NnCT 1231 de 1,440 buenos deseos que siempre al principio todos somos amigos y al final de cuentas unos no tanto, unos un poco más, pero al final todo lo que haya, todo lo que quede, se lo lleva el accionista. /// 14 de AGOSTO DE 2025
LA TRAICIÓN TRAICIONADA EN SU REDUNDANCIA
En la sala de juntas del piso setenta y cinco de la Torre RISE. Desde ahí se veía Cadereyta, o más bien, la refinería de Cadereyta. O más bien, la bruma que salía como tentáculos imprecisos de color marrón y anaranjado venenoso de la refinería de Cadereyta que si no estuviera dejaría ver a Cadereyta.
Humberto dijo con voz cargada de nervio:
-¿Ya viste lo que dice el pizarrón?
Trinidad lo leyó mientras decía:
-No he leído nada, es muy temprano, tuve mala mañana con los Bitcoin y quieres que vea el pizarrón… veamos: “HOY ES EL DÍA DE LA VERDAD. LO MÁS TRISTE DE LA TRAICIÓN ES QUE NUNCA VIENE DE TUS AMIGOS”
Lo leyó dos veces como queriendo traducirlo.
Suspiró al final y se acercó a Humberto con seriedad.
-Ok -dijo Humberto-, ya veo lo que está pasando aquí: te descubrieron. Me imagino que esta reunión fue para acusar a quien fue el traidor que vendió los datos del producto y las proyecciones de ventas a la competencia. En estas dos semanas me he estado quebrando la cabeza con eso.
Meneó la cabeza. Lo miró con preocupación:
-Acéptalo, Humberto. Somos amigos de hace mucho. Te lo quería comentar hace mucho. Fuiste tú, lo sé, confírmamelo, debo ayudarte, pero dime la verdad, di la verdad, aquí nadie te escucha. Yo te cubriré en lo posible. No debiste hacerlo, la verdad, tienes un grave problema, mi amigo. Pero te cubriré, diré que fue otra más de tus pendejadas… Para eso soy tu amigo… Sólo confirma, caíste en la tentación, ¿verdad? Se te hizo fácil…
Humberto lo miró como si el mundo estuviera de cabeza frente a él.
-Estás loco, Trinidad, yo no fui, demuéstramelo. No puedo creerlo. Me duele que pienses así de mí… ¿No éramos amigos? ¿De hace tanto tiempo?
Se le quedó mirando.
-¿Fumaste algo, te inyectaste algo? ¿De nuevo? Me caló eso, ¿eh? Pero aquí entre nos, creo que fue Ofelia. Desde hace tiempo me dieron el pitazo de que era problemática. Y que tenía acceso a información privilegiada. Y qué tenía etiqueta de precio.
Trinidad iba a rebatir ya con el dedo levantado cuando en eso entró Ofelia.
Venía como siempre, muy arreglada, tacón alto, vestido ejecutivo, con su rostro enojado como si el coraje y enojo fuera su esencia, su apellido. Despedía humores de intolerancia, como siempre, esperando ver la pequeña grieta por la cual iniciar a perforar en el ojo ajeno.
-Los escuché, lo del traidor, pero no, no fui y yo y no pondría las manos al fuego por ustedes ni por nadie. Allá ustedes y su conciencia, pero, sí, debería ser más discreta, pero ya los vi atacándome, primero, no tengo precio, el sólo hecho de mencionarlo me ofende más que su presencia en esta empresa, pero por otro lado, colegas, creo que pensaron en la mujer equivocada, según mis datos fue Cordelia. Eso me han dicho, por ser mujer ya me estás acusando? Eso es violencia de género. Sólo de oídas, ¿verdad? Ya nos veremos después… en su momento que decida… Pero por el momento sé de buena o mala fe que ha sido Cordelia.
Ni Trinidad ni Humberto se inmutaron.
-¿Cordelia? ¿Tu gran amiga? No creo. ¿O sí? Ya la abandonaste también. Ya le sacaste los trapitos y le sacarás los que le faltan, todo por descarrilarla, lo sé, lo imagino… Ya era de que sacarás las cartas, Ofelia…
Trinidad dijo:
-Cordelia, esa ambiciosa. Siempre se me hizo una ambiciosa. Tiene sentido, Humberto…
-Sí ya sé eso, y que es una trepadora -dijo Humberto-. Y no es la única… pero a Cordelia siempre la he visto de la mano muy cerca de Dionisio. De la mano y de otras… cosas…
Y así fueron llegando todos y leyeron la frase. Y entró Marcela y acusó a Roberto, este susurró a Cordelia que es Sergio el señalado, que salió en las cámaras. Sergio le dijo a Ofelia que desde un tiempo atrás sospechaba de Trinidad, que tenía amigos extraños en LinkedIn. Roberto se sinceró con Humberto, no lo hubiera creído de Carlos, apostaba por Sergio, por lo de las cámaras. Cuando llegó Carlos apuntó con su laser a un cuadro de todos reunidos en una celebración donde estaban todos sonriendo y se fue por Dionisio, el presidente. Cordelia regresó porque había salido de pronto y evitó saludar a Humberto, quien ya le había mandado el mensaje.
En eso entró Dionisio y todos callaron. Muchos evitaban ver a nadie. La tensión se sentía como de cementerio en momentos que les dijeron que no habría Resurrección ese día ni los que venían por siglos, cuando los muertos todos ya habían salido a la calle en falso y estaban furiosos porque el Mesías se quedó cenando con sus amigos y ahora tenían que regresar a sus tumbas y habían perdido los rumbos en la festejación.
Lo primero que hizo Dionisio fue saludar, estaba radiante, su último viaje a Singapur y Hawaii lo habían rejuvenecido de manera tremenda:
-Hola a todos, espero que hayan tenido excelente fin de semana largo. Ahora, ¡a ponernos las pilas!
Lo segundo que hizo fue llegar al frente leyó la frase y cerró los ojos, fue por el pizarrón y la borró. Su radiancia se había emblanquecido un grado de diez y no cinco como hubiera imaginado la audiencia.
Trinidad le susurró a Humberto:
-Te dije que iba a aparentar estar de buen humor, el madrazo está a punto de llegar. Dionisio es una bestia cuando está de mal humor. La bestia que se sintió acorralada bufará y lo querrá incendiar todo al salir. Y a todos.
-¡Qué caray! -dijo-, bueno, esa frase corresponde a otro caso de estudio. El caso de estudio que nos toca hoy es el de la página 313 del libro de texto. Bueno, empecemos la junta. La idea que les comenté es el caso que íbamos a analizar del Harvard Business Review, CÓMO CREAR LA CONFIANZA EN EL EQUIPO DE TRABAJO, TODO MUNDO APUNTANDO HACIA EL MISMO OBJETIVO. Como subtítulo: LA ARMONÍA DEL EQUIPO LA CLAVE DEL ÉXITO. EMPATÍA TOTAL, COMO PONER MIS MANOS AL FUEGO POR MI COMPAÑERO DE CONSEJO.
Hizo una pausa.
-¿Alguna intervención o alguna buena idea o buen pensamiento a compartir para dar inicio a esta sesión? ¿O prefieren una sesión de movimiento físico para entrar en calor y pasar las buenas vibras?
Pero era demasiado tarde.
En esa sala de juntas del piso setenta y cinco de la Torre RISE los filos empezaron a brillar. Las navajas, los machetes, las hachas empezaron a salir de donde estaban guardadas. ///1231
 
 
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