

La inteligencia  es la que guía todas las cosas en todas partes.

La inteligencia es la suma de tus dotes de inducción, deducción, comprensión y no sé qué otras cosas.

Con ella creo, empezamos a entender la realidad y actuar a partir de la interpretación de ella dado el entendimiento, y así procuramos actuar con la seguridad en el evento que es conocido y por tanto reproducimos nuestro actuar, con confianza o con precaución, dependiendo de esa interpretación.

Interpretación que a veces puede ser errónea, o puede ser de éxito.

La interpretación tiene otros factores, tales como el análisis de patrones de conducta, el análisis de pistas que indiquen las circunstancias, para de ahí dedicarles prioridades, para aplicar nuestra atención, que es sólo nuestros poderes de enfoque, todo con el objetivo de una vez más, para protegernos de los eventos o para aprovecharlos para una multitud de posibilidades.

La inteligencia se ayuda de la memoria y del recordatorio constante de cómo actuamos, si ganamos o perdimos el evento referido tal vez similar al que nos encontremos en este instante.

Todo esto sirva para reflexionar en cómo, eso, pensar antes qué actuar.

Y fueron 350,

y gané 350.

Siempre muy listo,

aplicando mi inteligencia,

nunca me pasaría a mí,

cuidador de mis cosas,

de mis pertenencias,

de mis tesoros de información,

que la vida me hace ser,

guerrero del camino,

llevando mi mochila,

conmigo siempre.

Creyente en la estadística,

en la probabilidad,

en mi suficiencia.

Y fueron 350 esas veces,

esas pruebas,

gané 350.

¿La lata de la vida?

¿La molestia del día?

¿de la semana?

el respaldo,

de tanta, tanta, información,

de tu máquina guerrera,

Sí, la haré,

sí, la haré

lo prometo.

Nunca lo hacía

y de pronto, lo hice el martes,

no de todo,

tristemente,

pero sí, del 95%

de tanta, tanta información.

Llegó el viernes,

noche fresca,

medicina necesaria,

la calle, la hora.

Te cuento.

La 351.

La 351 vez que dejaba mi mochila,

con mi lap,

mis tesoros de información,

que la vida me hace ser,

guerrero del camino,

pero ahora no llevé mi mochila,

la dejé en el carro,

oscura, segura,

insospechada,

pequeño trayecto de metros,

una farmacia.

Mi inteligencia me dice,

no pasa nada,

haz lo de las 350,

el análisis de la situación,

gracias a tu inteligencia,

a entender las pistas alrededor,

de noche, enfrente de la farmacia,

en consecuencia actué:

la dejé en la parte de abajo,

del copiloto, oscurísima,

¿quién la vería?, pensé.

Mirando ya

desde la farmacia

toda iluminada,

mirando mi carro,

 a tiro de piedra,

mi carro solo.

Cuatro, cinco minutos,

pagando,

seis, siete minutos,

llevando las medicinas,

mirando mi carro,

a tiro de piedra,

de pronto, el cambio,

analizando nuevo indicio,

repentino, diferente,

inesperado, alarmante,

mi carro ya no estaba solo,

un carro gris, a su lado,

arrancando en reversa,

a toda velocidad.

Lo miro y...

lo miro y lo miro...

mi inteligencia,

mi gran inteligencia,

me dice,

analizándolo todo,

de manera simultánea,

"eso no es normal",

salgo de pronto aprisa,

abro mi carro cerrado,

mi mochila,

mis tesoros de información,

que la vida me hace ser,

guerrero del camino,

y de pronto pienso,

broma del destino,

terrible broma del destino,

de la probabilidad,

de la estadística,

de mi arrogancia,

de mi creencia en mi

inteligencia,

mi mochila ya no está,

y gané 350 veces que la dejé,

en la parte de abajo,

del copiloto, oscurísima,

pero perdí la

tres cinco uno...

Sólo me salvó

de esa desgracia

de los tiempos modernos,

el desastre que llega

o llegará, (me conoces,

siempre lo digo)

el respaldo inesperado,

de dos días antes,

de gigas y gigas.

Impulso repentino,

pero que a final

de cuentas,

me salvó el día,

quizá el mes,

quizá la razón misma ,

sin exagerar.

Lo sabes,

sin exagerar,

mis tesoros de información,

que la vida me hace ser.

¿Con los que me gano el pan?

(Sí, me parece

concluyo,

sin exagerar).

A veces ganas,

a veces pierdes.

Lo material no importa,

dicen, pudo ser peor,

dicen, pudo ser mucho peor.

Lo que importa, es

que hayas respaldado

dos días antes

lo máximo de tu información...

Todo lo demás,

es material de recuerdo,

es material de precaución,

es material de narración,

así que, amigo, amiga,

respalda siempre,

más si eres

guerrero del camino,

y depende tu vida laboral,

de tus tesoros,

tesoros tan queridos,

de tanta toda tu información...

Y no te creas de tu

inteligencia,

no la dejes llenarse de

arrogancia,

porque eso te da

suficiencia,

apariencia

de eficacia,

"era solo una farmacia"

y cuando llegue la

desgracia,

puede que solo

quedes y extrañes

de tu máquina,

tu gran máquina,

rapidísima y letal,

su triste y absoluta

y silenciosa

y meditabunda

total ausencia...

Asílascosas.

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