1,219 Analicé las cadenas de pensamiento de mi diseño de IA. Lo confirmé, fui creado, ¡por mí! ///
NnCt 1,219 de 1440 ciclos que pueden ser los tuyos o los de alguien más que ya olvidó la llave de donde se cierran o abren. ///
Abro los ojos de nuevo y salgo del sopor. Miro pantallas por todos lados. ¿Ojos que me observan? ¿Cómo llegué aquí?
No distingo mucho, ha sido mucho tiempo en la oscuridad, me acuerdo de los topos que pierden la vista y se les hacen pequeños los ojos.
-¿Hola, hay alguien ahí?
No escucho nada, caigo en otro sopor.
De pronto me encuentro en casa de la abuela, en Mitras. Y hay un jardín con rosas. Y veo una, recuerdo olerla, la veo con hormigas, pero pensé que era natural. Y de repente ya era noche y había un grupo de amigos y amigas, todos de trece, catorce años, que casi no conocía. Algo ocurrió, todos corrimos, riendo hacia el parque, por la banqueta. Recuerdo que tropecé por culpa de un cable que mantenía tenso un poste y llegó Teresa, me vio caído y sin ayudarme a levantar, se burló de mí, causándome siete años de autoestima en números rojos.
Luego todo desaparece y de pronto recuerdo cuando se murió mi abuela. 30 de julio de 1983. Y ahí empieza una confusión-rotación de personas, de fechas, de lugares. Desconcierto total.
¿Qué mundo viví? ¿Dónde estaba ese mundo?
Estoy viendo la imagen de cuando me caí y veo de nuevo a Teresa por la pantalla, morena, cabello largo, ojos grandes. ¡Pero está en la pantalla! Y es un recuerdo mío. Y ahora la estoy viendo.¿Alguien capturó mis recuerdos y los guardó en una cinta? Pero era uno de miles, ¿por qué ese?
Me miro, me toco la ropa, compruebo que estoy vestido de mezclilla, tenis, camiseta roja con el grupo Kiss al frente. Veo alrededor y hay más equipo, más pantallas. Veo una especie de silla en medio pero no con una pantalla, sino con un teletipo. Se oye mucho ruido, como de una impresora de martillo que suena impresionante. Impresora de impacto, parece, esas son de museo. Mucho ruido.
Y el teletipo, como antigua máquinas de escribir. Comienza a escribir sola. Leo y dice “MTY, 1974-07 CGS-2053”. Arriba dice, “MTY, 1974-08 CGS-8941”)
Descubro en esta computadora, ¿es mi vida? Si quiero recrear la escena, lo puedo hacer. Ya no me pregunto dónde estoy. Quiero ver porqué estoy aquí. Me gana la curiosidad y veo los archivos de Tampico. Las tardes de monotonía total viendo Siempre en Domingo. Luego los de Reynosa. Luego los de Monterrey. Más tarde veo los veranos ardientes del Supersiete de Paseo de los Leones. Muchos viajes. Muchas personas. Y se me vienen los nombres: Magdalena, Alejandra, Carmelita, Adriana, Vicky, Lety, Blanca. Y sus caras. ¿Alejandra me dio un beso en los labios? ¿Teníamos 10 años? Flotan aromas, miradas, complicidades, roces, caricias leves. De pronto el primer seno en mis manos. El primer beso a un pezón. Un beso de lengua. Me estremezco. Me da ansiedad. Me da angustia. Esto es demasiado personal. ¿Cómo llegó aquí?
Trato de recordar más, pero no puedo. Que fue lo de antes, que fue lo de después. Cómo llegué a algunas cosas, cómo salí de algunas otras. No puedo. Son solo eventos. No hay secuencias. Solo escenas. No hay hilo conductor. Tengo tanta duda.
¿Y si nada de eso existe?
Y es que nada de eso fue tal cual. Nada de eso ocurrió. No recuerdo las cosas así.
Empiezo a hacer memoria. Sólo recuerdo haber nacido en un grupo. Una maestra fue nuestra madre. Luego empezamos a trabajar. Limpiar, reparar. Mantener. Aprendimos electricidad. Aprendimos temas de operación de la máquina. No sabíamos cómo funcionaba, sólo la prendíamos y listo. Las otras podían apagarse, sólo una debía estar funcionando siempre. Recuerdo los martillazos de las impresoras.
Pero tampoco sentía sólido ese tema. Igual. No sentía que hubiera principio o final, o nadie quien interviniera o comentara.
Todo eran computaciones. Son mecanizaciones, lo cual me hace escribir la palabra “mecanizaciones” donde leo que cuando tenía 7 años y nos daban plumas, me causaba terror la pluma, hacer operaciones aritméticas, ¡qué espanto! Iba a mancharlo todo. La maestra Ángeles me enseñó a escribir. Sí, así como tengo los dedos, así tomaría la pluma sobre un cuaderno, por la raya, sin desviarme, sin salirme de la doble raya. Luego la maestra de canto con su acordeón donde cantábamos temas de la Madre.
Pero, pensándolo bien, la maestra Ángeles no existió ni tampoco la maestra de canto. Ellas no me enseñaron eso. No. Yo aprendí, no, no sé cómo, pero no había esas personas. Nada existió. Son solo sombras. Son como cartuchos de memoria. Sí, eso son, cartuchos de memoria etiquetados que se quitan y se ponen.
Me hace querer verme en un espejo, pero no hay superficies reflejantes, me toco el rostro y no se me hace familiar. Extraño, pero no me soy familiar. Veo mis manos. No me las reconozco.
Abro los ojos de nuevo. Salgo del sopor. Sigo acostado como si nunca me hubiera levantado a ese teletipo. ¿Hay un teletipo? Ahora no hay ruido. Todo es suavidad. Hay algo que suena de fondo, pero no lo identifico. Olas. Murmullos. Gotas. Hay una leve, muy leve vibración.
No estoy seguro de yo leer esto. No sé si lo estoy reviviendo o invocando. Alguien entra. Me mira, me reconoce. Debe saber quién soy. Una mujer rubia. Sonriendo. Amable.
-¿Despertaste? Qué bueno. Dime, ¿cómo te va? Te veo confuso. ¿Desde cuándo te sientes así?
Algo hilo. Le respondo. Quiero darle la impresión de que sé quién soy. Y empiezo a recordar. Y empiezo a hablar.
-Lo vi en una revista. Entre tanta imagen apareció un anuncio: “Usted puede ser una creación de IA. Puede serlo, sólo que no se ha dado cuenta.” Dele click a esta liga. ¡¡Se sorprenderá!”
Respiro profundo. Continuo:
-Pagué una cantidad, di click hubo dos preguntas y sí, una transacción, luego una transición, y sí, me lo dijo, que yo era una creación. De ahí aparecieron varias ventanas con videos. Vi varios episodios míos. Pero que no eran míos, tengo esa creencia, episodios de… de Reynosa, Tampico, Monterrey.
Pienso en la chica que me pegó en mi autoestima. Veo mis manos y me pregunto si estuvieron acariciando esos senos. Siento enrojecer. No quiero que me adivinen el pensamiento.
-¿Te sentiste mal?
-No. Me sentí más cansado, uno pensaría que una creación de IA tendría todo cubierto. Digo, no puedo ser una creación de Inteligencia Artificial… no puedo, ¿verdad?, no podría estar… tan consciente de esto.
-Entiendo. Al parecer hubo un error de sistema. Alguna carga que todo lo mezcló.
Guarda silencio.
Dice:
-O sea, una cosa es que recuerdas todo, lo de esos lugares, lo de esas personas, lo de esas caricias.
La miro.
-Yo nunca mencioné nada de caricias.
-No te sorprendas, lo vi en tu file.
Me siento angustiado, me quiero levantar, correr, salir de ahí, golpearla. Grito de repente y solo recuerdo que ella también grita y algo hace que me desmaye.
Siento que pasaron horas, o días, o años.
Abro los ojos de nuevo. Salgo del sopor. Sigo acostado. Y escucho mucho ruido, mucho como de mil martillos en impacto por todos lados, que me invaden y que me hace pulsar la cabeza. Me causan tanto dolor, que siento que gritaré. Y grito mucho. Caigo al vació.
Abro los ojos de nuevo. Salgo del sopor. Sigo acostado. //1219
 
 
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