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lunes, julio 28, 2025

Nanocuento o nanofabula 1,210 de 1,440...

 1210. ¡Ella leía mi libro!, nos vimos, ¡electricidad! Los trenes avanzaron. La olvidé de inmediato.




NnCt 1210 de 1,440 desencuentros y posibilidades desde que utilizo mi conexión hacia la irrealidad, una sola, sin filtros porque requiero el dolor en mi mente, requiero la decepción en las manos y la alegría, pues, quien la desea debe sufrir, es un acto puramente biológico y de entre todas las experiencias a seleccionar el día de hoy tomé la del vagón romántico. Es necesario conectarme con el amor, de nuevo con Rosario, el amor que pudo ser, ella estuvo ahí, pero no sé qué sucedió con ella, temí preguntar, corría el año del temblor, nos vimos muchas veces en esa oficina, yo le agradaba, lo sé, hicimos un juego de descifrar un idioma… Rosario, tú no sabías mis poderes, mi alcances, ahora me verías encerrado en este recipiente con líquido adentro y tejido, tejido que te horrorizaría. Verás, Rosario, yo no pedí esta opción, siento que hubo un error, sí, me propuse el download de mi conciencia a otro cuerpo, pero algo pasó, quizá el mensaje en sí, quizá no alcancé o no había cuerpos suficientes, y pedimos la conciencia sobre el cuerpo, ya no pedimos sentir, sino creer sentir, por eso pedí hoy, me toca hoy la experiencia, la comunidad no da para más, una experiencia por cada encerrado, así nos llamamos entre nosotros, los encerrados. Hoy quiero sentir verte en el metro, como aquella vez… Que Rosario, ibas a la oficina, yo venía de ella o al revés, el tema es que venías en el vagón contrario y obvio, yo no sabía, y el convoy siempre tiene nueve vagones, y nos tocó porque el destino es grande, el 5 a ti, tal vez, a mí el 4 y se alinearon las estrellas y los corazones y los vagones y el ángulo de visión y de pronto entre toda la gente siempre que iba en la ventana y nos tocaba detenernos junto con el que venía en sentido contrario siempre miraba a la gente porque Rosario yo busco las caras de las personas y me hago preguntas, ¿sabes? De donde viene esa persona punk con furia en el rostro, porqué se pinta el pelo, porqué se tatuó una lágrima en el ojo, porque se me queda viendo de manera agresiva, miré hacia otro lado, pero eso,  logró que te pudiera ver  de mi ventana a tu ventana y lo increíble es que leías el libro que te presté. Habíamos hecho lo de la decodificación de tu mensaje secreto, el que descubrí que escribiste en caracteres raros lo de “ME GUSTAS” lo cual fue sencillo porque hice el juego de Edgar Allan Poe, el de las letras más comunes que es la “E”, la “S” y la “T”… lo demás fue sencillo y mi estómago se llenó de mariposas de manera intensa, sentí un flechazo, una necesidad imperiosa de hablarte, de saber más de ti y ayudó recordar tu figura que más de una vez no la podía creer como cuando usabas esos suéteres tan ceñidos que no dejaba nada a la imaginación de nadie y me hacías volar cuando me hablabas y tenía problemas cuando estaba contigo porque tenía que controlarme y no mirar a tu blusa y por eso te miraba a los ojos, ¡y que maravilla de ojos, Rosario!, grandes, maquillados como mujer egipcia que eras, labios gruesos, rojos y ¿sabes Rosario?, lo que pasó después, lo del temblor, mi extrañeza de ya no verte después y de que nadie hablaba de ti, que pensé que habías sido uno más de los miles de muertos, no quise que alguien me dijera que moriste, por eso no pregunté… pero cuando cada 19 de septiembre me acuerdo de ti y me pregunto porque no supe más, por eso esto de extraer de mi mente encerrada en este líquido esa memoria de juventud en la que gozo contigo y que tenía rato de que no la experimento y no, no me la creo que algunas memorias a través de siglos ya se corrompieron y que debería hacer esto bajo mi propio riesgo, pero ya no sé si seguiré aquí, en este líquido, puede que los nutrientes ya estén bajos o ya no me alimenten más como se debe… y sí, ya, siento que la experiencia empieza y está todo, el metro avanzando, el metro se detiene, estoy a la espera del tuyo, de que aparezcas, está ese tipo punk, el del tatuaje que se me queda mirando, pero… algo raro pasa, Rosario, no se aparece y el tipo punk sigue, me dice algo, que está harto que se bajará y me golpeará, mi recuerdo no puede haberse corrompido tanto, no puede ser, necesito acabar con esto a la brevedad, pero le faltaban varios minutos, me sentía como un sueño, una pesadilla y de pronto veo al punk en mi vagón con su lágrima tatuada bajo su ojo y estoy paralizado y saca una barra de metal y sé que me va a pegar y… todo se diluye y de pronto Rosario desde su vagón baja el libro que está leyendo y me mira con reconocimiento, me enseña el libro, me manda un beso y sonríe… no salgo de mi asombro y no recordé al punk ni nada, y el tren no avanza y así estoy, sintiendo, desde hace varios días, y no, no me preocupa quedarme aquí eternamente… Rosario me sonrió y me mandó un beso y en mi estómago inexistente, miles de mariposas irreales hacen ruido y me siento feliz… ///1210 


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