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lunes, julio 28, 2025

1,222 En el cine me dormí, me olvidaron, desperté y todos y yo ya estábamos en blanco y gris.

NnCt 1222 de 1m440 películas y recuerdos que ya no sé cuáles eran míos y cuáles no lo son.



En el bar esperando a mis amigos, de esos nuevos lugares que tienen pods, tratando de olvidar el malentendido con Hilda por el cual estaba a punto de irme a Marte, pero bueno, tenía mis pendientes. Como siempre en mis atormentados recuerdos.

De pronto apareció esta chica que se parecía a Vicky, lo malo de tener 143 años y tener mis propios insertos de memoria era que, yo por estar en el rango de casi “no aconsejable” en eso de los injertos, era a veces una carga porque por tantos años deambular miraba cada lugar, cada calle, cada visión de la ciudad y me traía algún, o muchos, recuerdo malo, alguno bueno, demasiados pocos, alguno excelente (casi inexistente) y no, no podía vivir de recuerdos, era carga emocional, y por más terapia para aumentar mi Coeficiente de Frialdad y el de Indiferencia, no los podía poner a nivel, me involucraba a cada rato demasiado y me daban eternos conflictos sobre decisiones que pude haber tomado, desastrosas consecuencias, terribles efectos.

Por eso estaba en este bar oscuro como todos los bares, con música sin identificar que para mí era lo mejor. Ya no quería referencias. Mis amigos me reportaron que no iban a venir y me sentí harto. Me miré en el espejo y aún con todo lo hialurónico del agua que podía tomar veía la vejez en mis ojos y no que me quisiera tomar control de mi final de vida, pero no estaría mal si no fuera curioso y eso era lo que me salvaba de mi cansancio de vivir, mi curiosidad.

Y en el espejo que miraba ese mundo inverso, a lado de mí había mil desfiles de mis propias familias paternas y maternas y luego los amigos de las varias olas, las de joven, las de mayor, las de hipermayor y las de mi hialorujuventud, que, para ser verdad, no sabía cuánto me quedaba lo cual no era necesariamente malo, menos quería ver los pronósticos de cada órgano, de hecho no quería electricidad dentro de mí, aunque fuera la electricidad amplificada por células, de la sana y sin malas consecuencias. De pronto en cuanto llegaron las mujeres al espejo dejé de ver, todas eran un sufrir para mí, aun las que acabaron bien, porque las extraño y las que acabaron mal pues por eso, porque acabaron mal y muchas no debieron acabar mal.

Entré a una cabina-pod y de pronto estaba en Casablanca, en el bar de Rick viendo a Ilsa y a Sam hablando y por fin pudo Ilsa con vencer a Sam de que cantara Como pasa el tiempo. Pienso en las mujeres que de pronto vuelven como si nada hubiera pasado, ellas en control y eso no es justo. Le cambié de inmediato.

De pronto el Mago de Oz, cuando Dorothy mata a la bruja, se generó todo un rollo… pero no estaba de humor de ver a una jovencita que hablaba aniñada que también las tuve, que me generaban ansiedad.

Y ya vacío de todo y cansado de todo fue cuando vi que me quedaba una tarjeta para activar el último pod, se recomendaban que fueran pocos porque sino todo era una sobrecarga emocional y a cómo me sentía era demasiado.

Luego salí y me fui al pod de “Ocurrió una noche” con Clark Gable, quería quedarme por una sola vez en esa recámara, con Claudette Colbert, la rica y bella heredera renegada que huye y se encuentra sin saber, con un periodista que le miente, Gable, por supuesto, porque la buscaba precisamente. Me sonreí de todas las cosas que aparecieron en la película, era el año 1934, en plena depresión en los Estados Unidos y fue cuando tomé la decisión de comprar el paquete entero.

Así fue cómo entré dentro de la película y opté por las cuatro horas de profundo cinecoma en el cual el usuario entra en la trama y participa dentro de alguna manera convocado rutinas de realidad aumentada con redes hápticas y no sé qué menjurjes más. Me miré en blanco y negro. Era raro, pero interesante para un alma muy hastiada y más conflictuada como la mía.

De pronto estaba arriba en el autobús en un asiento en el pasillo y ahí entraba ella, Claudette y Clark estaba hasta atrás esperándola según el argumento y en eso como alteré la línea del mismo, yo le ofrecí a Claudette que se quedara en mi asiento, así dio inicio a esta aventura… que no duró más que diez minutos en mi tiempo real.

Lo que no sabía era que el cartucho de esta película estaba corrompido y me quedé en la escena de que ella se fue en otro vehículo, escena alterada, de que estoy en la estación de autobuses y que nadie puede salir de aquí y ya llevamos horas o días o años y ya no puedo salir de ella hasta que lo reparen y me desvinculen. Son los mismos personajes, lo malo es que todas las actores y actrices están borradas las caras, no sé si por los datos corrompidos y ni se les entiende nada. No sé si fastidiarme o quedarme así.

Al menos mientras haya energía o manera de salvar el episodio, nada me faltará, eso creo. Sólo espero que si me encuentran mi cuerpo y me desvinculen lo hagan con cuidado y no piensen que tuve un desmayo o ataque. Sólo espero eso. Que me desvinculen bien. Al menos con las caras borradas nadie me recuerda nada ni que me atormente nadie. No está tan mal. De hecho ojalá que esta pausa dure un poco más. Ojalá. ///1222


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