6 de febrero de 2022, Tu Peter Drucker Diario
Las empresas transnacionales exitosas se ven a sí mismas
como separadas, entidades no nacionales.
La mayoría de las empresas que hacen negocios
internacionales en la actualidad todavía están organizadas como multinacionales
tradicionales.
Pero la transformación en empresas transnacionales ha
comenzado y avanza rápidamente.
Los productos o servicios pueden ser los mismos, pero la
estructura es fundamentalmente diferente.
En una empresa transnacional sólo existe una unidad
económica, el mundo.
Las ventas, el servicio, las relaciones públicas y los
asuntos legales son locales.
Pero las piezas, las máquinas, la planificación, la
investigación, las finanzas, el marketing, la fijación de precios y la gestión
se llevan a cabo contemplando el mercado mundial.
Una de las principales empresas de ingeniería de Estados
Unidos, por ejemplo, fabrica una pieza fundamental para sus cuarenta y tres
plantas en todo el mundo en una ubicación fuera de Amberes, Bélgica, y nada
más.
Ha organizado el desarrollo de productos para todo el mundo
en tres lugares y el control de calidad en cuatro.
Para esta empresa, las fronteras nacionales se han vuelto en
gran medida irrelevantes.
La empresa transnacional no está totalmente fuera del
control de los gobiernos nacionales.
Debe adaptarse a ellos.
Pero estas adaptaciones son excepciones a las políticas y prácticas
decididas para los mercados y tecnologías mundiales.
Las empresas transnacionales exitosas se ven a sí mismas
como entidades separadas, no nacionales.
Esta autopercepción se evidencia en algo impensable hace
unas décadas: una alta dirección transnacional.
“The Global Economy and the Nation-State,” Foreign Affairs,
75th Anniversary Edition, Peter Drucker
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